Enric Majó cree que la Generalitat se ha volcado excesivamente con Flotats, ya que antes de la llegada de éste a Catalunya no faltaban actores que “por su trayectoria y coherencia también fuesen merecedores de un apoyo total para crear el futuro del Teatro Nacional Catalán.
EL ACTOR HABLA DE DISCRIMINACIÓN CON
RESPECTO A OTROS COMPAÑEROS DE PROFESIÓN
Publicado en SANT ANDREU EXPRESS. Julio/agosto de 1987
- Una poesía
- Una canción.
- A pesar de tener dos zapatillas en lugar de oídos, “La barca del temps”, de Marina Rosell.
- Un lugar.
- Mi casa, este divino sofá y dejarme adormilar en él mientras veo la televisión.
- Una comida.
- La vasca, la catalana, la andaluza, la china, la árabe, la valenciana. Y cualquiera cocinada por mí.
- Un cuadro.
- El perro semihundido de Goya. Allí nacía el arte abstracto.
- Un paraje.
- El que envuelve al Hotel Sahara Palace, en Túnez, o generalizando, todo el desierto. Todo Egipto.
Enric Majó |
Enric Majó sigue el juego de las respuestas rápidas buscadas por mí para que el fotógrafo capte diferentes matices en el rostro del actor, que pasa a ser un ventanal con todas las atmósferas posibles asomado al cuadro de grandes dimensiones que domina su acogedor domicilio. Pintura original suya bañada de azules y verdes, en la que destaca una tela blanca colgada de un cordel, entorno moruno que Enric nos describe como el apunte de un baño oriental tomado en uno de sus viajes. Estoy aquí para entrevistar a un primerísimo actor y director y me sorprendo con un pintor superlativo.
Ha paseado su último espectáculo “Setmana Santa”, basado en la obra de Espriu, por toda la geografía, donde han podido apreciar cómo la obra de un místico con el sabor a sal del Maresme, se fundía en las raíces de la Catalunya rural que tan bien conoce este rubinense.
- Es un espectáculo teatral desarrollado a partir de un texto que se compone de cuarenta poemas. Originalmente hubiera sido un monólogo, pero por su densidad lo convertí en un texto dramático. Hasta ahora ha sido mi trabajo más total, mi compromiso mayor en la escena porque en ella soy aparte de actor, director y productor, diseñador plástico y escenógrafo junto al Esbart Dansaire de Rubí –mi pueblo-, que también interviene en la obra.
CRISIS EMOCIONAL
- Aunque fundamentalmente seas un hombre de teatro y últimamente se haya estrenado tu película “La rossa del bar”, ha sido la serie de televisión “Goya” la que te ha dado popularidad hasta en Cuba y Albania. Sin embargo en lo personal te costó una crisis emocional importante. ¿Cómo superaste aquello?
- Te voy a contar algo que en su momento no quise que se supiera. Es verdad que una parte del problema fueron los kilos y la cantidad de frustraciones y gratificaciones que me proporcionó un año entero de grabación, pero es que además coincidió con la muerte repentina de un sobrino mío de dieciocho años, la persona de mi familia con quien me unía una relación más profunda. Fue un golpe que me derrumbó, no encontraba una salida y me costó muchísimo superar una depresión tan brutal.
- Se te aprecia una gran sensibilidad hablando de la familia, y ya que lo mencionas, en ocasiones un hombre echa de menos unos hijos, alguien en quienes dejar un mensaje. No sé si a tus cuarenta y tres años te lo habrás planteado, si te gustan los niños.
- Sí, me gustan y es algo que sé que voy a echar de menos y más a estas alturas cuando sé que no voy a tenerlos. Pero mi vida ha ido por ese camino y hay que asumirlo.
- Volviendo a tu profesión. Eres partidario de representar únicamente clásicos catalanes aunque la calidad sea discutible, o de primerísimos clásicos castellanos aunque sean traducidos.
- Y aún sin traducir, la calidad siempre primero. Yo he elegido prioritariamente expresarme artísticamente en catalán, pero no estoy cerrado a otras cosas en otros lugares.
- Te has expresado en disconformidad con el mimo demostrado por las Instituciones de Catalunya para con Josep Maria Flotats.
- Yo no tengo nada en contra de Flotats, me parece un buen actor. Lo que sucede es que, aquí, en épocas muy duras hemos estado trabajando el teatro en catalán mucha otra gente. De primerísima fila, como vuestra paisana Rosa Mª Sardà o Pau Garsaball o Paquita Ferrándiz y también el Lliure. Por eso, cuando la Generalitat se vuelca de ese modo con Flotats y hasta le ponen un teatro, creo que no son justos. Porque si hay aquí unos profesionales que por su trayectoria y su coherencia merecían un apoyo total para crear el futuro Teatro Nacional Catalán, son los del Teatre Lliure y nadie más que ellos. Y no soy el único que piensa así. La Administración Central lo ha entendido muy bien y ha contratado a Lluís Pascual para que dirija el Teatro Dramático Nacional y ahí están sus éxitos. Como catalán lo lamento, pero en Madrid lo hicieron perfectamente. Fueron a por lo mejor y lo mejor era Lluís Pascual. Su decisión es para aplaudirla.
Ana Mª Ferrin
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