Como una más de las procesadas que se debaten en los juzgados españoles, Ana Mª, treinta y cinco años, tres hijos, se ha pasado días buscando en diversos lugares la posibilidad de abortar en Barcelona. Ha sido un peregrinar simulado, deliberadamente alejado de colectivos y asociaciones que lo facilitasen. Lo interesante consistía en conocer qué tipo de respuestas podía obtener una mujer sola, por libre
EL LARGO, LARGO, PEREGRINAJE
Publicado en Sant Andreu Expréss. Juliol/Agost 1987
En estos momentos se encuentra despenalizado el aborto en tres supuestos a saber: Si el embarazo es resultado de una violación. Si existe peligro de malformación en el feto. Y en el caso de que este embarazo pueda representar un peligro para la vida de la madre. Papel mojado. Un mínimo número de los casos que se producen anualmente en España podría incluirse dentro de esta legalidad.
Un cuarto supuesto, el socioeconómico, que hubiera logrado el libre acceso de la mujer a este servicio con todas las garantías clínicas y legales, no ha logrado seguir adelante aunque según un portavoz del Instituto de la Mujer, «está al caer». Las legislaciones europeas comunitarias oscilan entre la absoluta prohibición en Irlanda, hasta una total libertad en Holanda, en donde los plazos para la ejecución no tienen límites. No obstante, la media aconsejable para la interrupción, es, en la mayoría de países, de doce semanas.
Cuando son provocadas sin atención medica, las maniobras abortivas suelen ser siempre motivo de problemas. Antes de existir los antibióticos, la temible sepsis, o infección post-abortum, causaba estragos entre las mujeres que se arriesgaban a esas manipulaciones traumáticas con el coraje que presta la desesperación. El Concilio de Ancyra (año 314), ya mencionaba el aborto como un homicidio y extendía la excomunión a todos los que participaban en él: madre, médicos y colaboradores morales o físicos. Apoyados en la condena eclesiástica, los sectores conservadores bloquean el cuarto supuesto a la Ley del Aborto, que dejaría a la mujer con la única presión de su conciencia para decidir si desea o no ser madre.
LA BARCELONETA
La Barceloneta es el lugar indicado por una residente del Paseo Fabra i Puig. Para solera en solucionar problemas, este barrio, pues hace ya veinte años y no muy lejos de donde me indican, a mi informante le habían practicado un aborto con anestesia y atención médica. Sólo el precio se ha multiplicado, pues a ella le costó entonces medio sueldo, 2.500 pesetas.
El siguiente paso lo doy en el barrio de Hostafrancs, en un consultorio ginecológico donde me aceptan a la primera insinuación y con un tacto ante mi actitud apenada que me hace sentir culpable por mi fingimiento. Más aún cuando se prestan a facilitarme el pago de la factura fraccionándolo.
En la zona de Verdún, el médico del consultorio de Planificación a quien me dirijo, me informa que sí, "podrá ayudarme", pero antes interesaría que me hiciera una ecografía para mayor garantía. Las mujeres que acuden para los diferentes servicios que se prestan, entran más en la denominación del «rosa» (17 a 25 años), que del «amarillo» (25 a 40 años).
Premura
L'Hospitalet fue otro lugar al que me dirigí. En este consultorio una doctora y una sexóloga me informaron de que no exístía problema para la intervención, eso sí, la premura era vital para que me lo efectuasen. Era su único requisito. También aquí del pago podría hablarse, lo importante era que no me lo pensara demasiado porque entonces no se prestarían.
Y por último, la visita a la clínica en cuestión a la que se refiere el Dr. Jose Mª Dexeus en su entrevista. Lo más parecido a un búnker custodiado por vigilantes. Ronda las 150.000 pesetas por cada interrupción de embarazo, el precio más alto de la escala comprobada por mí, en el que el primer peldaño (35.000 pesetas), me lo dieron en el barrio de Hostafrancs. Las prácticas del caro centro médico del barrio de San Gervasio son un secreto a voces, lo compruebo porque al no apreciar rótulos visibles me veo obligada a preguntar (yo creía que con toda discreción) a distintos vecinos. Al volver la espalda les oigo susurrar «pobre...hace mala cara».
Agujas de Tricotar
Como aporte especial cabe destacar que en el dossier preparado para este trabajo existen también diversos auxiliares que se prestaron a "orientarme". Y eso sólo por citar a los practicantes médicos, pues aún existen rescoldos de aquel subdesarrollo que describía Maxence Van Der Mesck en «Cuerpos y almas».
Me refiero a la autointerrupción del embarazo con agujas de tricotar, sondas, cánulas, irrigaciones, baños de asiento a temperaturas prohibitivas, y tanto mecanismo suicida a los que históricamente se han agarrado las mujeres sin medios económicos que las arropen con el velo de la sanidad y la respetabilidad. Quedamos emplazados para hacer públicas las direcciones pertinentes cuando la legalidad que repetitivamente me informan de que «está al caer», sea una realidad.
Mientras tanto, las manifestantes que desfilaron en Barcelona el pasado año, es seguro que seguirán portando las pancartas que salieron en todos los medios informativos, donde se leía: ¿Seguiremos necesitando estas direcciones?: Clínica Pregnance Advisory Service, de Londres. Centre For Human Reproduction (Amsterdam).
Para cerrar el recorrido, una alternativa para quien duda qué camino tomar ante un embarazo no querido, es la Asociación Pro Respeto a la Vida. Esta Asociación aconfesional, que, según manifiesta se subvenciona con donaciones particulares, ayuda a la mujer que no quiere tener el hijo, pero tampoco se decide a abortar. Mientras decide qué hacer, el Centro de la C/ Bonaplata nº 42, teléfono 204 71 77, le proporciona alojamiento, asistencia y asesoramiento.
Si decide tenerlo puede acoger la espera hasta el momento del parto en el Albergue Maternal Santa Eulália y, hasta que enfoque su vida, hay posibilidad de ayudarle a conseguir un medio con el que mantenerse ella y el niño. En caso de que la mujer tenga alojamiento, se ofrecen para colaborar en la manutención. También puede darse en adopción. Ellos se colocan al margen, pero si la interesada lo desea pueden ponerla en contacto con los mecanismos legales de la Maternidad. Una constante durante la conversación mantenida, fue la cuña: No lo haga, cometería un acto irreparable. Luego le pesaría. Siempre puede haber un camino para solucionar los problemas. No aborte, es un ser humano, piénselo bien.
Ana Mª Ferrin
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