Un inciso. A la visión básicamente masculina que ha especulado en cientos de obras sobre el lugar de nacimiento de Antonio Gaudí, se le ha pasado por alto algo muy obvio que resulta transparente para cualquier observadora que haya sido madre. La realidad es la realidad y vaya la siguiente reflexión con todos mis respetos para quien sea menester: Ninguna mujer en su sano juicio, nacida y viviendo en una calle principal de una ciudad tan avanzada como era Reus a mediados del siglo XIX, puntera en España, y en Cataluña sólo aventajada en importancia por Barcelona, se trasladaría expresamente a dar a luz en carro y por un camino de carro, hasta una casita llena de utensilios de labranza a kilómetros de distancia de un hospital. Y mucho menos siendo el quinto parto de una mujer que ya había perdido varios hijos.
DE CONCHAS Y ROSAS