Foto cabecera

Sant Quentin S-S - copia "SAN QUINTIN sur Sioule" Auvernia, Francia. Lugar de los antepasados de Antonio Gaudí.



GARCÍA-LORCA, GAUDÍ, DALÍ Y EL SÍNDROME DE STENDHAL


 

                         Era un día caluroso del verano de 1927, cuando los dos amigos catalanes de Federico García Lorca, Salvador Dalí y el filósofo Francesc Pujols, lo llevaron a conocer la Sagrada Familia. Hacía un año que el arquitecto había fallecido y con su gesto quisieron hacer un homenaje al maestro. 

  El alma lírica de Federico García Lorca apreció de inmediato el matiz dual de un Portal derritiéndose al sol, mientras la decoración representaba carámbanos de hielo y nieve, y coronándolo, una orquesta de ángeles tocaba sus instrumentos a todo volumen.

   Por eso, ante la pregunta que le hicieron más tarde, de cuál ha había sido su impresión, Federico  confiesa: “…He sentido un griterío, un clamor de gritos sonoros que se van haciendo estridentes a medida que la Fachada se eleva cielo arriba, hasta mezclarse con las trompetas de los ángeles en una zambra gloriosa que no hubiera podido soportar más que unos momentos”.(1)

  Y en efecto, no pudo soportarlo porque fascinado con las formas de aquella piedra nueva, recién tallada en forma de carámbanos, con la cabeza echada hacia atrás durante largo tiempo para contemplar los altos del Portal y sus campanarios, al poeta empezó a nublársele la vista entre mareos y arcadas y a punto estuvo de caer al suelo.


García-Lorca a la izquierda, Dalí tras él.


 El fastuoso Portal central de la Sagrada Familia con su orquesta.


ENCUENTRO EN LA PRIMERA FASE