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AMFAv "DESPACHO" (JMS)



ROCKY Y EL MASTÍN LEÓN DEL TIBET


Dedicado a Jesús Martínez y a Rocky,
su fiel compañero de travesías.
Precisamente hoy, cuando ambos se 
encuentran recorriendo la sierra de Irta. 

14 de noviembre de 2015.

Y precisamente hoy, cuando Rocky acaba de 
instalarse en el cielo de las almas nobles, sirva
este recuerdo para enviarle nuestro cariño.

22 de febrero de 2020.



                         La experiencia fue tan intensa para Lin Yue que sigue provocándole escalofríos cuando la recuerda. Y es que no hay duda, también existe una literatura de la sorpresa que nos transmite sensaciones.


                                                     . . . . . 
   
                          El artista chino, licenciado en Bellas Artes y profesor universitario, hará unos doce años llegó a Aba, en el Tibet, desde su ciudad de Shandong, después de recorrer cerca de 4.000 Km.   

   El pintor es un hombre profundamente espiritual y en Aba quedó extasiado al contemplar las estrechas praderas cavadas entre montañas que hundían sus picos en las nubes. Hombres nómadas con sus rebaños y una vida que nada tenía de salvaje, galopaban sabiéndose dueños de una cultura eterna. Mujeres y niños. Bellas jóvenes. Ancianos. Todos tenían un papel del que conocían muy bien su valor. En aquel Shangri-La el viajero comprendió que sus habitantes se sentían poseedores de la Armonía

  La mañana siguiente a su llegada y una vez escogido el lugar que pensaba pintar y montado el caballete, Lin Yue se agachó para desembalar la caja de pinturas. Aquel valle inaudito, esmeralda y turquesa, era el primero que llevaría al lienzo en sus vacaciones. En eso pensaba, cuando de repente un rugido osuno se desplegó sobre su cabeza. Alzó la vista y sólo acertó a ver una mole de pelo rojizo de la que sobresalía una batería de dientes como colmillos y de colmillos como sables, que venían directos a su garganta. A rezar no le dio tiempo. Sólo a cerrar los ojos y suplicar: ¡Dios mío! ¡Ayúdame!     

   - ¡Shaaaang! ¡Aaahi!    

   Un grito resonó en el espacio triscando de ladera en ladera, cada vez más fuerte.

   La montaña de pelo se detuvo en seco y Lin sintió en su cara los blandos guantazos de un palmo de lengua, húmeda y rosada, entre ronroneos amigos. Abrió los ojos recobrando el aliento y se la quedó mirando, maravillado. 
  
   No podía creerlo. ¡La fiera terrible era un perro pastor!        


              

Tres ejemplares del mítico dogo o mastín del Tibet. Formidables.
   


EL GRAN MASTÍN, LEYENDA VIVA DEL TIBET

Publicado en Gaudí y Más. 14 de noviembre de 2015 



                              La historia inicial de su encuentro la he resumido, en realidad es mucho más larga y compleja pero así nos vale como introducción. 

  Cuentan que Buda tenía un ejemplar de mastín del Tíbet. Que Gengis Khan mandó que una parte de sus soldados los usaran como arma contra el enemigo. Marco Polo se refiere así a su encuentro con uno de estos ejemplares: -Era alto como un asno y rugía como un león-, escribió

   El lector se preguntará si estos perros sólo habrán existido junto a los grandes nombres  de la Historia y no andará equivocado. Las leyendas chinas aseguran que los primeros ejemplares fueron mandados por el cielo para salvar a las personas y darles buena suerte, por ello no extrañará que desde su aparición hace 8500 años, las clases superiores se hicieran con estos descendientes del lobo para que vivieran a su lado, razón por la que siempre estuvieron al margen de las otras razas caninas. 

   El organismo que hoy controla esta raza, desde siempre muy protegida, afirma que existen en la actualidad unos 300 perros. Llamado también Dogo del Tibet, en algunos machos su peso puede acercarse a los 100 kilos y su altura hasta la cruz pasar de los 0,90 cms, así como puesto en pie superar al hombre común. El ejemplar más caro que se ha vendido en fecha reciente llegó al millón y medio de dólares. Que no es caro si tenemos en cuenta que el dueño de ese ejemplar privilegiado cobra 100.000 $ por cada monta. Las hembras sólo tienen una camada al año y en general la raza suele vivir unos doce años.  

