Foto cabecera

AMFAv "DESPACHO" (JMS)



JAVIER BARBA Y SU GREEN ARCHITECTURE (2/2 PARTES)


                

A FONDO

  Continúa...

                 
                  ...Y Javier Barba Torra contó las dos siguientes anécdotas:


                       
   



Tres imágenes de las Bodegas de Warren Winiarski, Stag's Leap Wine Cellars
 en Napa Valley, California. En la inferior, un péndulo de Focault. 1999

LA ESENCIA DE LA TIERRA

  
Publicado en Gaudí y Más. 2 de junio de 2013

           
                       Una. California, Valle de Napa. Al empezar los desmontes de las obras para la Bodega  Stag’s Leap Wine Cellars, Javier presenciaba con el propietario y un grupo de profesionales la acción del maquinista maorí de la excavadora manipulando la máquina con destreza, dando los primeros bocados a la parcela. Soltando un gruñido punteado de pitidos, la gran pala muerde la tierra arrancando un bocado horizontal de rocas y tierra roja, a la vez que empieza a rotar para arrojarla hacia otro lado.

                       En ese momento, Barba observa en la superficie de la pala una serpiente de buenas dimensiones que da vueltas, retorciéndose desorientada por haber sido arrancada del terreno con su cueva. En un acto reflejo que no le da tiempo a sopesar su acción, el arquitecto grita agitando los brazos: ¡No!, ¡Alto, Alto! Y ante la sorpresa de los observadores entre los que se encontraba su hijo Gabriel, se acerca con rapidez a la pala y agarra la serpiente por la cabeza arrojándola a la montaña. Se sacude las manos, y al girarse para volver al lugar donde se encontraban sus acompañantes, se fija en sus caras de asombro. Resultó que el animal agarrado con despreocupación por Javier era venenoso.

                        Dos. Grecia, isla de Mikonos, casa del señor Tsirigakis. Barba había viajado hasta allí para encontrarse con el cliente al que iba a construir una casa en un alto desde el que se divisan el Egeo y el pueblo. En una de sus habituales jornadas de inspección acompañado del propietario para reconocer las características de aquel terreno punteado por rocas, se levantó el fuerte viento característico del verano en esa zona, el meltemi, que los pilló a la intemperie. Viendo que el único punto de refugio era una gran peña redondeada, allá se dirigieron los dos hombres para hacer tiempo a ver si paraba el viento y seguían su tarea o decidían regresar al pueblo. Al rodear la piedra y pararse en su cara posterior notaron a sus pies un movimiento del que no tardaron en saber la causa: habían ido a pararse ante la madriguera de un lagarto verde y marrón al que tapaban la salida.

                     Varias características de lo que sería el proyecto  germinaron en la mente de Barba durante aquel espacio de tiempo pasado al cobijo del viento. Entre ellas, que esa roca debía integrarse por derecho dentro de la vivienda como un elemento constructivo más, por ser un hábitat vivo anterior a la casa y que el animal tenía todo el derecho a conservarlo. Para ello se le ocurrió contarles a los albañiles que el lagarto era un símbolo de buena suerte y quien le hiciera daño atraería la desgracia sobre él. Sus palabras debieron tomarse en serio porque un año más tarde, al volver a la casa invitado por el propietario y darse una vuelta por el patio donde había quedado integrada parte de la roca, se encontró con el lagarto tumbado al sol junto a la guarida. La idea de preservar la vida de aquel ser tranquilo amante del sol había sido respetada.



Terreno al que llegó Javier Barba para explorar sus condiciones y hacer el esbozo de la casa Tsirigakis.
Primer plano indicativo de cómo desarrollar la construcción Tsirigakis, a lápiz y con acuarelas Caran d'Ache 






Mikonos, Grecia. La casa Tsirigakis en varias imágenes. Vista nocturna junto a la piscina, el salón
 con la roca a la derecha  y una ventana reflejándose en su superficie. 




Dos imágenes de la Casa Tusquets en Barcelona. 2011

                    - ¿Cuándo me siento satisfecho de una obra? -responde a una de las preguntas, añadiendo-. Contestaré en dos planos. Cuando el cliente ha quedado contento con el resultado, que afortunadamente suele ser lo normal. Y además, cuando consigo que se vea integrado en el entorno dando la sensación de que la construcción siempre ha estado allí.
                       
                  -  Eso me lleva a la curiosidad de que toda acción puede tener sus tropiezos y me gustaría saber cuál ha sido esa obra suya que usted considera un fracaso, algo malogrado.

                 - Pues eso hubiera podido suceder en una ocasión, cuando desde el primer contacto que tuve con el cliente comprobé que éramos incompatibles, no coincidíamos en nada. Afortunadamente el encargo no fue más allá, porque hubiera sido un fracaso además de un suplicio. Pero el que sí resultó más que un fracaso, una desilusión completa por varios motivos, fue el proyecto para el centro Cultural de Krisitansaand en Noruega, en 2005. Un suceso increíble.
                      
