EN NAVIDAD, SUBIRACHAS Y SAÚL STEINBERGG
En estas fechas, mientras suenan por las esquinas
campanillas y villancicos, enviamos un mensaje de
resistencia desde un rincón de esta Europa que tanto
sabe de exilios y batallas. Igual que el protagonista del
texto, hoy siguen saltando de país en país sin ellos
quererlo, ni merecerlo, millones de hermanos que rezan
y aman con la misma nostalgia de su tierra y en la misma
lengua que no hace tanto lo hicieron nuestros familiares.
lengua que no hace tanto lo hicieron nuestros familiares.
Felices Navidades a todos.
ibujo, cinematografía y arquitectura. Con estas tres especialidades creadoras vertebró su discurso el escultor de la Sagrada Familia de Barcelona, Josep Mª Subirachs, el 29 de abril de 1990, día de su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ofreciendo un texto que no dejó indiferente a los asistentes (*).
Explorar, mirar, sentir un flash!. Cualquier soporte es bueno para crear un nuevo mensaje. (Saúl Steinberg) |
ILUSTRAR CON IRONÍA
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UNA MÚSICA EN LAS NALGAS
Nos sorprenden los músicos que recuperan
instrumentos antiguos, luthiers que se afanan
recreando melodías de las que a veces sólo
tienen una referencia escrita del dispositivo que
las produce, o la imagen dibujada en una cueva.
De cualquier manera, aunque nunca sabremos
si el sonido era ése, al escucharlas sí conoceremos
que un día los dioses de la música unieron las almas
de dos melómanos. A través de milenios, dos seres
tapados con pieles o cubiertos de seda cruzan el eter
a lomos de un mismo sentimiento...
Siempre me han hecho gracia las interpretaciones que suelen darse a las imágenes de sexo inusuales, gore o francamente aberrantes, de ciertas obras catalogadas de religiosas. Y es que cuando se intenta enmascarar lo muy obvio, el resultado suele ser hilarante.
Las fechas en que Hieronymus Bosch, El Bosco, realizó el tríptico de El Jardín de las Delicias, aún después de innumerables pruebas son de una amplitud notable, ya que lo he visto datado por voces muy serias entre 1480 y 1515, calificando la obra tanto de juventud, como de plenitud o madurez. Desde Bélgica la tabla pasó a Holanda, de allí fue llevada por el Duque de Alba hasta la Orden de San Juan, viajando por fin al Escorial en 1593 al ser adquirida por Felipe II. Trasladada al Museo del Prado en 1939 para su restauración ya no se movió de sus paredes, donde hoy podemos seguir admirado esta pintura compleja de múltiples interpretaciones, como casi todas las del autor.
Y desde principios de 2014, también identificar la partitura oculta de una melodía desconocida que el artista logró hurtar durante medio milenio a los entendidos, hasta que dos estudiantes norteamericanos, Amelia y Luke, supieron ver lo que durante todo ese tiempo había pasado inadvertido a los ojos de millones de observadores.
Detalle musical de El Infierno |
¡ATENCIÓN AL POETA DE LA CÁMARA!
Ante la mirada del
observador no se escuchará el paso de una imagen a otra, ni el enfoque, ni el
click sonajero del objetivo fijando distancias.
Tampoco sabremos con
exactitud el nombre del fotógrafo que se convirtió en gárgola, ya que diversos
testimonios coinciden en datarlo con dos filiaciones distintas.
¿Se tratará de Albino Rodríguez
Alonso? ¿O será José Sanabria, el fotógrafo que en lugar de un pajarito, envía
un chorrillo de agua mientras nos enfoca desde lo alto de la catedral de
Palencia?
Un día se sabrá la verdad y
por fin podremos referirnos a él como al Santo Patrón de los Fotógrafos.
Aquellos seres pioneros de siglos pasados, aficionados o profesionales,
rareza armada con un artefacto de fuelle que siempre recordaremos vestidos con el largo guardapolvo que protegía su traje de la desidia.
Tipos amantes del arte, de lo bello, que se encaramaban a lo alto de los monumentos allí donde nadie se aventuraba, para dejar en nuestros archivos el testimonio de su mirada. En prevención de que si un día, el destino reservara una tragedia a los portentos de nuestro Patrimonio, hurgando en sus cubetas y carpetas encontraríamos la manera de volverlos a la vida, como tantas veces sucedió.
Tipos amantes del arte, de lo bello, que se encaramaban a lo alto de los monumentos allí donde nadie se aventuraba, para dejar en nuestros archivos el testimonio de su mirada. En prevención de que si un día, el destino reservara una tragedia a los portentos de nuestro Patrimonio, hurgando en sus cubetas y carpetas encontraríamos la manera de volverlos a la vida, como tantas veces sucedió.
Vocacionales que hoy seguimos encontrando
pegados a las piedras y paisajes cuando peregrinamos por los ventanales de
blogs ajenos. Y que siendo cierto que algunos -según se asegura- a veces cobran
por ello, más lo es que a gusto pagarían por seguir disfrutando de su pasión.
Larga vida, larga vista, a los poetas de la
cámara.
El fotógrafo que acompañaba al arquitecto Jerónimo Arroyo fotografiando sus obras y restauraciones. ¿Sería Albino Rodríguez Alonso? ¿O quizá José Sanabria?(XatakaFoto) |
EL NOTARIO DEL PAISAJE
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