( 2/2 ) FIESTAS DEL DIOS BACO EN BAÑOS DE VALDEARADOS: VENI, VIDI, VICI

Continúa...

                          

                             El 16 de junio de 2015 se abría de nuevo a las visitas el yacimiento romano de Santa Cruz, en Baños de Valdearados, Burgos, con la recreación al completo del valorado mosaico del dios Baco robado en 2011. 

   Los trabajos para retornar una de las dos escenas centrales y las periféricas, más la restauración de varios destrozos en el resto del pavimento, han hecho invertir a la Junta de Castilla y León entre labores artísticas, accesos y seguridad, la suma de 343.801 €. Cantidad que, en declaraciones de un responsable, no puede compararse con la satisfacción de seguir presentando como merece la joya de la villa, antiguo enclave balneario de la época romana. 

   Sin olvidar que está pendiente la recuperación de los originales robados y consiguiente detención de los delincuentes, pues la autoría del hecho vandálico producido sobre la Nochebuena de 2011 sigue sin resolverse.   

Las cuatro fases del mosaico de Baños que lleva por título El Triunfo de Baco, victorioso a su regreso de las Indias.
1-  El mosaico al completo en su yacimiento (A.D.B.)
2- Las huellas del robo y los destrozos causados por una sierra eléctrica, más un cortafríos y una maza. (MuseoBurgos)
3- Recreación del mosaico expoliado antes de colocarse en su lugar original (Diario de Burgos)
4- Tras años de minuciosos trabajos, con una novedosa técnica fotográfica sobre un soporte de papelgel . 17-6-15 (burgosconecta.es)

ROBOS, CARRERAS, RESTAURACIONES Y MÁS

Publicado en Gaudí y Más.  29 de septiembre de 2018

                                La organización de la IV Legua Romana Baco Race, contó con una logística impecable. La primera estrategia consistió en no organizarla al final de la fiesta, que podría haber sido un gozo, sino el día anterior, sábado 25 de agosto, con todas las energías en pie de guerra para mostrarnos la parte disciplinada de Baños. Otra, permitir la inscripción de cualquiera que se presentara incluídos los atletas más tímidos, esos que dudan hasta el último instante. Sólo con inscribirse una hora antes de la prueba, pudo participar.

   Más información. Antes de la salida, además de fruta todos recibieron un vaso de vino en la taberna romana y una bolsa de avituallamiento. Por último, sepan que para los deportistas vencedores de cada categoría hubo de premio una corona de laurel, una botella de vino y un trofeo. Y un lote de nutrición deportiva para los ganadores absolutos.  

    

Fº Javier Sánchez y Laura Torres muy bien acompañados, del Club Atl. Horadada

Imágenes de la Dios Baco Race en su página de Facebook, más otras aportaciones.
Al estar colocadas libremente es posible que alguna de ellas sea de años anteriores.

                      

                               Volviendo a la comida del domingo 26 que relatábamos en la entrada anterior, retomaremos las andanzas de la periodista. Como íbamos contando, los platos avanzaban entre las tres hileras de mesas infinitas, al tiempo que desde una radio cercana llegaban a sus oídos las voces de unos políticos debatiendo sus propios problemas.

   Los bacantes con su dios a la cabeza iban haciendo de las suyas entre los comensales. Una uvita de morro a morro, tajada de sandía que la sacerdotisa se colocaba en el escote para que un comensal atrevido la rescatara de un mordisco. Este sátiro que se sentaba en las mullidas piernas de una señora tocando la flauta, otro que vaciaba por sorpresa el rojo vino de una copa en la espalda de un vecino. Risas y más risas.

   Ana ya no tomó estas dos últimas fotos. Oyó que la llamaban para comer y procedió a guardar la cámara tras captar alguna otra imagen de la plaza, yendo a sentarse junto a su acompañante y beber un vaso de agua. 

...Las tres hileras de mesas infinitas... (A.Mª.F.)

   

El banquete seguía, la bacanal avanzaba... (As.Cult.BañosVald)

                                                  Agachó la cabeza para cogerlo, cuando de repente algo la levantó con gran violencia y a la manera de la vagoneta de una montaña rusa, la fotógrafo se sintió transportada por los aires a toda velocidad. Ya arriba o cabezabajo, giraban platos y vasos, el cielo y la mesa, elementos de una espiral diabólica que acabaron soltándola por un precipicio, arrojándola con los brazos abiertos hacia la nada mientras ella trataba de agarrarse a la mesa, a su compañero, a las botellas de agua y cerveza, gritando como una posesa y llorando entre grandes temblores. Unos romanos vestidos de blanco con pinta de senadores avanzaban, girando impolutos con sus capas rojas a su alrededor. Los latidos ascendieron hasta su boca volviéndose tan sólidos que hubieran podido masticarse...

