Respetando la tradición
de la Semana Santa ,
compartamos la curiosa historia del criptograma de Josep Mª Subirachs. En la próxima
entrada seguiremos con los avatares de los violoncelistas Pablo Casals y
Guilhermina Suggia.
En la Sagrada Familia, una visitante llegada de Teherán pasea con su hija de diez años, explicándole las actitudes que muestran los grupos de esculturas realizados por Josep Mª Subirachs para la Fachada de la Pasión.
Como cualquier persa, lleva milenios de
cultura en la piel, por eso le resulta un placer la contemplación del arte por
el arte. Coge a la pequeña y se sienta en un banco frente a la izquierda de la
fachada para observarla a sus anchas. Saca del bolso una hoja de información
turística y empieza de verdad para ella la visita al templo. Se coloca las
gafas oscuras sobre la melena azabache que campa a su aire y por un momento
cierra los ojos absorbiendo el olor del plantío aromático del jardincillo.
La
niña trepa sobre ella sentándosele encima. Y contagiada por la madre que le
explica La Sagrada Cena, observa muy seria las esculturas chupando un trozo de
coco.
– Mamá, ¿Por qué hay un
perro detrás del asiento de Judas? –le pregunta. La madre responde:
– Se refiere a la fidelidad traicionada.
– ¿Y ese
cuadrado con números? ¿Y esa serpiente?
- Ese cuadrado se llama criptograma. Y si sumas cada línea de números,
por cualquier cara siempre te dará treinta y tres. La serpiente nos está avisando de que el beso que Judas le da a Jesús no es sincero.
- ¿Y por qué los números suman treinta y tres,
mamá?
– Porque Jesús tenía treinta
y tres años cuando Judas lo traicionó, cariño–.
Con la sencillez con que se
cuenta un cuento, la madre intenta explicar a su hija las raíces culturales a
las que pertenece.
Y
eso que por ignorarlo, no puede contarle la verdadera sorpresa del
criptograma, que sigue líneas abajo.
Tras la escena escultórica de El Beso de Judas, Subirachs colocó su criptograma 1997 (AMF) |
Una de las puertas centrales de La Pasión en la Sagrada Familia, obra de Subirachs. Sobre la palabra Jesús, en oro, una minúscula reproducción del criptograma bañado en oro. Abajo, detalle. |
Grupo de la Última Cena de Subirachs en La Pasión. 1997 (AMF) |
UN
CUADRADO CON SECRETO PROPIO
Publicado en Gaudí y Más. 4 de abril de 2015
En el tercer milenio a.C. en China ya se conocían los cuadrados mágicos. Como posteriormente en India, Egipto y Grecia. Por su parte, Subirachs, admirador del Durero dibujante y sus símbolos, tomó para situarlos en su fachada de La Pasión dos detalles definitivos de la compleja iconografía del artista alemán, el poliedro y el criptograma que nos ocupa. No es la primera vez que el arte nos trae referencias a las matemáticas, con paciencia pueden encontrarse numerosos ejemplos en diversas obras.
Hasta hoy puede afirmarse que en casi todas las corrientes artísticas algún autor nos ha dejado su interpretación o recuerdo de los criptogramas. De los últimos, el pintor Oscar Carballo, el arquitecto Manuel Ayllón en Madrid, la doctora Ramona Madoloff en Lisboa y los situados en Pueyo de Jaca, Huesca.
Hasta hoy puede afirmarse que en casi todas las corrientes artísticas algún autor nos ha dejado su interpretación o recuerdo de los criptogramas. De los últimos, el pintor Oscar Carballo, el arquitecto Manuel Ayllón en Madrid, la doctora Ramona Madoloff en Lisboa y los situados en Pueyo de Jaca, Huesca.
