Un aliento de vida gozosa envuelve al paseante que fija la vista en la Casa Negre de Sant Joan Despí, en Barcelona. La casa parece haber sido diseñada al remover y quedar adheridas en la playa las ondulaciones de un mar café con leche. El hombre sigue mirando, sus ojos recorren la temblorosa fachada, tropiezan con una carroza a la que hubieran desmontado las ruedas y esperara su reposición con los flejes apoyados en dos polletes. ¿Surrealismo gratuito del observador?
Portada de la revista HISTORIA16. Nº 313 |
LA PASIÓN DE CREAR