Subí el pasado día 26 de marzo a la azotea de La Pedrera con idea de tomar unos detalles que me faltaban para un trabajo sobre el arquitecto Francisco Juan Barba Corsini. No había vuelto a visitarla desde hacía diez años y al visionar las imágenes de mi cámara, me topé con una de las parejas en las que debía pensar el arquitecto cuando empezó a proyectar los trece apartamentos en que transformó el desván de la casa, en 1955.
El apartamento Nº 2. Como resultó. Tal y como lo encontró
Barba Corsini. Como lo proyectó. Y en la actualidad. Fotos
de FJBC., Catalá Roca, y la última de AMªF. en 2012
Un proyecto destinado a ser hábitat de jóvenes parejas
como éstos visitantes japoneses de La Pedrera (A.Mª.F.)
UNA HISTORIA EN CUATRO FASES
Publicado en Gaudí y Más. 6 de Octubre de 2018
-Durante un año estuve yendo todas las mañanas a las buhardillas a pelearme con las ratas. -me contaba Barba Corsini en 1998-. En serio. Fue un placer trabajar así, imaginando que por allí irían a vivir parejas jóvenes y dándome el tiempo que requería algo tan especial, las mediciones y cálculos para que cada espacio tuviera su aporte de luz. Y algo que me divirtió mucho, crear todo el mobiliario incluidas las lámparas y muchos accesorios. ¿Si me enriquecí? Por Dios, económicamente fue ruinoso, menos mal que mi estudio ya estaba en marcha y yo también iba por las tardes, nunca pienso en aquello como un negocio. Sí le digo que fue un disfrute y también hizo que se me conociera a otro nivel.
Cuando se hizo cargo del proyecto no era un recién llegado al oficio, desde un año antes de obtener el título en 1943 ya venía participando en el Servicio de Construcciones que puso en marcha tras la Guerra Civil todo un compendio de intervenciones. Abierto su estudio en 1945 y con una buena experiencia práctica, aprendió a copiar hasta hacer las cosas bien hechas, a obedecer, a construir austeramente. Pero él necesitaba más, su concepción de la arquitectura no acababa simplemente viviendo de ella a base de curar y reconstruir, dejando la profesión colgada de una percha cuando salía del estudio, quería vivir una motivación que lo emocionara cada día, sorprenderse, eso que atisbaba ojeando las revistas de arquitectura venidas de un más allá al que no sólo cerraban fronteras. –Intuía, sabía, que mi profesión podía ser apasionante.
El arquitecto en los años de La Pedrera
Maqueta con la estructura del desván de La Pedrera. 2012 (A.Mª.F.)
Allí estaba él alrededor de la cuarentena debatiéndose en qué hacer con su vida, cuando en plena calle el azar hizo que se encontrara a un amigo director de la productora Warner Bros, que tras un rato de conversación, le dijo: –Dentro de unos días estrenaremos aquí una película de King Vidor, "El Manantial". Ven a verla en el pase privado, seguro que te gustará.
Tal y como relató el episodio al entrevistarlo para un reportaje sobre Josep Mª Jujol, de quien Barba Corsini había sido discípulo, como Oriol Bohigas y Jose Aº Coderch, así lo publiqué en mayo de 2002 en la revista HISTORIA 16. El guión de aquella película estaba basado en la biografía de F. Lloyd Wright, un arquitecto de vida arrebatada y creador comprometido hasta el límite con su profesión, le valió a Barba Corsini para decidirse a desaprender y encontrar tiempo para hacer real la arquitectura que ya lo era en su mente.
Le pregunté si creía que La Casa de la Cascada de Wright le había servido de inspiración para proyectar el chalet que construyó para el doctor Pérez del Pulgar en Cadaqués, porque a pesar de sus curvas el concepto de integración en el paisaje era el mismo. Me respondió que aunque de manera inconsciente estaba seguro de que sí, por lo mucho que lo admiraba.
