Foto cabecera

Sant Quentin S-S - copia "SAN QUINTIN sur Sioule" Auvernia, Francia. Lugar de los antepasados de Antonio Gaudí.



FRÓMISTA Y BARCELONA UNIDAS EN MI RECUERDO (2/2 PARTES)



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                      Soberbia joya a pesar de su pequeñez y del humilde lugar en que reposa, una piedra circular de granito hace equilibrios en el borde de una acera de la calle del Milagro, en Frómista, allí donde hace casi seis siglos vivía un tal Pedro Fernández de Teresa. Se trata de La Piedra del Milagro. Una Sagrada Forma donde una cara lleva grabado un cáliz y la otra una cruz visigoda, conservando en su parte inferior la fecha del milagro, 1453.

                     Según la historia conocida en toda la comarca de Tierra de Campos, en ese tiempo vivía en Frómista el tal cristiano llamado Pedro, que pidió un préstamo a un vecino judío de la villa. Pero como llegado el momento de devolverlo, no lo hizo, el judío lo denunció a las autoridades eclesiásticas. Éstas castigaron con la excomunión a Pedro si no cumplía su obligación con el prestamista, ante lo cual el moroso devolvió el dinero, olvidando hacérselo saber a los responsables religiosos.     


                       Cuando tiempo después Pedro enfermó de gravedad, al ir a darle la comunión la hostia se quedó pegada a la patena sin que pudieran despegarla. Fue entonces cuando Pedro recordó el olvido, se lo dijo al sacerdote y por fin pudo volver a comulgar. Pero con otra Sagrada Forma, ya que la primera se había quedado pegada a la patena sin que nadie pudiera arrancarla. Frómista fue un enclave judío de importancia durante casi medio milenio, entre c. 1040-1492. También la calle Francesa, donde de antiguo había dos sinagogas, documenta su pasado. Asistí a una amena conversación sobre ese tema y desde entonces la visión de la pequeña piedra circular reposando en la acera me admira por el civismo de sus vecinos. 


                      Volviendo al motivo principal del texto, aprovecharé para decir lo agradable que es para un viajero (y ya no digo para el machacado peregrino del Camino de Santiago), encontrar un buen sitio a la hora del reposo. Acogedor, fresco en verano, a la sombra de una iglesia románica espectacular como es la de San Martín, con un buen tentempié y dos amables fromisteñas atendiéndolo. Las mismas que, en unión del banco –como puntualizó Lourdes, una de ellas- son las propietarias.


Iglesia de San Martín de Tours, Siglo XI. Frómista, Palencia. Camino de Santiago 

Capitel de Las Bodas en la iglesia de San Martín





Las dos caras de la Piedra del Milagro. Frómista.Palencia




FRÓMISTA. ARTE Y FRESCA CALIDEZ

FRÓMISTA Y BARCELONA UNIDAS EN MI RECUERDO (1/2 PARTES)


                              
                          Al haber crecido en el entorno monumental del barrio gótico de Barcelona, la presencia de artistas plásticos formó parte de mi niñez. Raro era el día que al salir para el colegio, nada más cruzar el portal no me encontrase con alguno que ya tuviera montado su caballete o abierto su cuaderno, presto para atrapar los rayos de sol que serpenteaban por los infinitos arcos de piedra que dan acceso a los callejones que envuelven el Born, o la luz escalando los muros de Santa Maria del Mar. Como cuenta el poema de Joan Maragall escrito para mi cercana calle de Jaume Giralt donde nació el poeta, cuando el sol ronroneaba por los húmedos muros de las casas, todo se embellecía y: - …llavors jo sentía/una esgarrifança/ de goig i alegria (*).



1º Premio en el XXVI Concurso de Pintura Rápida al Aire Libre "Villa de Frómist. Camino de
Santiago" Día del Peregrino", organizado por el Centro de Iniciativas Turísticas de
 Frómista.
Óleo Ermita del Otero, obra de Gonzalo Prieto Cordero. Abajo, cartel del
Concurso de este año


         
  
A MIS AMIGOS PINTORES         

FRANCISCO COELLO DE PORTUGAL: ARQUITECTURA CON AURA


                    Nada hacía pensar que aquel niño nacido en el Jaén de 1926, cuyos problemas cardíacos temían los médicos que no le permitirían vivir más allá de la adolescencia y que hasta los catorce años tenía que ser trasladado en brazos en muchas ocasiones, llegaría a los 87 años trabajando sin descanso. Ni que su carrera de arquitecto, que pareció quedar anulada cuando al poco tiempo de recibir su título decidió abandonar la profesión iniciando la carrera sacerdotal de fraile dominico, tendría una continuidad. Tampoco era previsible que al año de iniciar sus estudios eclesiásticos, cuando la Filosofía y la Teología le hacían pensar que ya nunca retomaría el compás y la escuadra, iba a recibir el encargo de realizar en León el nuevo Santuario de la Virgen del Camino (1).

                   Ni que a partir de ese momento hasta pocos días antes de su fallecimiento el pasado viernes 16 de Agosto, las dos vocaciones quedarían fundidas en un apasionado currículum llegando a rondar las 400 obras. 




Cincuenta años separan las dos fotografías.
Arriba,  Fray Coello en el Seminario de Palencia,
abajo, en una de sus últimas imágenes. 

“RECUERDA: MURO DE HORMIGÓN Y FACHADA DE VIDRIO”