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AMFAv "EN EL DESPACHO" (JMS)



EL MANGA Y SUS SEGUIDORES. UNA PASIÓN POCO CONOCIDA


                       

                        Ahí está a las 10 de la mañana, haciendo cola desde las siete y media  y esperando tardar otro tanto en poder entrar en el XIX Salón del Manga  de Barcelona (1), que se celebra este primer fin de semana de noviembre. Es Juan, tiene 38 años, viene desde  la comunidad murciana y es director de una empresa consultora.

                       Curioso, porque no da el perfil que los desconocedores supondrían en un miembro de este colectivo, pero aún lo será más, si añadimos que este otaku (2) mantiene su puesto en la fila de acceso al sector ferial de Barcelona vistiendo su metro ochenta y cinco con los ropajes galácticos de Rathalos, personaje monstruoso de cómic manga terciado de dragón azul-plata con alas escamadas y cabeza de termita, que al primer vistazo diríamos que se trata de un gran jefe Arapahoe en traje de gala y no hace más que seguir la modalidad de disfraz llamada cosplay, consistente en vestir como sus personajes favoritos de toda esa línea cultural  

                      Él es otro de los miles de aficionados a un ocio que mueve cada año en nuestro país más de 200 millones de euros, fieles a un estilo de cómic y dibujos animados, el anime, preferencia que mantienen desde que siendo niños se toparon  con la serie Mazinger Z, cita lúdica con que despegaron hacia la infinidad de nuevos personajes y aventuras pasados por Oriente. Continuando en su adolescencia y llegando a la edad adulta con las andanzas del héroe Son Goku en los 42 volúmenes, dos series televisivas y 17 largometrajes, que ilustran sobre las siete bolas mágicas de Dragón que conceden a quien las posee cualquier deseo, las Dragon Ball.   


Rathalos

Cartel 2013 del XIX Salón del Manga de Barcelona


El legendario héroe de manga y anime Mazinger Z






Tres imágenes de Bola de Dragón o Dragon Ball


HÉROES CONTRA VILLANOS


LA PEDRERA Y LA FIEBRE DEL ORO



...No ho faràs endebades:
qui tria la bellesa
desafia l'atzar i es fa més lliure.

Eduard Sanahuja (*)



                    Pere Milà i Camps había quedado deslumbrado por la trasformación que había efectuado Antonio Gaudí en la casa de su amigo el empresario textil José Batlló Casanovas, en el Paseo de Gracia. Y aunque su esposa Roser Segimón era más reticente y hay testimonios de que nunca fue una gran admiradora de Antonio Gaudí a quien consideraba de condición social inferior, se impuso el criterio del marido y ambos encargaron el proyecto de su nueva casa en el mismo Paseo al arquitecto de Reus, también la ciudad natal de la señora Milà.

                          Una publicación satirizaba al matrimonio  especulando sobre si Pedro Milà se había casado a los treinta años con la viuda del millonario Josep Guardiola, o con la guardiola –en catalán: hucha, capital–, de la viuda. Y no sólo la prensa salvaje se permitía comentarios de ese tipo. Si en la buena sociedad barcelonesa los Milà eran respetados como miembros solventes de la burguesía, el pueblo llano tenía abundantes chascarrillos populares que atribuían a la pareja, como que el marido era un hombre de suerte porque iba al Liceo con su amante, mientras que en casa le esperaba una guardiola bien llena. 






Detalle de una columna del salón principal. El espacio en la actualidad, tras la instalación del Bar Restaurante.
En la imagen inferior aspecto original de un salón de la vivienda.

UN OLEAJE DE PIEDRA