Josep Mª Jujol, profesor de F.C. Barba Corsini
- Podía haber aprovechado más aquellas clases con Jujol –recordaba-. Aún me parece verlo vestido de oscuro con el chaleco amarillo y su débil voz, aunque no era un hombre muy mayor. Era a finales de los años treinta y debía andar por los sesenta años pero creo que ya se encontraba mal. En la clase de Copia de Detalles hicimos muchas copias que después de la guerra sirvieron para reconstruir los destrozos del Patrimonio. Venía uno por uno a ver nuestros dibujos, los iba cogiendo y los enriquecía con toques que nos dejaban maravillados de lo bien que lo habíamos hecho, sin pensar que el resultado final se lo debíamos a él.
Una ocasión nostálgica lo devolvió a sus años de estudiante el día 14 de mayo de 2002, cuando fuimos juntos a visitar el aula de la Universidad Central donde Jujol impartía sus clases. A esa sala la llamaban La Siberia por lo gélido de sus inviernos y hasta los ateridos estudiantes -recordaba el arquitecto- llegaba ensayando sus escalas la voz alada de la soprano Victoria de los Ángeles, hija de un bedel de la Universidad que habitaba allí con su familia.
Habían pasado muchas reformas por los espacios universitarios pero la esencia del lugar permanecía y los recuerdos del antiguo asistente a las clases se ramificaban. El primero, hacia el bedel Mariano, una institución para todos los estudiantes de la época. Otro, para el profesor de física que en un arrebato docente llegó a comerse una mosca para convencerlos del gran papel de los microbios en el organismo humano. Y un tercero para el profesor que no nombraremos, un hombre todo ternura, historiador bondadoso, un alma de Dios. Pero que salivaba de tal manera que era temible para los situados en la 1ª fila, por lo que la frase: ¿Llevas el paraguas? se convirtió en el código de pertenencia a su clase.
Dos nuevos apartamentos con sus respectivos proyectos
A Barba Corsini le ofrecieron en 1955 transformar las buhardillas de la conocida obra de Antonio Gaudí, La Pedrera, unas antiguas dependencias destinadas al servicio de la finca con lavaderos y trasteros, que en esos años habían perdido su utilidad y eran una ruina ocupada a partes iguales por trastos, moho y mugre. Más un ejército de ratas de las que el arquitecto tuvo que protegerse los primeros tiempos que pasó en aquel espacio, planteando bocetos con los distintos desarrollos que se le iban ocurriendo.
¿Le gustaba Gaudí? La realidad era que hasta entonces ni lo había tenido en cuenta, influenciado por una generación de arquitectos que con pocas excepciones lo consideraban un autor finiquitado, cuyas formas y conceptos había que ignorar. Pero algo con lo que sus profesores no contaron era que el joven técnico veía lo que veía. Y no estaba dispuesto a cerrar los ojos ante lo que descubrió en La Pedrera; una maestría en las soluciones que tenía mucho de genial y la poesía de unas formas que no se parecían a nada.
Continúa...
Ana Mª Ferrin
Barba Corsini. Como lo proyectó. Y en la actualidad. Fotos
de FJBC., Catalá Roca, y la última de AMªF. en 2012
como éstos visitantes japoneses de La Pedrera (A.Mª.F.)
UNA HISTORIA EN CUATRO FASES
Josep Mª Jujol, profesor de F.C. Barba Corsini |
- Podía haber aprovechado más aquellas clases con Jujol –recordaba-. Aún me parece verlo vestido de oscuro con el chaleco amarillo y su débil voz, aunque no era un hombre muy mayor. Era a finales de los años treinta y debía andar por los sesenta años pero creo que ya se encontraba mal. En la clase de Copia de Detalles hicimos muchas copias que después de la guerra sirvieron para reconstruir los destrozos del Patrimonio. Venía uno por uno a ver nuestros dibujos, los iba cogiendo y los enriquecía con toques que nos dejaban maravillados de lo bien que lo habíamos hecho, sin pensar que el resultado final se lo debíamos a él.
Dos nuevos apartamentos con sus respectivos proyectos |
A Barba Corsini le ofrecieron en 1955 transformar las buhardillas de la conocida obra de Antonio Gaudí, La Pedrera, unas antiguas dependencias destinadas al servicio de la finca con lavaderos y trasteros, que en esos años habían perdido su utilidad y eran una ruina ocupada a partes iguales por trastos, moho y mugre. Más un ejército de ratas de las que el arquitecto tuvo que protegerse los primeros tiempos que pasó en aquel espacio, planteando bocetos con los distintos desarrollos que se le iban ocurriendo.
