Este 2013 que acaba se han
cumplido seis años de la muerte de Lluís Mª Xirinacs.
El
día de su 75 cumpleaños, lunes 6 de Agosto de 2007, salió de su casa con idea de subir al monte Taga, en la Serra Cavallera de la comarca gerundense del Ripollés, lugar conocido por ser un referente en la historia de Cataluña.
Al parecer, su plan era subir los 2041 m. hasta la cima y tumbarse con su saco y su botella de agua para
contemplar la soberbia panorámica que se divisa, meditando hasta
dejarse consumir por inanición y acabar fundido con la Naturaleza. Pero debió
quedar agotado antes de llegar y paró a descansar en un bosque de Ogassa
llamado el Coll de la Tuta, en la sierra de Sant Amand, reposo del que no volvería a levantarse. Allí, en la más completa
soledad, partió para el infinito el ex-senador y ex-sacerdote Lluís Mª
Xirinacs Damians, a poca distancia del santuario de la Virgen de Vilabona.
Cinco días después, el 11 de Agosto de 2007, un vecino de la zona encontraría
su cuerpo sin vida.
Tras dar aviso el cadáver fue hallado por los Mossos d’Esquadra, que al principio supusieron que Xirinacs podía haberse suicidado ya que el ex sacerdote llevaba una nota en su bolsillo en la que decía: ...En pleno uso de mis facultades, marcho porque quiero acabar mis días en la soledad y el silencio… Si me queréis hacer feliz, no me busquéis. Si alguien me encuentra le ruego que, esté yo como esté, no quiera perturbar mi soledad y mi silencio. Pasarían cinco meses hasta hacerse pública la autopsia por parte de la Fundación Randa (1) depositaria de su herencia política, informando de que el ex-sacerdote había fallecido de muerte natural.
Tal y como pedía Xirinacs en su nota, todo el lógico protocolo tras un suceso de esa categoría fue acallado, deslizándose en silencio hasta hoy. Silenciosa e inusitada velocidad en
celebrar sus funerales. Silencio en los medios. Silencio al no mencionar la
causa de su muerte. Silencio en los aniversarios con excepción de algún medio, como la página de su Fundació.
LA TRAICIÓN DE LOS LÍDERES