                    ¿Le interesa? -pregunta, respondiendo lo siguiente-: Pues lo que sucedió es de esas cosas que cuesta asimilar. No solemos participar en concursos porque tengo la sensación de que raramente son verdaderos, creo que el ganador suele estar predeterminado. En este caso, con nuestro socio enviamos el proyecto porque estaba previsto que las votaciones para su aceptación fueran públicas, podían verse en Internet. Nuestro amigo nos llamaba diciéndonos: ¡Somos uno de los dos más votados! Y cuando llegó el fallo resultó que no constábamos, no aparecíamos en la final ni nadie supo darnos explicaciones de qué había pasado. Para acabar de rematar la irregularidad, al pedir que nos devolvieran el proyecto resultó que había desaparecido toda la documentación, incluida la maqueta. Y no hubo manera de obtener más explicaciones, no lo devolvieron y hasta hoy. Si, algo desalentador.
                        
                  Conocía la imagen del edificio y tenía noticia del concurso por haberlo leído en el libro de Barba, Green Architecture, pero no sabía de tan increíble desenlace –nada menos que en Noruega-. Decepcionante sin duda.




Perspectivas del proyecto para el Centro Krisitansaand, en Noruega. 2005


Poblado de los indios Anasazi en Mesa Verde, entre Colorado y Utah 




  
Isla Verde, el proyecto no construido de Javier Barba para Barcelona en el
cercano municipio de Sant Adrià del Besós y vista aérea del litoral. 


                    Me informé de que un complejo que le hubiera gustado construir a Javier Barba era el conjunto de los indios Anasazi en Mesa Verde, entre Colorado y Utah. No es extraña esa preferencia. Además de la pericia constructiva y de que no se sabe que los llevó hasta allí varios siglos antes de Cristo, ni porqué desaparecieron antes de la llegada de los españoles, el lugar desprende un halo inquietante. Piedra y barro bien armado, hecho para durar, casi invisible en la distancia por la simbiosis de colorido con el barranco que lo acoge.

                  No, no es extraño, porque él no está lejos de haber conseguido algo con el mismo concepto si vemos sus trabajos en Corfú para Lord Rothschild y la Casa Monjo en el acantilado de Menorca, ambos integrados en la roca, fundidos con ella sobre el mar.

                  Con el añadido de que cuando el creador no pierde la ilusión siempre tiene en la mente una idea utópica. En su caso, con forma de serpiente semienrollada, uno de los proyectos de Barba Torra que interesa a cualquiera que tenga acceso a él, es su idea de la Isla Verde (*). Ecosostenible. Y autosufiente al estar dotada de varias energías alternativas; eólica, solar, geotérmica…

                    - El proyecto lo hicimos en 2009 tras un desarrollo desde varios planos, empezando por su cimentación a base de rocalla que generaría un asentamiento de fauna marina. Se trata de un complejo residencial y comercial con un hotel, spa, playas, jardines, puerto deportivo y un gran aparcamiento que facilitase el acceso a los bares y restaurantes de los locales. Greenpeace nos mostró su apoyo, además de que si lo construyera la Generalitat o la Diputación, los apartamentos de alquiler para jóvenes podrían ser muy asequibles, pues se contaría con los ingresos de los 400 puntos de amarre.
                         
                      Todo en terrenos ganados al mar en la costa de San Adrián del Besos, más allá de la Villa Olímpica. Por las circunstancias actuales el proyecto se encuentra parado, pero sigo convencido de que es un buen proyecto para la ciudad -concluyendo con un comentario que se aprecia bien meditado-: Y aunque está pensado para Barcelona, es una idea desarrollada por completo que en un futuro podría encajar en cualquier costa.


Van Veggel House. Cascais, Portugal, 1999

Uno de los chalets construidos por Barba Torra en Pinhal Vello, Algarve, Portugal. 2001



Casa Deligiannis. Mikonos, Grecia. 2000
Entrada y la piscina prolongándose entre muros.



Vista y terraza del Club House, Golf  La Graiera. Calafell, Barcelona. 2011




Tres vistas exteriores y el interior de la Casa Barba en el Delta del Ebro, Tarragona. 2000

                 La profesión de arquitecto cuando se va por libre sin contar con encargos oficiales, es un examen continuo. Junto a tropiezos funcionariales que nada tienen que ver con la profesión, posee la característica positiva de poder ir construyendo relaciones sólidas de esas que quedan para siempre. Alguien que se siente a gusto en su casa nunca olvida al factor que le consiguió ese placer que puede disfrutar a diario.

