El pasado
martes 20 de marzo, el diario Le Monde abría
así su cabecera:
El Ex-Presidente Sarkozy, bajo custodia
policial por presunta financiación ilícita en la campaña de las presidenciales
francesas de 2007
Fue leer la noticia y comprender que mi
capacidad de aguante había llegado a su límite.
Nicolás Sarkozy, el paradigma de la
elegancia, el verbo aristocrático, el estilo europeo sintetizado en un glamour capaz de resistir los 45 grados de Arizona, trajeado de Armani y sin que una gotilla perlara su labio superior, no era más que otro presunto afanador.
Porque, pase que en España nos hayan estafado políticos
de varias autonomías, entre ellas las dos que me incumben de cerca, Madrid y
Barcelona, más otras varias.
Pase que en un chiringuito de Coimbra junto al río Mondego, mientras todos los clientes se
paralizaban ante las noticias del televisor mostrando esposado al Ex-Presidente del Gobierno portugués José Sócrates, acusado de fraude y
sustracción, el camarero que nos servía se acercase a nuestra mesa diciéndonos en
voz alta: -No hay manera de que les
sobrepasemos en nada, ¿eh? Hace unos días vimos un reportaje donde salía el Ex-President
de la Generalitat de Cataluña y toda su familia, acusados de haberles robado a ustedes 4.000
millones de euros. Y ahora han detenido nada menos que a nuestro Ex-Presidente Sócrates, ¡y
sólo por haberse llevado 20 millones de euros! Como se ve que ustedes son más
ricos…
Pase.
Pero si el dandy Sarkozy también va en el mismo cesto, es que ya no tenemos salvación. Fin de la esperanza.
En cuanto a Coimbra, mi primera impresión al oír al camarero fue filosofar sobre si acababámos de recibir un insulto o un
halago. Por suerte no tuve tiempo de deprimirme porque mi mente empezó a generar una
algarabía de teclas y timbres. Mi formación contable volvía de las catacumbas para
calcular cuánto nos habían mangado a cada español y a cada habitante de nuestras dos principales fronteras. Y eso que no incluí en el cálculo a los otros tres queridos vecinos, Marruecos, Gibraltar y Andorra, que por sí mismos ya merecen capítulo aparte.
Sumas y
divisiones correteaban por mis neuronas, yendo y viniendo, hasta que comprendí el profundo sentido que escondían las palabras del camarero: El Producto Interior Bruto mundial había entrado en una nueva dimensión. Los países ya no éramos ricos o pobres basándonos en la Renta Per Cápita de cada ciudadano. Lo éramos en función de cuánto
lograban robarnos los políticos corruptos.
Desde 1502, con El Bosco pintando al Trilero, también llamado Prestidigitador, o Escamoteador, ha pasado más de medio milenio y ahí seguimos, tan bobos como
los personajes que él inmortalizó en su cuadro. Escuchando al charlatán y mirando el movimiento de la bolita -o de la bandera- hacia donde él sabe dirigir nuestros ojos, tragándonos y vomitando todos los sapos de la mentira, mientras los largos dedos de sus compinches entran a saco en nuestros bolsillos.
EL BOSCO, INSUPERABLE CRONISTA SOCIAL
Publicado en Gaudí y Más. 24 de marzo de 2018
Siempre atento en sus pinturas a denunciar los pecados del mundo, sin olvidar la ironía, El Bosco nos dejó un amplio catálogo de los gozos y miserias del género humano. Aquí, situando al mago junto a una tapia por la que sus cómplices podrán arrojar el botín, los trece personajes componen un cuadro en el que no falta nada para explicarnos la escena que representa. El perro disfrazado de saltimbanqui espera paciente a los pies del protagonista, que porta un cesto en su cintura con una lechuza, símbolo de burla y herejía.
Fingiendo estar absorto en el influjo de la luna, con anteojos de poeta y la boca abierta del idiota simulado, la mano diestra de un ratero desaloja la bolsa del tonto que se traga todo lo que quiera el de la bolita.
Otra mano amigable avanza. Ganando espacio hasta llegar a la manga donde seguramente un infeliz guarda las monedas. Mientras, un dedito diestro va levantando el collar de la dama que se ha parado a ver el espectáculo.
Como siempre, quien está al tanto de todo es un niño, divertido y a medias inocente, a medias pícaro, observando la realidad.
Fingiendo estar absorto en el influjo de la luna, con anteojos de poeta y la boca abierta del idiota simulado, la mano diestra de un ratero desaloja la bolsa del tonto que se traga todo lo que quiera el de la bolita.
