La última vez que vi a Mark Burry fue de
lejos y desde lo alto. Iba con varios visitantes de la
Sagrada Familia que escuchaban atentos sus
explicaciones, que se adivinaban doctas. Mis recuerdos
volvieron en tropel y se me ocurrió que los años han sido
generosos con él, reforzando la pátina de autoridad que
este arquitecto amable y agudo ya tenía siendo el joven
entusiasta que tanto colaboró a que las obras del templo,
en especial los ventanales, dieran el salto a la
informatización.
Hoy les presento al arquitecto Mark Burry, al que entrevisté por primera vez hace veinte años cuando él ya llevaba otros tantos de conocedor gaudiniano. Nos encontrábamos en la Sagrada Familia, cuando se agachó para rebuscar en su maletín y creí distinguir algo de tierra entre sus cabellos, por lo que pensé que serían salpicaduras de las obras. Pero deseché la idea. Me pareció mucho más lírico, más afín a Gaudí, el imaginar que siendo de Nueva Zelanda, nuestras Antípodas naturales, Burry habría llegado hasta aquí por algún atajo secreto escalando el corazón de la Tierra.
Empezó contándome cómo el detonante para su llegada a Barcelona lo disparó la simple referencia oída durante una clase:
- Verá. En la Universidad escuché a un profesor que decía, señalando la imagen de una diapositiva: ...Y aquí, ésto de un tío que se llamaba Gaudí y que hizo unas cosas rarísimas, pero que no creó escuela... Punto. Y como no había formado escuela, pasamos de largo a la siguiente lección. Pero a mi me quedó grabado aquello del tío rarísimo que yo veía como algo different...
Lo que sucedió a continuación, fue que a pesar de las diferencias culturales y las de tiempo y lugar, la unión interestelar que se produjo entre ambos iba a dar notables resultados en los vitrales de la Sagrada Familia.
Así vio en 2010 el dibujante bonaerense Daniel Paz, cómo habría
diseñado Gaudí su ordenador. Que tiemble Appel... (*)
Mark Burry en las obras de la Sagra Familia. 1999 (A.Mª.F.) |
Burry en 2011. (LizaFitzpatrick) |
Su trabajo en el templo se ha centrado en los cálculos precisos para integrar las obras en las nuevas tecnologías. |
NUEVA ZELANDA: CÁLCULOS Y VENTANALES