Al haber crecido en
el entorno monumental del barrio gótico de Barcelona, la presencia de artistas
plásticos formó parte de mi niñez. Raro era el día que al salir para el
colegio, nada más cruzar el portal no me encontrase con alguno que ya tuviera montado su caballete o abierto su cuaderno, presto para atrapar los rayos de sol que
serpenteaban por los infinitos arcos de piedra que dan acceso a los callejones
que envuelven el Born, o la luz escalando los muros de Santa Maria del Mar.
Como cuenta el poema de Joan Maragall escrito para mi cercana calle de Jaume Giralt donde nació el poeta, cuando el sol ronroneaba por los húmedos muros de las casas, todo se
embellecía y: - …llavors jo sentía/una
esgarrifança/ de goig i alegria (*).
A MIS AMIGOS PINTORES
Publicado en Gaudí y Más. 22 de Septiembre de 2013
BARCELONA
En ese episodio de mi infancia, los pintores componían historias a partir de la imagen y eran los protagonistas del cuento. No recuerdo cuadros abstractos, no creo que a pesar de ser época de rupturas artísticas viese jamás a un pintor pasando el call judío por un molde picassiano. Allí lo que se veía y lo que ellos pintaban estaba al alcance de cualquiera. A mi alcance.
BARCELONA
En ese episodio de mi infancia, los pintores componían historias a partir de la imagen y eran los protagonistas del cuento. No recuerdo cuadros abstractos, no creo que a pesar de ser época de rupturas artísticas viese jamás a un pintor pasando el call judío por un molde picassiano. Allí lo que se veía y lo que ellos pintaban estaba al alcance de cualquiera. A mi alcance.
Creo que debí hablar con
todos los que me crucé. A todos les preguntaba lo que se me ocurría y recuerdo
a mi madre diciéndome, -Anamari, no
molestes al señor. Y al señor, diciéndole a mi madre: -No se preocupe, señora, no me molesta en absoluto. ¿Te gusta pintar,
guapa? ¿Te gusta el cuadro?
Animada por su reacción yo me enzarzaba con preguntas que debían ser una plasta, pero vuelvo a decirlo, siempre, siempre, los recuerdo amables. Y creativos, cada uno con su propio mundo. Por lo que Anamari, en la siguiente esquina, ya estaba de nuevo pegando la hebra con otro artista.
Lo de menos era que el cuadro fuese espectacular o un simple pasatiempo, ellos daban la sensación de disfrutar con lo que hacían. De ahí
que hasta el día de hoy guardo un especial cariño hacia los pintores al aire
libre, a los que traigo a este cuaderno cada vez que tengo ocasión.
Campanario de Santa Mª del Mar, 2009. Acuarela. Juana Céspedes |
FRÓMISTA
El sábado 7 de Septiembre conducía por Frómista, en Palencia, cuando vi cruzar la carretera a varios peatones portando un cuadro. Siguiendo la dirección que llevaban comprobé que todos entraban en la cafetería Venta Boffard, junto a la iglesia de San Martín.
A la vez, en los
soportales del otro lado de la carretera observé que varios pintores seguían con
lo suyo, otros guardaban sus pinceles y tubos plegando los caballetes tras rociar con protectores las telas acabadas y algunos más dejaban todos sus utensilios allí mismo
para acercarse hasta la sala donde debían entregar su obra. Aún tenían tiempo
antes de que se cerrara la admisión de las telas que les habían numerado por la
mañana, por lo que había quienes aprovechaban el tiempo para pequeños retoques. El veredicto se emitió a las 20
horas de ese mismo día y fue el siguiente:
El 1º premio dotado
con 1.000 € fue para Gonzalo Prieto Cordero,
con una
Ermita del Otero elegante, de
sugerente colorido que atraía la mirada hacia dos puntos, azul y blanco, atrapando la mirada al primer vistazo. La ermita se divisa desde unas aguas que
titilan, quietas y vivas, muy Turner, seña de identidad del artista como hemos
visto en obras anteriores. Y sigue la relación en la 2ª parte del texto.
Un año más, la Venta Boffard acoge
este Certamen que va engrosando el fondo expositor de su Sala de Arte gracias al
esfuerzo de sus propietarias Cristina y Lourdes Postigo, y promovido por el Centro de Iniciativas Turísticas de la villa.
Buen lugar para que el peregrino reponga fuerzas, tanto como el vecino y el
viajero corriente, a la vez que se alegra la vista con sus iniciativas culturales.