Otra mano amigable avanza. Ganando espacio hasta llegar a la manga donde seguramente un infeliz guarda las monedas. Mientras, un dedito diestro va levantando el collar de la dama que se ha parado a ver el espectáculo.
Como siempre, quien está al tanto de todo es un niño, divertido y a medias inocente, a medias pícaro, observando la realidad.
El perro y la lechuza |
Qué pretende
El Bosco con este relato, tiene tantas interpretaciones como espectadores.
Critica la superchería del pueblo llano, su credulidad, a la vez que deja un
toque compasivo ante su inocencia.
Arriba y abajo, mirando la bolita y tragando sapos... |
Mientras una mano avanza hacia la bolsa... |
Los Reyes Católicos fueron los iniciadores de la admiración por este autor y tras ellos su bisnieto Felipe II, amante coleccionista de Tiziano y del artista que hoy nos ocupa, de quien llegó a reunir un gran número de óleos sobre tabla que más tarde se expondrían en el Museo del Prado. Donde continúan hasta hoy los ejemplos más admirados, entre ellos El Jardín de las Delicias y Los siete pecados capitales.
Unos dedos avanzan robando un collar... |
El "bobo" finge distracción mientras su mano atrapa la bolsa... |
Y el niño observa la escena, divertido... |
Realizada con algunas variantes, esta excelente copia de la pintura también merece una mirada. |
En cuanto al Prestidigitador, tabla de 53 cms. de alto por 63 de ancho, se encontraba expuesta desde 1872 en el Museo Municipal de Saint-Germain-en-Laye, Francia. Hasta el 13 de diciembre de 1978, cuando el grupo francés de extrema izquierda, Action Directe, sustrajo la obra.
Aparte del disgusto, la noticia dejó un toque cómico en un pueblo tan dado al humor como el francés . Tenía su gracia que El Ladrón hubiese sido robado por un grupo de colegas.
En febrero de 1979 el cuadro fue encontrado y devuelto al museo, aunque las carencias de seguridad demostradas por el citado edificio aconsejaron no abrirlo al público hasta no ser subsanadas. Desde entonces sus puertas siguen cerradas y la obra bien custodiada. Aunque no diremos dónde.
Ana Mª Ferrin
Dos grandes verdades: los ladrones roban en función de la riqueza del lugar. A mayor desarrollo, mayores son las tajadas y las comisiones. La segunda: después del Bosco, poco se ha inventado ni en pintura ni en vicios de la población.
ResponderEliminarUn saludo, Ana.
Contemplar los cuadros del Bosco precisa de tiempo y abarca varias sensaciones. Primero, la sonrisa.
EliminarBuenas Pascuas, amigo
Magnifica descripcion del cuadro.Robar de una u otra manera es habito o practica de gentes que lo convierten en profesion.
ResponderEliminarEl cuadro representa una escena que hoy mismo podiamos ver en las Ramblas de Barcelona . Han pasado mas de cinco siglos y vemos que solo han cambiado las formas el fondo sigue siendo el mismo y seguimos avanzando.
Aparte de estas consideraciones la felicito y agradezco sus escritos.
Gracias por la visita, Jesús
EliminarSé que la realidad de su comentario molestará a quienes no quieren que se hable de ese tema, común a muchas grandes capitales, pero como diría un filósofo murciano, "Lo qué és, és".
Un saludo.
Ay Ana María, podemos prolongar tus aprensiones hasta el sur de América, en que como señalan las noticias que nos hieren día a día hay países en que no quedan ex Presidentes que no estén presos...o fugados.
ResponderEliminar¡Ay, Esteban! No me recuerdes el tema que tus colegas de los noticiarios nos tienen agotados. Imagino como deben estar ellos. Saludos
EliminarEl dinero es muy goloso y si está al alcance de personas ambiciosas y poco honradas seguro que no se reisiten a llevárselo. Me ha gustado mucho la descripción tan detallada que has hecho del cuadro del Bosco.Besicos
ResponderEliminarPienso en los políticos honrados que sé muy bien lo que trabajan y se esfuerzan por sacar adelante sus proyectos. Pero de ellos nadie hablará, no son noticia.
EliminarMandados por una caterva de "trileros" y siendo, como dijo Gil de Biedma, un "pueblo de cabreros", capaces de digerir todo lo que nos echen.
ResponderEliminarBesos.
P/D.- Se me olvidaba: con trajes de Armani, se roba mejor.