Ahora ya sin miedo, Lin Yue pintando durante la temporada anual en la que visita el Tibet con Seba,
el mastín que le regalaron cuando sólo contaba tres meses.
Un cuadro de Lin Yue, con un mastín guardando el ganado.


Dos cachorros.

Aquel valle inaudito, esmeralda y turquesa...

                                  Desde aquella lejana ocasión en que Lin Yue conoció a los mastines del Tibet supo que por fin había encontrado su camino como pintor: 

                - De no haber visitado Aba -afirma- ahora sólo sería un retratista mediocre. Desde que conocí a los mastines del Tibet quise transmitir las características de estos animales; lealtad, tenacidad, majestuosidad y robustez. Creo que mis pinturas son una descripción realista y genuina de estos perros y mi alabanza a ellos está fuera de mis piadosos sentimientos religiosos. Lo que he intentado es mostrar mis deseos internos de respeto y amor a la vida, que en mis pinturas presento natural, tranquila, solícita y armoniosa. También me asombra su gran apostura, valentía y atención. Y me conmueve su disposición a mantener una relación amable y amistosa con los humanos, la lealtad a sus amos y su espíritu para protegerlos.

   No sólo los perros lo atraparon, también Lin Yue da fe del compendio ambiental que los rodea, haciéndole amar la cultura y las gentes que pueblan Sichuan, Qinghai, Gansu y la región autónoma del Tibet. El colorido que envuelve su entorno, la mezcla mística y guerrera de unos grupos cuyas jóvenes generaciones intentan aunar tradición y tecnología.

   Las siguientes imágenes son pinturas de Lin Yue, el cronista que ha logrado empaparse de verdad. No todos los visitantes del Tibet van más allá de la postal turística.   


Durante el terremoto del Tibet en 2015, el mastín fue de gran ayuda para rescatar supervivientes. 




En la vida familiar del Tibet, el mastín es un integrante más de la familia.

                                   Lin Yue, sí. A través de sus pinceles él nos cuenta con pasión, siempre auxiliado por su testigo el mastín, cómo fueron las labores de auxilio cuando el terremoto de 2015 dejó en estas montañas su reguero de muerte. La vida nómada y doméstica de los diversos miembros de las familias. Su convivencia con los niños, con el padre y la madre, con los abuelos. Y cómo, igual que en cualquier rincón de nuestras ciudades también la juventud del Tibet es actual, e interesada en los avances propios de su época.    







Lin Yue en la actualidad con otro de sus amigos, posa ante su pintura de Seba,
que vivió hasta 2014.

                              Por medio de la pintura, el artista de Shandong está dejando constancia de cómo actualmente algunos pueblos han optado por seguir dándole otro valor al tiempo que no sea el del consumo, empleándolo en dedicarlo a los hijos y su magisterio con ellos. Sin desdeñar los avances de la civilización, enseñarles cómo apreciar el sabor de una comida cocinada lentamente, disfrutando de la comunión con la naturaleza y prestando amor y cuidados personales a nuestros mayores. A veces es bueno detenerse en esos otros modos de vida, tan ignorados y alejados de las prisas, para preguntarnos si sus valores familiares casi olvidados en nuestra sociedad siguen teniendo vigencia.


Rocky, cachorro y adulto, siempre en nuestros corazones.
Adiós amigo.
                
Ana Mª Ferrin

29 comentarios:

  1. Un perro precioso y la verdad es que impone al verlo pero seguro que es un perro cariñoso y pacífico.Las pinturas son geniales.Besicos

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    1. Se le ve tranquilo cuando está en reposo.
      Pero no olvidemos que era un perro de gran ferocidad que acompañaba a los mongoles de Gengis Khan. Más valdrá no provocarlo.

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  3. Hay animales que hacen más por la humanidad que muchas personas, como nos cuentas en la lectura. Toda una lección.
    Un saludo.

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    1. Imaginas a esta criatura cuidando la seguridad del ganado y de tu familia en tu tienda nómada y la verdad, te entra una tranquilidad...

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  4. Primero. De verdad que mi ignorancia es imperdonable ¡Debía saber que esa raza existía!...No lo sabía. Y eso que soy veterinario y trabajé muchos años en clínica de mascotas ¿Qué tal?...Y ahora, que como exiliado no puedo ejercer, es que me entero de esta noticia 'Qué tal?

    Segundo. Lin Yue me parece un personaje salido de un libro de aventuras. Y se le agradece que dedique su talento a realzar y a divulgar la vida de estos canes, y sobre todo, la cultura tibetana. Por cierto, algo que su gobierno (La China Comunista) se ha dedicado a dinamitar por tratar al Tibet como una nueva colonia, negándole su condición de Estado soberano y más milenario que la misma China.

