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AMFAv "EN EL DESPACHO" (JMS)



(1/2) EL DOCTOR RICARDO-RIAD CORTÉS. UN BARCELONÉS QUE CUMPLIÓ SU SUEÑO



        
En este fin de año enviamos un abrazo a 
nuestros amigos Cortés, Esperanza y Juan
a quienes deseamos que se repongan pronto.

Ellos son los padres, auténticos motores,
que con su solidaridad fueron vitales para
que su hijo Ricardo-Riad lograra el sueño 
de ejercer la medicina en África.

Aunque antes, el joven debió recorrer el 
duro camino que le proporcionaría la 
 preparación de élite con la que conseguir 
financiación para su aventura...
 




                          Verano de 1980. Recién licenciado en Medicina y Cirugía, el título del doctor Ricardo-Riad Cortés no tuvo tiempo de reposar, porque meses antes de tenerlo en sus manos el aún estudiante ya había enviado ¡¡setenta y tres currículums!! completísimos, a otros tantos establecimientos sanitarios africanos y entidades internacionales patrocinadoras de proyectos en ese continente.

   De todos esos destinatarios le llegaron únicamente dos respuestas. Una del Ministerio de Sanidad de Malawi y otra muy prometedora desde Zaragoza, de Salvador Cortadella, el Fundador de Médicos Mundi España.

   Aquella autoridad quirúrgica a quien más tarde el novel conocería muy bien, no sólo era un humanista. Con el joven médico demostró buenas dotes de psicólogo, y en contra de algún colaborador a quien le parecía un desatino contratar a un titulado novato, decidió llamarlo para una entrevista a orillas del Ebro. Puede que su interés guardara una buena dosis de curiosidad ante un tipo que sin acabar la carrera manifestaba estar en posesión, de los sólidos conocimientos quirúrgicos adquiridos en las más de 5.000 intervenciones quirúrgicas realizadas como ayudante, que Ricardo enumeraba en su expediente. En el hospital zaragozano, el doctor Cortadella lo recibió portando en la mano la carta enviada por el joven médico, diciéndole mientras la agitaba:

        - Aquí afirma usted que tiene experiencia en cirugía de tórax. ¿Es así?

  Ante el asentimiento del aspirante que parecía muy seguro de sí mismo, el doctor depositó la carta en su mesa y tomó la pauta que le entregaba su enfermera con las diferentes intervenciones quirúrgicas que le esperaban aquel día, entregándola al recién llegado.

         - Venga, vamos a ver como se desenvuelve usted. Pasemos al quirófano.

  La relación de operaciones pendientes era variopinta y no sólo trataba del tórax. Fimosis, hernias, apéndices y otros órganos del abdomen, también entraban en un menú que Ricardo Cortés -después de ocho años ininterrumpidos de experiencia y vocación que estaba seguro se le notaban mucho-, aún recuerda relajado, como un paseo. La jornada terminó y al acabar, así, de pasada, el doctor Cortadella le dijo, tuteándolo:

        - Bien, veo que es verdad que estás bien preparado. ¿Cuándo te podrías incorporar como director de un hospital en el Camerún? La cosa urge.

   Ricardo Cortés había llegado a Zaragoza siendo el ayudante del doctor Soley Freixas en el Hospital Militar de Barcelona, y tres días más tarde partía para el África, su sueño. Eso sí, en tan poco tiempo había realizado un negocio ruinoso bajando su caché de 180.000 pesetas mensuales, a 40.000.



 El doctor Ricardo Cortés en una de sus primeras misiones en África. (RCO)




El doctor Salvador Cortadella, creador de Médicos Mundi



El doctor brasileño Ivo Pitanguy




BAJO EL SOL DE ÁFRICA