El tono conciliador de la carta era complementario de otra conmovedora misiva enviada años atrás por Pablo Casals. Figura en Guilhermina, un libro del escritor portugués Mario Claudio, Premio Pessoa 2004. Jugando entre la realidad y la ficción, el autor cita un telegrama enviado a Guillermina por el maestro la noche de Fin de Año de 1913, el año de su separación, y en sus líneas Pablo dejaba escapar un anhelo:
Portada HISTORIA16 Nº 368 |
Publicado en Diciembre 2006
-Chére Guilhermina... Te deseo toda la dicha del mundo...En el momento en que abra la ventana para contemplar la medianoche estaré triste y pensaré en ti con toda mi alma. Tal vez también tú pensarás en mí...