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AMFAv "EN EL DESPACHO" (JMS)



(2/2) FRIEDRICH HUNDERTWASSER. ENTRE GAUDÍ Y JUJOL



Continúa... (*)

                   

                         Durante los últimos 25 años de su vida, 1975-2000, Hundertwasser los vivió en Kawakawa, Nueva Zelanda. Para los aseos públicos situados en el nº 60 de Gilles Street, el artista diseñó unos espacios que parecen inspirados por Antonio Gaudí y su trencadís, más ciertos conceptos constructivos y materiales traslúcidos reciclados como las botellas de cristal, sustitutos del caro pavés y aún más costoso vitral o los decorativos elementos comunes de forja y fundición. Todo ello arte povera utilizado anteriormente por Josep Mª Jujol en sus obras para penetrarlas con un soplo de luz.   



  




El revestimiento de paredes y suelos de estos aseos públicos en Nueva Zelanda, no olvida el símbolo por
 excelencia de ese país, la espiral Koru.  



LA TEORÍA DE LAS CINCO PIELES

Publicado en Gaudí y Más. 3 de febrero de 2015


                                             Somiers y rejas, herramientas de labranza, flejes, barras, despojos de herrería, ajuar y derribo, sirvieron a Josep Mª Jujol para convertir sus construcciones de poco presupuesto en obras admirables que hacen pararse al viajero. Un concepto retomado por Hundertwasser. No hay más que detenerse en esos techos que, igual que las menudas ventanas, los dos artistas transforman en coloridas sorpresas. Las coincidencias entre ambos son numerosas, por lo que hablar de inspiración, como mínimo, es coherente. 


Flejes, herramientas y otros elementos desechados, en esta escultura de Hundertwasser.


Viejas herramientas de labranza, aplanadas, como elemento decorativo de Jujol

Vasos, botellas y un porrón, puntos de luz azul en las cubiertas de la Casa Bofarull, 1914. 



En estas dos imágenes, techos policromados. Arriba, Hunderwasser. Abajo, la ferreteria
Mañach, de donde se escribió que sus techos semejaban salsas entrechocando. Con los
colores jujolianos por excelencia la autora recrea el original en esta foto en blanco y negro.




Arriba ventana del artista austriaco. Sobre estas líneas, una de Can Negre del tarraconense Jujol

En esta buena imagen frontal podemos comparar los detalles de ambas construcciones. En 1915, Casa Negre de
 Jujol (acj-construye.com)   

 De 1991, las Wohnee unterm Regentum, en Plochingen, Alemania, obra del creador vienés




TEORÍA DE HUNDERTWASSER SOBRE LAS CINCO PIELES



                Primera. La epidermis. 
              Lo más cercano al yo interior, lugar de nuestra infancia desde el que descubrimos el mundo.

                SegundaLa ropa. 
                Con retales de distintas telas empieza a fabricar sus propios trajes. Alto y delgado, conseguía una elegancia colorista que no pasaba inadvertida por donde fuese. Exposiciones, espectáculos, conferencias. El calzado también obra suya, y los calcetines siempre de distinto color, completaban su atuendo. En 1967 proclama su discurso conocido como “Hacia la desnudez”, ponunciado, precisamente, desnudo. En él propone su teoría de las cinco pieles:

                TerceraLa casa. 
              El “derecho a tener una ventana” era para él inalienable, como expresó en diversos discursos. - Algunas personas dicen que las casas consisten en paredes. Yo digo que las casas consisten en ventanas. El que vive en una casa debe tener derecho a asomarse a su ventana y a diseñar como le apetezca todo el trozo de muro exterior que pueda alcanzar con el brazo. Así será evidente para todo el mundo desde la lejanía, que allí vive una persona. Cualquier clase de diseño personal es mejor que la estéril muerte. Nuestras casas están enfermas desde que existen planificadores urbanos dogmáticos y arquitectos de ideas fijas.

                Cuarta
                Entorno social e identidad. Formado por la Familia, amigos, vecindad, región y país. Enemigo de la Comunidad Europea, que según él, despersonalizaba la idiosincrasia de los pueblos.

                Quinta.
           Vecindad mundial. La Naturaleza. Militante ecologista enemigo a ultranza de la energía nuclear. A favor de la paz y en guerra perpetua contra el racismo.
                  