Alberto Durero (1471-1528). Melancolía. Arriba a la derecha vemos el criptograma, cuyas dos casillas inferiores del centro muestran con sus números, 15 y 14, la fecha de su realización. 1514. |
Agnolo Bronzino (1503-1572). Retrato de un joven. Detalle |
Escultura en el Trinity College de Dublín con una réplica del criptograma de Durero. |
La Línea Azul del metro de Lisboa. Un viaje por la historia de las matemáticas en sus estaciones Aquí, diseño de la doctora Ramona Madoloff en homenaje a Durero sumando en cada línea, 34 |
Con referencia al
criptograma de Josep Mª Subirachs se ha dado otra circunstancia de las que han ido sucediendo en la
Sagrada Familia, inexplicables desde el punto de vista lógico. El hecho
siguiente le ocurrió al escultor en el mes de Septiembre de 1998 (*).
Domingo, 13. Ocho de la tarde. Hasta el
escultor llega el director de orquesta holandés, Krämer, con las galeradas de
un libro que está próximo a publicarse.
El libro no trata de armonía, ni sobre
historia de la música, tampoco sobre composición. El grueso, muy grueso
volumen, contiene una recopilación densa, a la manera sajona, de los
criptogramas esparcidos por las obras de arte de todo el mundo. El escritor
aficionado ha esperado a jubilarse de los escenarios para emplearse a fondo en
terminarlo y publicarlo.
Ha venido hasta Barcelona para conocer al
escultor y felicitarlo por haber conseguido un criptograma que además de una
determinada cifra, da en clave de números –el 1 para la A, el 2 para la B,
etc–, y en el antiguo alfabeto latino, la palabra INRI, (Iesus Nazarenus Rex
Iudeorum, o sea, Jesús Nazareno Rey de los Judíos), leyenda insertada por los
romanos en la cruz, como una burla, sobre la corona de espinas.
Ante la sorpresa de un Josep Mª Subirachs
desconocedor por completo del hecho, el erudito caballero holandés no sale de
su asombro.
Había pensado que el encuentro sería con
alguien de una sabiduría matemática y filológica fuera de lo común y resultaba
que sólo era una casualidad. Pero llamar casualidad a un tema tan complejo era
subestimarlo. ¿Cómo podía suceder algo así? ¿Cabría imaginar una voluntad
superior que hubiera guiado la mano del escultor y su cerebro?... Un milagro.
–No –Subirachs concluye con guasa el relato, añadiendo con su media
sonrisa–. Si ya me dijo Joan Bassegoda
que en vez de a Gaudí, es a mí a quien deberían santificar...
Sin embargo el milagro no lo era tanto, ya que el cuadrado no puede situarse entre los llamados "puros" por incumplir dos leyes básicas que faltan en el suyo: No repetir números (Subirachs repite el 10 y el 14) y formar todos los números una serie de consecutivos (a su cuadrado le faltan los números 12 y 16).
Ana
Mª Ferrin
(*) Ignoro si lo que le transmitió el visitante a
Josep Mª Subirachs era correcto. Animo a los amigos entendidos a que nos lo
aclaren.
El episodio figura en
un extenso capítulo sobre la fachada de La Pasión en la Sagrada Familia, en mi biografía del escultor: El Tacto y la Caricia. Subirachs.
En el siguiente
enlace, datos, sinopsis y primer capítulo del libro.
Cuando lo mágico y lo cabalístico se suman a la iconografía. Lo que dota a la obra de una mayor carga intelectual y de un mayor misterio como corresponde a una obra de temática religiosa, ya de por sí solo al alcance interpretativo de algunos iniciados. Los criptogramas son "añadidos" que potencian y enriquecen el contenido de la obra, sea esta artística o literaria. Un "entretenimiento" muy del gusto de autores como Julio Verne o Allan Poe, muy decimonónico.
ResponderEliminarUn saludo.
De niña recuerdo muchas referencias cabalísticas en antiguos libros de aventuras, algo que últimamente parece retomarse. De Verne, sólo con el recuento de lo que llegó a publicar, lo que dejó inéddito, las ediciones que se le han hecho, las tesis, ya tenemos un buen montón de cifras.
