Las preguntas son más importantes
que las respuestas.
GAUTAMA EL BUDA
RELATO
esde Vitoria,
cruzando el valle del Duranguesado que es el territorio mollar de todo el País
Vasco, Manu llegó al cámping de Lekeitio como un hambriento de calor en busca
del fuego. Nada había cambiado en diez primaveras. Quizás tan sólo el algodón que
desprendian los árboles en este mes de diciembre era superior al que él
recordaba de adolescente. Y no era extraño. Las copiosas lluvias de verano y
otoño ralentizando las estaciones, habían destilado con su alquimia una
explosión vegetal como no se veía hacía años, digna de figurar en las paredes
del Thyssen.
No tuvo necesidad de llamar a la puerta
del módulo. Su padre, como siempre a lo largo de su vida en común, se había
anticipado, había hecho lo que se debía hacer sin darle tiempo siquiera a que
el hijo pudiera planteárselo por él mismo, sin posibilidad de decisión.
Manu lo vio plantado ante él, rígido y
serio, vestido con la misma ropa gastada, la misma que le recordaba de toda la
vida en horas de ocio.
El
jersey verde con capucha que un día fue terciopelo y en el que hoy, placas
mates y brillantes alternaban su tejido. Los pantalones del chándal, bolseados
en las rodillas, ya eran viejos cuando él se fue de casa por primera vez quince
años atrás. Pero el color de su rostro, salud, sol, vida a la intemperie, unido
a la firmeza de su mentón, conformaba un aire de honestidad que hizo pensar al
hijo –quizá por deformación de su trabajo
como vendedor de automóviles-, que a un hombre con una apariencia así,
cualquiera le compraría sin dudar un coche de segunda mano.
 |
...Aquella cabeza podía haber sido la suya años atrás... |
RECUERDOS DE PLOMO