La primera calle que sale de la izquierda de la iglesia, es la de Santa María. Aquí en una acuarela de Eduardo Vicente mostrando un portal lateral. |
Ignasi Mundó. Óleo de la calle Espasería, 2ª calle que sale de la plaza |
La calle de Anisadeta es la tercera de las siete, pero no parece haber encontrado a su pintor. Si aparece, aquí lo presentaremos. |
Calle/pasaje Cap del Món frente a la fachada de Sta. Mª del Mar, 4ª calle. Acuarela de RaimundoLópez |
En la plaza frente a la iglesia, la fuente de las pitreras (los senos). En este dibujo anónimo se abre a la calle Abaixadors, la quinta. |
Albert Gallego nos ofrece la calle Argentería, 6ª vía, en un día de lluvia. Al fondo, Sta.María |
Tampoco la calle Sombrerers ha dado con su cronista gráfico, al que esperamos. Es la séptima y última punta que compone la estrella de la plaza Sta. Mª del Mar. |
Siguiendo
con el concurso de Frómista.
Pues bien. Transcurría el día de amable relación entre los
artistas con sus admiradores, cuando...
Cuando... Atención.
Mientras observaba los
manejos y conversaciones entre pintores y aficionados y hablaba con varios de
ellos, de repente llamó mi atención el tono desabrido de una pintadora a la
que de perfil no le vi el rostro a causa de la maraña de su cabeza. Así que me
fui hacia el lugar que ocupaba, justo a tiempo de presenciar cómo se
desarrollaba la conversación entre ella y la señora que le había preguntado con
toda educación si le permitía hacerle una foto mientras pintaba.
La respuesta a gritos de la
velazquilla fue para enmarcarla: -¡No
molestes! ¿No ves que estoy pintando en la calle?
La señora se quedó
sorprendida por lo obvio de la frase, ya que, efectivamente, aquella mujer
estaba pintando y estaba en la calle. Pero sobre todo por las formas. Aún así,
sin perder la calma hizo ademán de
apartarse, mientras decía: -Disculpe. No pasa
nada, fotografiaré la tela desde lejos.
Al oírla, la gritadora
perdió los pocos estribos que debían quedarle y se encaró
con la señora: - ¡Déjame en paz! ¿Es que yo voy a tu casa a darte el coñazo?
A esas alturas, varios
paseantes se habían detenido a contemplar la escena, cómica de no ser porque
provocaba vergüenza ajena. Entre los artistas presentes, gestos negativos e irónicos
por lo desagradable de la situación. Sin dejar de mirarla de frente y aunque no tenía por qué hacerlo ya que se encontraba en una vía pública, la señora cerró la cámara y la guardó en su funda diciéndole muy seria: - No
importa. El Arte podrá resistir esta pérdida.
Estoy de acuerdo. El
Arte no se inmutará ante la omisión de la autoría, título e imagen, de una
obra a la que no merece la pena evaluar ni contar cómo le fue en el concurso.
¿Era buena la tela? ¿O era mala? No seré yo quien mueva un músculo para aclararlo dedicándole mi tiempo.
Del mismo modo que tampoco he utilizado en ningún momento las palabras pintor, acuarelista, dibujante o artista, para referirme a la referida. Para mí tales calificativos tienen un gran valor, con ellos aprendí a ver y mirar un mundo que disparaba mi curiosidad haciéndome imaginar qué historias estarían sucediendo tras los balcones de la calle Caputxes, o por qué la plaza de mi colegio era mucho más atractiva pasada por sus pinceles. Ni olvido su simpática paciencia al contestar las preguntas que les hacían los personajillos que se pegaban a ellos, quizá soñando que un día serían capaces de imitarlos.
¿Era buena la tela? ¿O era mala? No seré yo quien mueva un músculo para aclararlo dedicándole mi tiempo.
Del mismo modo que tampoco he utilizado en ningún momento las palabras pintor, acuarelista, dibujante o artista, para referirme a la referida. Para mí tales calificativos tienen un gran valor, con ellos aprendí a ver y mirar un mundo que disparaba mi curiosidad haciéndome imaginar qué historias estarían sucediendo tras los balcones de la calle Caputxes, o por qué la plaza de mi colegio era mucho más atractiva pasada por sus pinceles. Ni olvido su simpática paciencia al contestar las preguntas que les hacían los personajillos que se pegaban a ellos, quizá soñando que un día serían capaces de imitarlos.
Cerca, muy cerca del
muelle, al abrirse el día los poetas y pintores siguen reinando en mi barrio. Barcelona, igual que en mi niñez:
Crece,
silenciosa,
por los
azulados cuellos
del mar.
Aurora. Olga Rivero Jordán
Continúa...