                   En la Baja California, Jeannine Girod la empresaria suiza que fue esposa del Marqués de Griñón, Carlos Falcó, y de Ramón Mendoza, Presidente del Real Madrid, reside buena parte del año en la casa que le construyó Javier Barba sobre una pequeña colina que desciende hasta la breve península que cierra la bahía. Recuerdo que cuando la señora Girod apareció mostrando la casa en la revista ¡Hola! fue un reportaje muy comentado, tanto por entorno como por diseño. Era una residencia espléndida. 

                Un descanso en la casa familiar del Delta del Ebro para relajarse en silencio, sin música de fondo, retomando su afición a la filosofía leyendo a Hesse, Nietzsche, Ortega y Gasset u otro género al que no había prestado mucha atención y que ahora le interesa, la poesía, en estos días Maragall o Neruda. Al transcribir estas líneas me pregunto si Barba conocerá el poema de Kavafis, Filhelé, un canto a la astucia que debe desplegar el artista ante su cliente para complacerlo a la vez que consigue hacer su propia obra. 

                 Grecia, Portugal, España, EE.UU., Italia, Rusia, Indonesia, México, Andorra, Noruega, Arabia Saudí, Francia, Ucrania, Marruecos y Polonia, cuentan con realizaciones y proyectos de Javier Barba Torra, nombrado uno de los 100 arquitectos más influyentes del mundo y considerado uno de los líderes de la arquitectura ecológica. Más de 60 publicaciones de todo el mundo, de Architectural Digest a Town & Country, han dedicado portadas y reportajes a sus viviendas, así como a sus proyectos de hoteles, urbanizaciones, bodegas e instalaciones de ocio y deporte, un extenso compendio de trabajos que pasan del centenar

              - Una última pregunta. ¿Cómo ve usted desde su experiencia la profesión de arquitecto? Cree, igual que el recordado Joan Bassegoda Nonell, que: "… Desde siempre, los arquitectos han tenido dos características. Una, la soberbia. El arquitecto es creador, totalmente entregado a su trabajo, si, pero un ególatra que pontifica hablando de sociedad, de política y tal... Francamente y por definición, un tío insufrible, vaya..." 

                                  - No, yo no diría eso. Más bien lo veo como un gran trabajador a tiempo total, que ama su profesión y se involucra en ella. Una profesión que puede llegar a ser apasionante. Y en cuanto a creador ...sí lo es, claro. Pero, ¿quiere que le diga quienes me parecen hoy las verdaderas estrellas creadoras?

                                  - Por favor...

                             - Los cocineros. Un Ferrán Adrià. Él sí es sin duda un gran creador. 

                       
Ana Mª Ferrin
      
 (*) Se trata de una isla autosuficiente con 202 apartamentos y edificios comerciales. Con energía solar y procedente de las dinámicas del mar, desalación del agua de mar, purificación de aguas residuales y reciclaje, vegetación mediterránea. Este proyecto recibió el apoyo de Greenpeace cuando fue dado a conocer. En un terreno ganado al mar de 80.000 metros cuadrados. Espacio total para alojamientos: 32.800 m2. Hotel, 2.510 m2. Espacio comercial, 12.436 m2. Aparcamiento subterráneo, 12.000 m2. Jardines, 9.500 m2. Puntos de Amarre, 400.

2 comentarios:

  1. Veo a Gaudí en él, pero también a Frank Lloyd Right, claro, en esa comunión con la naturaleza y las formas provenientes de ella. Me has descubierto a un arquitecto del cual no tenía noticia alguna, así que te agradezco mucho el trabajo que te tomas para elaborar estas entradas y darlas a conocer.
    Por cierto, ayer me acordé de ti viendo el telediario de la 1 porque la corresponsal de Asia -Pacífico hizo un pequeño reportaje sobre la gran admiración que sienten los chinos por la arquitectura de Gaudí y, en general, todo lo que huela a español. De hecho, netrevistaron a un arquitecto chino que admiraba profundamente todas las obras del maestro.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por sus diseños, el catálogo de obras de Barba Torra es para no perdérselo. Da igual que sea una mansión para el príncipe de Arabia Saudí, que una casita en una cala de Ibiza. Y si encima sabes que construye para que te olvides del recibo de la luz, ya no te digo.
      La pasión de los japoneses por Gaudí ya es conocida. Pero tú te has fijado en lo que se está convirtiendo en una avalancha porque los chinos son millones y millones, están despertando al turismo y como buenos orientales que además parecen tener una vena latina se han convertido en admiradores apasionados de Gaudí. Y los coreanos, más espirituales, en profundos seguidores de Subirachs por una serie de obras que lleva hechas allí desde 1988.
      Esperemos que todo esto sea para bien y no nos desborde.

      Eliminar