Gracias, realmente es hermoso ��
ResponderEliminarGracias a usted por la visita.
EliminarRecuerdo esa película, El Manantial, basada en una novela de Ayn Rand, e interpretada por Gary Cooper y Patricia neal.
ResponderEliminarNo me extraña que fuera su inspiración. EL personaje, es un notable ejemplo de libertad y de no someterse a las ordenanzas que el capital impone. Siendo además un arquitecto rompedor y moderno.
Muy documentado tu trabajo.
Besos.
Tuve el honor de conocerlo y comprobar su generosidad, como cuento en la segunda parte. Murió en 2008. Y la última vez que hablé con él me contó la pena que tenía porque al hacer una restauración de la finca, destruyeron los trece apartamentos para hacer un espacio divulgativo, con exposiciones. Y el creía con razon, que eso era robarle a La Pedrera parte de su historia. Debían haber respetado al menos una de las viviendas porque todo, muebles y elementos decorativos eran únicos, piezas creadas especialmente por él para esa obra.
EliminarSiempre sorprende esta construcción, por dentro y por fuera. Cuando visité la Casa Milá hubo rincones que no pude ver. Me imagino que debido a que no todo estaba expuesto al público.
ResponderEliminarUn saludo, Ana.
No sé cuando estuviste. Cuando los nuevos propietarios del edificio lo compraron y restauraron fue cuando hicieron desaparecer los apartamentos de las buhardillas, que luego transformaron en espacio de arte. Quizá fuiste por entonces.
EliminarMe han encantado esos apartamentos, no conzco el edificio más que por fotografías pues las veces que he estado en barcelona ha sido de pasada sin posibilidad de visitarla.Besicos
ResponderEliminarSi puedes, no dejes de ir a verlo cuando te acerques por aquí. Ahora está precioso, con todas las pinturas del vestíbulo y las escaleras restauradas. Besicos a ti.
EliminarMe gustaría mucho visitar este edificio. Solo con las fotos, me quedo impresionado.
ResponderEliminarBesos
Es espectacular, desde la entrada al piso principal y las terrazas, las chimeneas, la forja de los balcones. El 15 de septiembre terminaron las sesiones nocturnas de jazz en su azotea, algo mágico con Barcelona a sus pies. A ti.
EliminarUna maravilla!
ResponderEliminarVisitarla está entre mis asignaturas pendientes.
Un abrazo.
Ya me dirás. Seguro que te encanta. Otro a ti.
EliminarAquí en Chile, estimada Ana María, se dice en sorna en torno al aprendizaje, que la persona se está "curturizando".
ResponderEliminarEsto es lo que me pasa leyendo esta interesante historia de la vida real.
Ay, Esteban. En Rancagua se está construyendo la única obra de las tres que Gaudí proyectó para el extranjero y que pronto será realidad.
EliminarUn abrazo.
Qué gran aporte de cultura nos regalas!!.
ResponderEliminarRecuerdo la película "El manantial ". Por cierto, muy buena.
Siempre muy interesante visitarte.
Un beso.
Hay que ver como se conectan las cosas. Y como vemos cada uno detalles distintos en la misma imagen, Amalia.
EliminarCoincido con Amalia en el gran aporte cultural que nos regalas siempre. Ya sea con vivencia y entrevistas en países latinos, como la cantidad de anécdotas sobre Subirach, Gaudi, y su obra. Esta entrada sobre la transformación de las dependencias de servicio de La Pedrera, me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo, Ana María
Lástima que no se conservara ninguna de aquellas intervenciones. Hubiera sido de gran interés, incluso para el conocimiento de esa época tan importante en que la decoración y arquitectura de interiores, dio un vuelco mundial. Abrazos para ti.
EliminarPois é, amiga Ana, esses artistas, tão especiais, tão especiais que são os arquitetos, criam suas obras de arte fazendo essas transformações nos imóveis como este que você belamente descreve.