EliminarSaludos
Estos edificios siempre están llenos de misterios y enigmas :)
ResponderEliminarUn saludo
Jordi, una obra que lleva 133 años en pie imagínate lo que guardará dentro.
EliminarAhora que hablas de este curioso pictograma incluido por el maestro Subirachs (de gran sentido del humor por aquello del milagro y de la beatificación), me hace muchísima gracia, o no tanta, que en muchas pseudo guías aparezca como signo inequívoco de la tendencia masónica de Gaudí. ¡Para echar a correr!
ResponderEliminarUn beso
El tema de la masonería tiene un buen capítulo en lo que se refiere a Gaudí y su obra. Haremos algo pronto.
EliminarBesos
Aunque no sea puro, me gusta. Estos mensajes crípticos dan a las obras que los contienen un misterio añadido, que despierta la curiosidad sobre la obra. Quién sabe si Dan Brown, en alguna próxima novela, utiliza este criptograma de Subirachs para alguna de sus “paganas” aventuras literarias.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues no estaría mal.
EliminarPero, ¿y si lo hiciera alguien del país que conociera al dedillo los intríngulis de la obra?
Qué te parece, DLT
Ana María, tu artículo es tan interesante como necesario. Creo que a pesar de la aparente sencillez de un criptograma de orden 4, cuando Josep Maria Subirach lo ubicó en la fachada de la pasión se creó ese pequeño gran milagro al que te refieres. No, no es todo lo perfecto que debería por los motivos que relatas, la duplicidad de dos números, pero posee algo que no se encuentra fácilmente en otros criptogramas: la suma de los números en los vértices, así como la suma de los cuatro números centrales también es 33, al igual que la suma de los números de las dos diagonales. Este es su milagro matemático como criptograma. Es muy rara esta coincidencia en otros símbolos similares.
ResponderEliminarPor otro lado, su simbología, en efecto, posee variopintas interpretaciones. Entre ellas, además de la que explicas perfectamente, como sabes, la posible pertenencia de Subirach a la masonería por ser 33 sus grados tradicionales. Esta interpretación ni es mala ni buena, es lo que posiblemente, además de la edad de Jesús, podía haber sucedido porque no es nada extraño que perteneciese a esta institución, como lo eran gran parte de grandes mentes de su época. No es ninguna malvada institución, excepto para nuestro generalito traidor, al que no admitieron en la misma. Por tanto, sea cual fuere su intención, su gran aporte a estas simbologías, tan complicadas como bellas, fue su preciosista estructura matemática que no poseen otros criptogramas. Es un tema apasionante.
Un gran y cariñoso abrazo, querida Anamaría.
Este es un buen tema para ti, Antonio. Cuando entré en el asunto de las cifras allá por finales de los 90, me pareció un mundo con muchas posibilidades literarias.
EliminarHe conocido a bastantes personas de capacidades y profesiones distintas para quienes los números son un tema de ocio de lo más divertido. Y en concreto este pequeño criptograma que al mismo Subirachs le parecía un accesorio sin pretensiones, ha resultado tener una repercusión importante.
me gusta leer tus pies de foto .Me pregunto si eres tan organizada con todo.
ResponderEliminarMás. querida María. Estoy a punto de ser la mujer cúbica, 100x100 perfecta.
EliminarBesos y que no falte l humor
Lo del INRI no cierra por ningún lado. O no lo entendí,y perdí el tiempo.
ResponderEliminarLo del INRI no cierra por ningún lado. O no lo entendí,y perdí el tiempo.
ResponderEliminarLo de INRI está relacionado con los números duplicados en el cuadrado, 14 y 10
Eliminar14 + 14 + 10 + 10 = 48
Ahora si ponemos las letras del alfabeto latino en orden la I está en el puesto 9, la N en el puesto 13 y la R en el 17
9 + 13 + 17 + 9 = 48