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AMFAv "EN EL DESPACHO" (JMS)



ART LAND EN INVIERNO. DE NIEVE, HIELOS Y ESCARCHAS




Tumbada en la arena de Castellón, 25 gº mirando al cielo, noto la conocida sensación de que me desdoblo. Una vez más quedo al margen de la realidad, la cabeza en las nubes y mi darriere formando un hueco en la arena. Cierro los ojos y veo pasar un trineo. Mi mente cruza de un continente a otro, de Levante a Chile, de allí a Europa, casi Asia, con Pasternak sentado entre Lara y Zhivago y una manta abrigándoles las piernas. El paisaje cambia de golpe. La temperatura desciende, se desploma. Siento frío y empiezo a escribir...  


                           
                               Llegan la nieve y el hielo como avanzadilla de la Navidad convirtiendo la Tierra en una infinita Sala de Arte.

   Siempre reinan en los Polos. Pero es ahora cuando por todos los rincones de nuestro planeta surgen estampas heladas con formas que bien podríamos colocar en nuestra casa como adorno sobre la mesa familiar.

   Hasta yo, que soy más tropical que una papaya y mi cuerpo sólo espabila a partir de los 30 grados, he de reconocer que el invierno y los paisajes de frío extremo son la época más estética, cuando la Naturaleza nos ofrece las más bellas imágenes, las más delicadas. Como continuación de mi anterior entrada sobre el Art Land, el Arte de la Tierra, (*), ahí van una serie de instantes para recordar.


Columnas del Canal de Lemaire, en Argentina. Lugar llamado "El cementerio de glaciares" por la acumulación de
estos fenómenos que acaban pegándose unos a otros, acabando su vida derretidos por una cadena de circunstancias
físicas que al derretirlos bajo las aguas los saca a flote, y el viento se encarga de esculpir  las espectaculares columnas.


INCREÍBLE PERO CIERTO

PEPE EL DE LAS FUENTES. EN LA RIOJA, UNA HISTORIA MÍNIMA



                         Hayas, tilos, nogales, avellanos, tupiendo la bóveda imaginaria del bosque, junto al río. Romero, lavanda, sopaenvino, hinojo, enmoquetando el suelo. Destacándose entre las ramas, el ruido se materializa en un espectáculo insólito. Un enorme jabalí al que siguen la hembra y dos jabatos rayados aparecen de golpe hasta colocarse a tres metros de un pescador. Lo atropellado de la operación contrasta con los movimientos lentos, medidos, del acercamiento.

   Empieza una especie de danza entre el animal y el hombre.

   Al paso avanzado del jabalí, mirándolo fijamente con los curvos colmillos levantados, corresponde el retroceso del humano, repitiendo ambos la acción varias veces hasta que el primero, llevando en todo momento la iniciativa, da media vuelta seguido de su familia y vuelve a internarse en la espesura, quizá asustado por el sonido de los vehículos que no tardan en hacer su aparición en este remanso riojano de Viniegra.


En Pedrosa de Tobalina, el agua. (lifeisfun22.blogspot.com.es/)


 PEPE, LA ONG DE LOS MANANTIALES