ResponderEliminarNós temos aqui no Brasil, como você sabe, uma cultura que criou arquitetos de grande importância, o que me levou a admirar os seus trabalhos.
Grande abraço
Pedro
Hace bien en recordarnos la gran aportación de Brasil a la arquitectura. Tengo un trabajo preparado hace tiempo sobre el tema que pronto estará en esta página. Saludos, Pedro.
EliminarEl espacio de la buhardilla de la Casa Milá convertido en aparatamentos de diseño... Lo que ahora nos parecería una aberración entonces fue una oportunidad para la capacidad creativa de Barba Corsini. Si las fotografías nos ofrecen una idea aproximada de la división del espacio, los dibujos y acuarelas preparatorias me parecen una maravilla del diseño. Qué pena que no se puedan mantener la obra original y la de Barba Corsini a un tiempo (es imposible).
ResponderEliminarUn beso
Estoy segura de que si llegas a verlos te hubieran interesado muchísimo. Tanto por su ingenio en las soluciones, como porque entonces fue una revolución el convertir lo que eran bellos arcos de madera podrida con peligro de desplome, gobernado por un ejército de ratas, en pequeños y exquisitos apartamentos para una o dos personas. Fue una aventura muy valiente por parte de los propietarios y sobre todo, de Barba Corsini. Besos.
EliminarDatos, anécdotas, erudición, y siempre instructivos estos reportajes.
ResponderEliminarVi ayer en televisión un programa en el que analizaban el problema de la vivienda en las grandes ciudades, y concretamente en Barcelona. Hablaban de esos pisos mínimos, les llamaban pisos colmena, que proliferan como única oferta posible para quiénes no pueden acceder a mejores viviendas.
Y he pensado en los apartamentos de que nos hablas. Con una gran diferencia. El gozo que debe ser vivir a la sombra de Gaudí aunque sea en escasos metros. Y encontrase cada mañana a esa belleza de vecinas. Las chimeneas.
Un saludo y gracias, siempre.
Después de ver el plano que está en esta entrada y las fotos de la que hoy publicaré, cuando vengas y visites la buhardilla podrás hacerte idea de cómo fueron estas viviendas. Gracias a ti siempre, por tus palabras y tu tiempo.
EliminarAdemás de tu espléndida documentación y comentarios personales de Barba Corsini, es decir, Howard Roark interpretado por Gary Cooper, la impresión de la obra de Gaudí en él, desconocedor de la misma y las transformaciones que le propusieron y llevó a cabo con éxito, nos muestran a un personaje de maduración tan lenta y segura que su obra es tan importante como la propia Pedrera transformada. La calidad humana, aprendida de King Vidor, a través de Gary Cooper y entrevistado por Ana María Ferrín, Dominique Francon, interpretada por Patricia Neal, conforman un mundo real que es idéntico a la novela y guion de Ayn Rand. Revelarse contra lo establecido, adaptarse a nuevas formas y líneas, a la vez que se escribe libremente sobre las ideas de un nuevo genio de la arquitectura. Dos personajes que han culminado en un encuentro sin principio ni fin pero que nos muestra el amor por lo novedoso y la adaptación de la creatividad a viejas ideas que nunca han envejecido. Perfecto, Anamría. Un abrazo.
ResponderEliminarDoble satisfacción. Leer tus comentarios en los que siempre pones hilo a la aguja, y entender al verlos, que tus ojos están volviendo a ser los fieles compañeros que tanto te hacen disfrutar.
EliminarEl dato sobre la película de Vidor que tan generosamente compartió B.Corsini era algo que llevaba muy dentro, una de esas luces que uno ve en un momento dado y hace que se le caigan las escamas de los ojos y la mente, comprendiendo qué es lo que de veras le interesa en la vida. Hay quien se entera al final del camino y es frustrante. Pero él se dio cuenta a la edad justa. Otro para ti.
Hola Ana. Felicidades por el articulo. En este momento estamos presentando en Barcelona una pequeña exposicion con muebles originales de Corsini diseñados para Los apartamento de La Pedtera. Tenemos piezas unicas. A todos aquellos que os pueda interesar en C / Bruc 144. De 5 a 8 de la tarde. Salufos.
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