Ana Mª Ferrin
(*) SOL,
SOLET. Joan Maragall
Traducción al castellano
Cuando
era pequeño
vivía
encogido
en
una calle negra.
El
muro era húmedo,
pero
el sol era alegre.
Por
San José,
el
buen sol, solecito,
resbalaba
y lucía
por
el callejón.
Y
en mi cuerpecillo enclenque,
entonces,
yo sentía,
un
escalofrío
de
gozo y alegría.
En
catalán, en el original
Quan
jo era petit
vivia
arraulit
en
un carrer negre.
El
mur hi era humid,
prô
l sol hi era alegre.
Per'
llà a Sant Josep
el
bon sol solet
lliscava
i lluïa
pel
carreró estret.
En mon còs neulit
llavors jo sentia
una
esgarrifança
de
goig i alegria.
Lo cierto es que ver aficionados a la pintura con su caballete montado en la calle hace de ésta un lugar mucho más agradable y humano. Sin ser un entendido, alguno de los cuadro que muestra son de mérito. Sobre la señora de mal genio y peor educación poco hay que decir. No sé si pintaría bien. La excelencia no tiene nada que ver con la educación; pero refleja muy bien la calidad de las personas. Un saludo.
ResponderEliminarSi no quieres que te fotografíen pintando en la calle porque consideras que te desmerece, no pintes en la calle ni te inscribas en un concurso de pintura en la calle. Hacer eso sólo está al alcance de quienes disfrutan pintando al aire libre y formando parte del paisaje, como descubrieron los impresionistas. Como bien dices, la calle se embellece con ellos quizá porque su trabajo conlleva un cierto sentido de bonhomía, del sano orgullo de compartir un don. La segunda parte del post estará dedicada a los verdaderos artistas que participaron en el concurso de Frómista, ellos son los importantes. Espero que te guste.
EliminarSaludos a ti.
Ana María
ResponderEliminarAntes de en verso terminabas en verso
Cerca, muy cerca del muelle
al abrirse el día
los poetas y pintores
siguen reinando en mi barrio.
.Barcelona.
Igual que en mi niñez
Y qué bien borra el bilis de la historieta " de vergüenza ajena", como la calificas tú.
Un abrazo de Santi_pinta_cafetero
Y Enhorabuena por el blog. Imposible no recorrerlo desde los de tiempos atrás
P.D. me atrapa el reto de la calle gárgola. Intentaré fusilarlo, seguro.
Me respondo yo de momento: LA bilis. Iba a escribir el mal rollo.
EliminarHola Anónimo. Como sólo conozco a un Santi que además de pintar con café tiene pinta de aristócrata cafetalero, a él le respondo.
EliminarTu comentario tiene buena vista. Como bien has captado, con esa idea va el poema.
A ver si es verdad y le haces un dibujo de los tuyos a la calle Anisadeta y otro a la dels Sombrerers, la de la gárgola, para sustituir las dos fotos.
Hasta pronto.
Sí me tienta. Lo que puede llevarnos a alguna fecha, espero que no muy lejana.
EliminarReparte a tu criterio, incluyendo al cachorrete por cierto, un montón de abrazos
Una buena colección de anécdotas, óleos y acuarelas. Y la pintora aquella una mal educada.
ResponderEliminarAcabo de llegar de viaje y lo primero es visitar a los amigos y saludarles.
Gracias, Cayetano. Deseo que lo hayas pasado muy bien
EliminarDesde hace unos años Béjar ya no cuenta con su Certamen Anual de Pintura que se celebraba casi siempre en verano, por aquello de que es entonces menos probable la presencia de lluvia y porque es el momento tradicional de la llegada de más bejaranos ausentes y forasteros. Durante todo el día se desparramaban por calles, plazas y campos, colinas y desfiladeros. Sí, cada uno elegía su vista más hermosa de la ciudad y no era raro ver posicionado a un artista sobre una piedra colocada sobre el río para captar Béjar a lo lejos y los barcos varados de las fábricas junto al río. Luego era una delicia contemplar los resultados paseando por el Parque Municipal. Ahora con la dichosa excusa del dinero ya no se celebra... ¡crisis maldita! Era una buena oportunidad de ver Arte en ejecución a pie de calle.
ResponderEliminarUn beso
Pues sí que es una pena, porque el coste de un Concurso de Pintura es un regalo para cualquier Ayuntamiento comparado con la publicidad de la buena que da al lugar, lo que lo prestigia y los visitantes de calidad que atrae. Espero que pronto vuelvan a ponerlo en marcha. Abrazos.
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