    Tercero: Excelente dedicatoria a Rocky...De alguna manera lo llegará a saber

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    1. A pesar de tus conocimientos no te extrañe no haber sabido nada de esta raza del mundo antiguo que hasta no hace mucho eran ejemplares superselectos, reservados para guardar los monasterios y los ganados del Tibet. Con decir que hoy sólo quedan unos 300, podemos hacernos idea de su rareza.
      Gracias por tu mención a Rocky, amigo Alí.

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  5. Un magnifico relato que en definitiva resume lo esencial y básico de la vida. La familia, la naturaleza y el estar y sentirse bien con uno mismo y no a la forma de vida tan horrorosa que nos hemos dado los europeos.
    Esos perros son unos ejemplares extraordinarios, majestuosos y sumamente fieles a sus dueños.
    Me han gustado las obras de Lin Yue ese pintor que desconocía. En sus obras utiliza unas tonalidades que hacen que cada cuadro quede envuelto como en un halo de misterio. ¡Un gran pintor no me cabe la menor duda!
    Te deseo buen fin de semana amiga Ana.
    Un abrazo

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    1. Tienes razón en cuanto a la técnica del artista, que puede parecer sencilla, pero la verdad es que logra introducirnos en el halo ahumado del paisaje, además de hacernos sentir el calor de quienes se acurrucan en una tienda junto a sus queridos perros al abrigo de la nieve. Saludos.

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  6. Preciosos perros.
    Las pinturas me parecen fantásticas.
    Un placer leer tu relato.
    Un beso.

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    1. Amalia, estoy segura de que te hubiera gustado acariciar la hermosa cabeza de alguna de estas preciosidades, que por cierto, tienen dos capas de lana protegiendo su cuerpo. Otro para ti.

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  7. Curioso y bello relato.Las reproducciones son bellísimas y denotan una gran calidad técnica del pintor.
    Los ejemplares son verdaderamente majestuosos.
    Besos.

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    1. Imagínate un paseo matutino por la playa con esta compañía...

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  8. Hola Ana:

    Veo los perros ahora con más cario, luego de tener el mío. Siempre me gustaron, pero no creí ser capaz de tener uno. Hoy me doy cuenta de todo lo que me he perdido.

    El perro es hermoso, y las pinturas también

    Besos

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    1. Estamos en el mismo caso, Manuel, yo también me crié sin perros y tampoco me decían nada. Hasta que mi tercer hijo y mi marido empezaron a insistir, trajimos el primero a casa y nos enamoró a toda la familia.
      Son puro cariño, incorruptibles y leales hasta morir, vamos, lo que quisiéramos en un ser humano.

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  9. A medida que iba leyendo esta entrada reflexionaba, como siempre suelo hacer, sobre las ideas que surgían en mi cabeza y los comentarios consecuentes que luego, al final de la misma, te haría llegar con unas pocas líneas para rsumir y no cansar. Pensaba en la adaptación de estos grandes ejemplares de perros a las bajas temperaturas del Tíbet a través de sus densa cabellera, de su masa de energía y de grasa contenida bajo ella.
    Sin embargo, lo que en principio parecía un descubrimiento de raza de perros fieles y característicos de una región del planeta, se ha convertido en homenaje a tu perro, a ese Rocky siempre dispuesto al juego y unas buenas caricias. ¡Cuánto lo siento, Ana! No dispongo de mascota, nunca la he tenido, supongo que para evitar sufrimiento cuando se vayan de este mundo al cielo de los perros. Lo recordaréis siempre tal como fue. Tener a otra mascota, a otro can, no lo sustituirá; en todo caso, será otro, distinto y original.
    Un abrazo y ánimo

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    1. Querida Carmen, de cansarme, nada. No hay cosa que más me guste que provocar recuerdos y experiencias pasadas en quien lee alguna de mis letrillas. Sólo lo que nos conmueve vale la pena.
      Y te diré que aunque den trabajo a los padres que siempre vamos justos de tiempo, si existe la posibilidad de tener uno sé que los niños son felices y aprenden muchas cosas creciendo con un cachorro al lado, eso dicen mis hijos.
      Que a su vez han hecho lo mismo cuando han sido padres.
      Besos al peque y mil gracias por tu recuerdo a Rocky.