               Por último, añadir que su teoría era que un buen edificio debe lograr unir dos cosas: La armonía con la naturaleza y la armonía con la creación humana individual. Somos simples huéspedes y deberíamos comportarnos consecuentemente. La naturaleza debe crecer libremente donde cae la lluvia y la nieve; lo que está blanco en invierno, debe ser verde en verano. Todo lo que se extiende en horizontal bajo el cielo, pertenece a la naturaleza. En las carreteras y los tejados deben plantarse árboles. La relación entre el hombre y el árbol tiene que adquirir proporciones religiosas. Así, la gente entenderá por fin la frase: la línea recta es atea. 

             Definición ésta última que lo emparenta con Antonio Gaudí, enemigo confeso de la línea recta en su obra.

   
Dibujo de Hundertwasser explicando los círculos que deben envolver al hombre para sentirse realizado

                       Sus cuadros tienen a menudo la originalidad de estar pintados en picado, vistos desde arriba. Plazas y casas, coches, barcos, campos, son representados por el artista a vista de pájaro. Atención a los colores primarios tan similares a los de su contemporáneo Pedro Uhart, aun cuando el trazo y la idea separe ambas personalidades.  



Una muestra de los cuadros de Friedrich Hundertwasser.

                           Su última travesía marítima fue pocos meses antes de su fallecimiento en el año 2000, que tuvo lugar en aguas del Pacífico a bordo del Queen Elizabeth IIª a causa de un ataque cardíaco. Tal y como había dejado dispuesto en 1979, Hundertwasser fue enterrado desnudo en el Jardín de los Muertos Felices, cementerio naturista de su querida tierra de AO TEA ROA, en Nueva Zelanda. Como pidió, sobre él plantaron un árbol de tulipán:

                               ...Cierro los ojos, y así como cuando concibo pinturas no veo las casas en color crema feo y hormigón que me rodean y veo prados verdes en todos los tejados, tengo muchas ganas de ser enterrado desnudo, sin féretro, y convertirme en humus bajo un árbol del tulipán, en mi tierra...


El árbol neozelandés del Tulipán, sobre la tumba del artista. 


6 comentarios:

  1. Las palabras claves son, para mí, creatividad y originalidad. El hombre debe convive con un entorno original y valora, estando en él, la creatividad de quien ha unido la Naturaleza con el medio en el que se encuentra. Aquellos que sólo rodean al ser humano de tristes grises y negros, alguna vez disimulados, son los detractores de una fantasía que provoca admiración y alegría. La luz incide en las obras de Hundertwasser, como en las de artistas en los que se basa, para generar un nuevo entorno más acorde con la valoración de la belleza de la mente humana. El reposo de Hundertwasser no podía ser otro: el alimento orgánico de seres vivos que fueron su pasión. ¿Se puede ser más coherente con su vida y obra? Dos extraordinarias publicaciones.

    Un gran y cariñoso abrazo, querida Anamaría.

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    1. Lo bueno del caso es que era un tipo optimista que iba haciendo su propio mundo como si viviera solo en él, ajeno a las corrientes artísticas y siguiendo su motor interior. Se obsesionó en conseguir suministros energéticos autónomos y lo logró, inventando un mecanismo que transformaba las heces en energía. Igual que cuando decidió vestirse cosiendo sus propias ropas a partir de retalillos. Fuera el gris y fuera el negro. Alegría para el paisaje, amigo Campillo.

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  2. Lo dicho: para hacer todo esto hay que ser un poco excéntrico y original, navegar contracorriente y permitirse el lujo de ser un tipo raro. Nadie puede negar la enorme creatividad que desarrolla este artista en sus obras.
    Un saludo, Ana María.

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    1. Qué sería la vida sin heterodoxos. Sin Galileos ni brujas.
      Qué jartura de Historia, Cayetano, qué sopor.

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  3. Hay algunos artistas o candidatos a serlo que usan la excentricidad para lograr notoriedad, pero sin aportar nada, no ya una corriente seguida por otros, a veces siquiera algo digno de admiración estética. No es el caso de este autor polifacético, al que hoy conozco gracias a usted, que fue excéntrico sí, pero con originalidad y un cierto sentido de lo bello en algunas obras, aunque sobre gustos ya sabe que no hay nada escrito. El bloque de viviendas que configura una colina llena de vegetación y un bosque en su cúspide me ha parecido muy original e integrado con la naturaleza, integración que practicó consigo mismo al ver como fue enterrado.
    Un saludo.

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  4. Hay personajes que aparte de su obra, vale la pena conocer sus vidas para valorar la creatividad que nos dejaron y entender que la excentricidad per se no aporta nada si no contiene algún fin positivo.
    Así descubrimos la calidad de este hombre, apasionado por dejar un mundo mejor que el que encontró y consecuente con sus ideas hasta el final.

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