Dedicado a todos los pequeños comerciantes,
fijos o itinerantes, que en este año
olvidable apenas han podido ganarse el pan,
traemos aquí un recuerdo de ese alimento
de vida, con el deseo de que en el próximo
2021 renovemos tantos magníficos encuentros,
como el de la Feria del Pan de Grijota en
Palencia. Valgan para ello y aquí las dejo,
aun flotando en los aromas humeantes del
horno, las hogazas calientes del último año.
A veces, a la
periodista argentina Matilde Gini de Barnatán le atrapa el recuerdo de los cálidos
brazos de la avuela de Rodas, amasando el pan en su cocina de
Buenos Aires: - ¡Ayde! Azaremos un pan espondjado, un pan d’Espanya! -,
le decía en sefardí. Y ella vuelve a
verse de niña, rebujada en el olor único de aquel pan, que entre el vaho del
horno le hablaba de valores eternos (*).
Vaho que sigue en la médula del mosaico de culturas que es nuestra tierra. De él traigo esta muestra aprovechando mi visita a la Feria del Pan de Grijota, en Palencia, Castilla y León.
Antes de que el fulgor de la mañana
vierta su luz por la ventana;
ya el panadero se levanta...
Manuel Fernández Mota
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Amador, del Forno de Lugo en Castroverde, Lugo, posa con el orgullo de un pan excepcional. Gracias, amigo.(A.Mª.F.) |
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David Santiago, el estudiante de Bellas Artes que cambió su destino por el pan, en Villaverde de Pontones, Cantabria |
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José L. Miño, de Pan do Tres en Vilarmaior, A Coruña, y su pan, tierna rueda de molino. |
Publicado en Gaudí y Más. 9 de junio de 2018
EL PAN Y LOS POETAS