Gil de Biedma era un Grande y sabía de lo que hablaba. Solo añadiría que, visto lo visto, ese pueblo de cabreros no somos unicamente nosotros, es universal.
EliminarP/D Ya que lo hacen, que nos alegren la vista. Saludos
Me ha gustado mucho la introducción que haces de la pintura del Bosco y lo político. Solo decirte que es posible que lo del camarero fuese un cumplido, porque Sócrates, de haber tenido la posibilidad de los 4000 millones, no se hubiese llevado solo 20...Ya me he dado cuenta que los políticos, sean de donde sean, son exactamente iguales...
ResponderEliminarEn cuanto al cuadro: No hay diferencias entre ese cuadro de hace 500 años y un foto que pueda hacerse en una calle de cualquier gran ciudad...
Besos
Qué cierto. Me has recordado la oración del aspirante a un cargo, que decía: "Dios mío, no te pide que me des. Solo te pido que me pongas donde haya"
EliminarTambién a ti.
Los tiempos cambian poco: el pueblo sigue considerándose tonto, los prestidigitadores y los trileros continúan afanando el bolsillo del contribuyente, y siempre hay alguien, un espectador, atento, que nos avisa de lo que ocurre sin que en realidad pase nada sustancial para que la situación cambie.
ResponderEliminarUn beso
Ahí está el problema. Que por muchos que capten lo que está pasando, son más los que no quieren verlo.
EliminarBesos para Béjar
El trilero al igual que el timador existen porque alguien se deja engañar con la falsa promesa, en la mayoría de los casos, de ganancias que podrían ser suculentas. Así ha sido, así es y así seguirá siendo mientras la credulidad siga siendo una característica del ser humano.
ResponderEliminarEl Bosco es único e irrepetible.No recordaba el robo del cuadro.
Un abrazo.
Los trileros son un milagro de pervivencia. Seguro que en el mundo clásico ya estaban por los mercados. Quizás hasta en las letrinas públicas romanas, amenizando la espera.
EliminarQue pases una buena Pascua, Ambar.
Querida Ana María, qué bien y con qué gracejo has explicado la pintura de Bosco. Y no en vano, España que es la cuna del pillo más emblemático que ha dado la literatura, el lazarillo de Tormes, sigue " regalándanos" hoy día muchos que no se conforman ya con un trago de vino o unas uvas...
ResponderEliminarGracias, siempre.
Qué personaje el ciego, leí el libro de niña y aún recuerdo su agudeza, el pescozón al Lazarillo y el sentido común del porqué sabía el robo de las uvas.
EliminarA ti, hermosa.
Pois é Ana, inicias este teu trabalho com Sarkozy, ex-presidente francês, que de início parecia ser uma reportagem política, mas vais mais além com a análise que toma corpo nesta bela crônica social, com o talento que te tornaram jornalista e escritora. As imagens postadas deram mais corpo às ideias ai expostas. Gostei muito da tua postagem.
ResponderEliminarSaludos, Ana.
Pedro
Gracias, Pedro.
EliminarDesde la Antiguedad parece que el género humano no tiene remedio y por eso buscamos leyes más duras para disuadir a los corruptos. Pero las leyes las aplican los hombres, así que...
Siempre he pensado que habría de dársele un vuelco al presupuesto nacional. Dejarse de tanto armamento y tanta policía e invertir en enseñanza, en cultura, en potenciar los valores y la figura del maestro, el auténtico héroe de nuestro tiempo.
Por soñar que no quede.
Magnífico El Bosco.
ResponderEliminarRobar parece que está muy de moda .
Me ha encantado tu escrito y todo lo que aportas .
Excelente.
Feliz semana.
Un fuerte abrazo.
Ya estamos casi al final de las fiestas.
EliminarTe deseo que las acabes muy bien.
Lovely photos, the painting is beautiful.
ResponderEliminarWish you Happy Easter.
Han sido semanas de un clima poco común aquí. Incluso ha nevado en sitios increibles.
ResponderEliminarUn abrazo y también una Feliz Pascua para ti.
Debía ser El Bosco, sin duda lo fue, un gran observador, y plasmó lo que tantos conocen, y muchos padecen: la ambición y su satisfacción por medio del engaño, de la que tanto son culpables los timadores como los timados. Así es la condición humana, a veces.
ResponderEliminarTengo entendido que ahora el Bosco y sus trileros andan de nuevo por Valencia. No sé si será verdad...
EliminarSaludos y Buenas Fiestas, DLT