Si llama su
atención el paso de un individuo determinado, el observador normal aquilatará su atractivo o
cualquier otra impresión visual que le provoque. Pero si resulta que el mirador es un artista del Body Art, no habrá visto andar a una persona
sino a un posible cuadro en movimiento, el soporte donde transformar la
realidad de un cuerpo en cualquier género de pintura dejando que le pueda la luz. Inmóvil o en marcha será
un paisaje, la mar, retrato, bodegón, un animal o una nube. Personaje de cómic con su dinamismo interno,
una puerta, un robot, la psicodelia. O un jardín, o…o…
En esta fotografía de Howard Schatz en 1999, Joanne Gair pinta rosas. |
Leni Riefensthal fotografió por última vez en 2000 al pueblo Nuba de Sudán |
Kiki de Montparnasse, actriz y modelo, amante de Man Ray, convertida por éste en violoncello al pintarle dos signos musicales, dos fortes, en la espalda. |
UN ARTE EFÍMERO, FIJO EN LA RETINA