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Soberbia joya a pesar de su pequeñez y del humilde lugar en que reposa, una piedra circular de granito hace equilibrios en el borde de una acera de la calle del Milagro, en Frómista, allí donde hace casi seis siglos vivía un tal Pedro Fernández de Teresa. Se trata de La Piedra del Milagro. Una Sagrada Forma donde una cara lleva grabado un cáliz y la otra una cruz visigoda, conservando en su parte inferior la fecha del milagro, 1453.
Según la historia conocida en toda la comarca de Tierra de Campos, en ese tiempo vivía en Frómista el tal cristiano llamado Pedro, que pidió un préstamo a un vecino judío de la villa. Pero como llegado el momento de devolverlo, no lo hizo, el judío lo denunció a las autoridades eclesiásticas. Éstas castigaron con la excomunión a Pedro si no cumplía su obligación con el prestamista, ante lo cual el moroso devolvió el dinero, olvidando hacérselo saber a los responsables religiosos.
Cuando tiempo después Pedro enfermó de gravedad, al ir a darle la comunión la hostia se quedó pegada a la patena sin que pudieran despegarla. Fue entonces cuando Pedro recordó el olvido, se lo dijo al sacerdote y por fin pudo volver a comulgar. Pero con otra Sagrada Forma, ya que la primera se había quedado pegada a la patena sin que nadie pudiera arrancarla. Frómista fue un enclave judío de importancia durante casi medio milenio, entre c. 1040-1492. También la calle Francesa, donde de antiguo había dos sinagogas, documenta su pasado. Asistí a una amena conversación sobre ese tema y desde entonces la visión de la pequeña piedra circular reposando en la acera me admira por el civismo de sus vecinos.
Volviendo al motivo principal del texto, aprovecharé para decir lo agradable que es para un viajero (y ya no digo para el machacado peregrino del Camino de Santiago), encontrar un buen sitio a la hora del reposo. Acogedor, fresco en verano, a la sombra de una iglesia románica espectacular como es la de San Martín, con un buen tentempié y dos amables fromisteñas atendiéndolo. Las mismas que, en unión del banco –como puntualizó Lourdes, una de ellas- son las propietarias.
Iglesia de San Martín de Tours, Siglo XI. Frómista, Palencia. Camino de Santiago |