El Azul es el color del Ensueño,
el color del Arte,
un color Helénico y Homérico,
color oceánico...
y firmamental.
RUBÉN DARÍO
La paleta cromática
del arte europeo se había movido desde la
prehistoria entre el blanco, el negro y el rojo. No sería hasta el siglo III
que los romanos empezaron a utilizar en la pintura el azul que veían como un
color bárbaro, quizá relacionado con los ojos de aquellos invasores que
amenazaban su supremacía, aunque el color en sí se conocía en Perú desde 6000
años atrás, cuando empleaban la planta del índigo para teñir sus tejidos. Y
posteriormente en Egipto allá por el 1580 a.C., por utilizarse para diversos fines
el polvo de lapislázuli triturado, piedra preciosa tan cara como el oro.
En nuestro
territorio a partir del siglo IX, unidos los imperios bizantinos y carolingio,
el azul brota en las atmósferas y fondos pictóricos gracias a Carlomagno y su
acceso al índigo y otras plantas, quien descubriendo las posibilidades
económicas de extraer el pigmento de fuentes vegetales decidió aprovecharlo a
escala industrial, ordenando el cultivo extensivo de las plantas que al
fermentarse debidamente producían un azul deslumbrante.
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Portrait d'une mondaine. Hubert-Denis Etcheverry |
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Joaquín Sorolla y el Mediterráneo. Paseo a orillas del mar. 1909 |
EL PIGMENTO DE LOS SUEÑOS FELICES