   ... Y tal como empezó, con la misma falta de aviso, se acabó la loca experiencia vivida con los ojos cerrados. En su cerebro, sin más, entre la música y los cantos el silencio se hizo un hueco. Por primera vez en su vida, Ana acababa de sufrir un ataque de vértigo posicional.
    

... Una escudilla con carne, un vaso de agua... (A.Mª.F.)

...En medio de la plaza, junto al entoldado de la comida, un aseo... (A.Mª.F.)

                                             Las personas cercanas empezaron a moverse buscando ayuda. Llamados por unos vecinos, llegaron el voluntario de Cruz Roja que seguía las fiestas junto al vehículo de su entidad a la entrada de la misma plaza, más dos romanas vestidas con todo esplendor, ambas enfermeras naturales de Baños de Valdearados venidas para las fiestas desde Madrid donde ejercían su profesión en el Hospital de La Paz y de las que ya me enteraré de sus nombres. Después de unas preguntas al acompañante de la periodista y viendo su estado, los tres decidieron llevarla hasta una sala con aseo situado en la misma plaza, a pocos metros de donde se encontraban.

      Acabada la crisis, tras un corto espacio de agotamiento que duró un par de minutos, Ana empezó a experimentar una serie de secuelas que se alargaron una media hora y que no describiré para ahorrarle al lector una sesión visceral en la línea de Lars Von Trier. Todas  sucedieron en ese recinto, junto al entoldado de la comida. 

   Sentada en una silla y transportada por cuatro portores sintió que ascendía tres escalones: - uno, dos, tres... Ánimo, resista un poco, que ya estamos en el baño-, escuchaba decir a quienes la llevaban, mientras ella, entre náuseas y arcadas, seguía viendo a través de sus ojos cerrados cómo avanzaba hacia ella el grupo de senadores romanos... -No puede ser, ¿qué hacen aquí los políticos?- empezaba a preguntarse, confundida, cuando sin poder contenerlos, entre la angustia y el bochorno de la situación empezó a emitir unos sonidos guturales con leves espasmos.  

  Preocupadas por que no se atragantara, las enfermeras le empezaron a acariciar la cabeza y los brazos,diciéndole: -No llores, el vértigo nos puede atacar a cualquiera en cualquier parte -le dijo una de ellas, tranquilizándola-. A mí me pasó en una ocasión.

   Pero la paciente, luchando contra un fuerte dolor de cabeza, entre vómitos y con gran dificultad, logró explicarse: -No, no lloro -logró articular, entrecortada-. Es que al abrir los ojos y verme en esta situación ...  a la vista de todo el pueblo y con vosotras tan bien vestidas y enjoyadas aguantándome la cabeza y los hombros... me ha dado un ataque de risa que no he podido controlar.

...En su desvarío, veía avanzar hacia ella un grupo de senadores... (ADB)

                              Y aquí detendré la crónica de lo que sucedió en el baño... reiniciándola en el momento en que de nuevo sentada bajo un toldo en la plaza del pueblo con el vecino romano del abanico dándole aire. Al lado, las dos enfermeras romanas y el Presidente de la Asamblea a la vez que voluntario de la Cruz Roja de Sala de los Infantes, Sergio Martínez, asistía a la cronista para rellenar el formulario de atención mientras esperaban la llegada de la ambulancia del Hospital de Aranda de Duero, a unos 14 kms. A la llegada de la unidad ayudaron a trasladarla a la camilla, mientras el marido de la afectada los seguía en su coche hasta su destino. 

   Aún con los ojos cerrados Ana abandonó Baños de Valdearados. 

Baños de Valdearados, en Burgos

                               Lo hizo agradeciendo desde lo más profundo el respeto de los asistentes que presenciaron un espectáculo con el que no contaban. Todos. Desde los músicos que seguían su tarea rodeando la plaza a unos metros de donde reposaba la enferma, al son de flautas y clarinetes, platillos y campanillas, hasta el ciudadano imperial que se hizo con el abanico. A los que fueron a por agua.  A los participantes en la fiesta que se apresuraron a llamar a la Cruz Roja. Al fornido romano que fue a buscar a cierto responsable de Baños.

  A los niños que estuvieron quietos rodeando la escena y observando en silencio, sólo acercándose de vez en cuando para preguntar en voz baja a los acompañantes, ¿Está mejor? Al adolescente guapo y especial vestido con túnica y un collar de tabas, testigo del percance, que desde el primer momento hasta la partida de la ambulancia, se quedó a varios metros de Ana interesándose por su estado. ¿Se pondrá bien, verdad?- preguntaba, para volver a su lugar de observación a una respetuosa distancia de Ana 

   Y sobre todo, como ella dijo: -Gracias a ti, compañero de fatigas.

   Hasta el año próximo. Todos a la bacanal de Baños de Valdearados.


Ana Mª Ferrin