Por sus características y los materiales con que se construye, sólo tenemos constancia del Arte Efímero a través de la fotografía o el vídeo, única evidencia capaz de registrar que una vez alguien creó esa obra que pasó ante nuestros ojos como un meteorito. Por ello únicamente podremos hablar con rigor de esta especialidad desde finales del siglo XIX, considerándola la disciplina más joven, cuya singularidad evanescente la hace portadora del aura de lo artístico, lucero fugaz que interacciona al ser humano con la Naturaleza.
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La Naturaleza crea su propio arte helando estas flores |