Aquel día de 2017 como tantas otras veces, Manuel se disponía a improvisar con su guitarra. En esta ocasión no se trataba de un ensayo con sus compañeros de banda, los Misery Badía. Preparaba un tema para su madre, Isabel, enferma de alzheimer desde hacía unos diez años.
El hijo había comprobado a lo largo del durísimo camino recorrido, que la música que tanto había acompañado a la magnífica mujer que era su madre a través de una vida llena de avatares, lograba traspasar la espesa corteza del olvido en que iba sumiéndose, logrando en ocasiones que asomase a sus ojos y sus labios un esbozo de sonrisa. Y algunas palabras llenas de aquel cariño que, a pesar de los pesares, él estaba seguro de que ella seguía cobijando en lo más profundo, junto a la alegría con que siempre cantaba por casa.
Mientras ese día la recordaba así, como la banda sonora de su niñez, se le ocurrió tomar el teléfono y grabarla mientras él se dejaba ir, creando algo sin nombre ni tema preconcebido, sólo sus dedos en conexión con su mente y la bendita música envolviendo sus pensamientos con la madre de protagonista. Como siempre, no la perdía de vista. Fue entonces cuando, de repente, su deseo de ver si reaccionaba se hizo realidad, intensamente. Su madre empezó a sonreir y sus manos, que reposaban inmóviles, lentamente se agitaron tomando vida, ¡Y se pusieron a aplaudir!
Un diálogo a cuatro bandas fue tomando cuerpo; la guitarra hablaba, hablaban las manos del hijo, las de la madre, subiendo hasta sus labios para jalearlo, para decirle:
- ¡Guapísimo! ¡Te quiero mucho! - A lo que él respondía: -¡Y yo a ti más!
Qué podemos añadir a la escena. Nada que no hayan experimentado quienes han sufrido esta realidad. Que el hijo vivió esa mezcla de amor/dolor muy capaz de rasgarnos de parte a parte, a la vez que descubría una reserva de consuelo a la que poder volver cuando los recuerdos reaparecen y el alma ya no da más desí.
La señora Isabel Entrena falleció el pasado jueves 13 de febrero.
Vaya con estas letras el pésame al músico Manuel Calvo Entrena, de Barcelona, y a su familia. Y el agradecimiento por permitirnos compartir en estos días una experiencia que tanta emoción provoca.
Recuerdo que hacemos extensivo a todos los que han transitado sus mismos senderos.
Preparando su guitarra dispuesto a tocar para su madre. (clic en título inferior)