Amparo Moreno, con 100 kilos y la corona de Reina de l'Eixample (1) a cuestas, confiesa a esta entrevista que lo del peso le viene de familia, y aunque con un régimen llegó a los 59 kilos prefiere llevar su elevado peso como estandarte, irradiando buen humor. Además lanza una proclama a los lectores masculinos para cubrir la plaza de príncipe azul que falta en su vida.
Amparo Moreno en su domicilio con su pekinés "Blas". 1987 |
AUNQUE NO LO CREAN, SOY MUY TÍMIDA