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  10. Maravilhosa matéria, Ana Maria. E fiz uma foto há muitos anos ao lado de um Mastin vindo de São Paulo. Trouxeram o cachorro ao parque, enorme cão, lindo, nunca visto por aqui. Depois foram embora, estavam de férias. Mas não era tão peludo, menos. Mas chamou muito a atenção.
    Teu texto e obras de arte belíssimas!
    Um beijo, uma ótima semana.

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    1. Hoy abundan todo tipo de razas de perros en casi todos los países, pero si ves alguno de estos que muestro o parecido, seguro que no lo olvidas.
      Por aquí lo más alto que se suele ver es el Gran Danés o Dogo Alemán, que es de una altura similar a los del Tibet pero finos de cuerpo. Los que tenemos con esas mantas de lana y envergadura son los Montaña del Pirineo y los San Bernardo, los dos muy familiares y nobles, muy guardianes, pero su medida es inferior. Petons para ti, Tais.

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  11. No sabía de la existencia de estos perros que tienen una imagen imponente y de gran utilidad para buscar victimas en terremotos, las pinturas son geniales.

    Abrazos.

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    1. Parece que fueron una gran ayuda descubriendo víctimas bajo los escombros, escarbando hasta sacarlos a la luz y avisando con sus ladridos a los salvadores.
      Besazo, Conchi.

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  12. Me ha encantado este post al completo, Ana Mª, desde la dedicatoria a Rocky a la deliciosa historia de este pintor de mastines tibeanos y conocer la razo de perros que, aunque se parezca a otras de mastines pastores, tienen caractéristicas asombrosas según se percibe como son su dedntadura y su enorme tamaño. Además de tu relato, Ana Mº, por cierto escribes maravillosamente, he disfrutado de las fotos y de las pinturas.

    Besos,

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    1. Muy amable, Tesa.
      Aparte de su estampa, son de esos seres que te gustaría tener junto a ti en momentos de peligro.
      Un abrazo.

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  13. Me ha impresionado esta entrada tuya, tanto como amante de los animales, como en la fase pictórica, amilos fieles y leales durante su vida, en los veranos suelo ver muy de cerca su trabajo con los rebaños tanto los mastines cono los perros pastores,obejeros o como lo denominen, es admirable.
    Saludos

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    1. El año pasado estuve viendo un rebaño trashumante de 1600 ovejas que pasaron por Valladolid. Lo llevaban cuatro familias y habrían unos 15 perros pastores al cargo, dirigiendo y vigilando los rebaños. Unos especialistas de primera, J.Aº

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  14. Olá, Ana.

    Desde os meus bons tempos de menino aprendi a viver junto de cavalos e de cães. Quando deixei de frequentar os sítios de meu pai deixei para trás os cavalos para estudar em Blumenau, no Estado de Santa Catarina, e depois Porto Alegre para ingressar na Universidade. Os cavalos ficaram, mas não os cães, que me acompanharam desde o meu casamento com a Taís. Tínhamos em comum o amor por cavalos e cães. Tivemos três cães de outras raças, não exatamente a que tu mostras na belíssima postagem. Mas se pudesse, teria qualquer um desses que tu mostras. Parabéns pela matéria, Ana.

    Um bom domingo, minha amiga.

    Beijo.
    Pedro

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    1. Veo que eres un hombre afortunado, toda persona que ha podido crecer compartiendo ese cariño tan fiel, lo es.
      En alguna ocasión he leído contar a Tais que también ella ama a los perros, una suerte.
      Los animales y yo teníamos una relación de respeto a distancia, nunca los tuve como compañeros de niñez. Pero sí mis hijos. Gracias a ellos y a mi marido conocí esa experiencia, maravillosa.
      Saludos, Pedro.

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  15. Tienen estos dogos o mastines tibetanos un aspecto imponente. Y parecen tranquilos, como los San Bernardo y nuestros mastines, hasta que las funciones, que por su naturaleza se ven obligados a ejercer, les obligan a dejar de serlo. A éste del Tibet, por sus vedejas, se le llama león; y recuerdo a otro de nombre León también, que posa a los pies de Mari Bárbola en las Meninas de Velázquez, si no por sus melenas, sí también como el tibetano por su poderío.
    El caso es que con estos ejemplares Lin Yue parece haber encontrado su gran inspiración artística.
    Saludos.

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    1. Desde que leí esos recuerdos de cuando Lin Yue se encontró con el primero, me suele venir la imagen que vio aquel hombre que no estaba acostumbrado a esas presencias poderosas. No me extraña que acabara convertido a ese entorno, debió ser algo místico. Saludos, DLT.

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