MAL SUEÑO TUVIMOS ALLÁ POR EL 2020...
Logroño
Incalculables mis sensaciones, emociones, sentimientos…Muchas han sido –y son-las variables por las que he transitado desde el comienzo de las “normas a seguir” a partir de esta pandemia.
Recuerdo...
Pero aparte de ello, no resulta fácil hablar de los muchos y variados sentimientos que a lo largo de este tiempo de tribulaciones, que dura ya seis largos meses, han ido dejando huella en mi ánimo. Si los primeros fueron el temor y la consternación ante la calamidad que parecía no terminar nunca, aquellos fueron, sin desaparecer del todo, sustituidos por una enorme decepción, mezcla de incredulidad y frustración.
En mi caso, puesto que no dejé de trabajar, con la credencial preceptiva, una especie de salvoconducto, que he guardado como un documento que pasados los años será testimonio de lo ocurrido, pude salir de casa y caminar cuatro veces al día durante veinte minutos por unas calles casi vacías, de tiendas cerradas, sin apenas tráfico, acaso con algunos autobuses urbanos circulando también vacíos o casi, como fantasmas recorriendo la ciudad. Esto en cuanto a impresión personal que de la calle tenía.
Preocupados al principio, casi todos; disciplinados muchísimos ante los mandatos de las autoridades, que estimaron necesario confinar a la población; comprensivos y solidarios la mayoría, entre los que me incluyo, asomados a las ventanas aplaudiendo a los que más cerca de sí han visto la hecatombe: sanitarios, empleados imprescindibles para la salvaguarda de la vida y el funcionamiento de la sociedad, he visto cómo después, bastantes más de los que esperaba, se han desbocado en su afán por recuperar una normalidad imposible por ahora. Poner en contraste los aplausos desde un balcón con la rociada de alcohol sobre una muchedumbre frenética, por parte de un disc-jockey irresponsable, causan un desasosiego difícil de mitigar.
Inquietud también produce ver cómo los que deberían lograr un mismo objetivo, han decidido, aparentemente, ir en la misma dirección, pero por caminos paralelos, cada uno con sus fuerzas, restando vigor a la solución. Quizás sea nuestro sino, o nuestra idiosincrasia tan bien comprendida, desde hace siglos, por algunos. Goya nos lo mostró en “A garrotazos” hace doscientos años y parece seguimos empeñados en darle la razón.
Tais Luso. Porto Alegre, Brasil https://taisluso.blogspot.com/
VIVENDO UMA PANDEMIA
Estou como nunca havia pensado estar: vivendo uma pandemia que mais parece um filme de terror. Muito se fala que sairemos dessa pandemia com outros valores. Não há dúvida, mas o preço que estamos pagando é muito alto.
Atualmente aflora em mim uma esperança imensa de ver baixar rapidamente as estatísticas de óbitos e de gente infectada. Todos os dias há estatísticas subindo e nos tirando a pouca paz que nos resta. Parentes, amigos que se foram, mas ficarão em nossas retinas as imagens de muito sofrimento e no coração a mais profunda das dores: a perda de nossos parentes e amigos.Quando chegar o tão esperado dia de sairmos com segurança, acho que ficarei como um coelho estressado ao ver tanta gente do mesmo jeito; o mundo fará o mesmo, porém não soltarei rojões de alegria, o momento pedirá o resguardo da felicidade, pois haverá muito o que observar, muito o que lembrar. Uma pandemia não cessa por encomenda.
Enfim, estou escrevendo e lendo muita poesia para aliviar a tensão das noites de insônia; também o livro “Vidas de Grandes Poetas” de Henry Thomas, ed. Globo / 1952. Estou gostando muito de “Uma Breve História da Humanidade”, Best-Seller do escritor Yuval Noah Harari.
E, nesses seis meses ainda tenho na minha cabeceira o filósofo Luiz Felipe Pondé, com sua “Filosofia Para Corajosos” saber deles o real sentido da vida, uma busca incessante, o qual jamais teremos a resposta exata.
Sei, no entanto, que continuarei com minhas noites de insônia e a lastimar que também nós, habitantes do século 21 entraremos para a história da humanidade, deixando escrito nas brancas páginas da vida, toda a nossa tristeza, nosso medo e nossa insegurança.
Desde que comenzó todo esto me di cuenta de que la atención primaria es el patito feo de la salud. Y eso, más que mermar mi humor, me ha hecho plantearme si realmente tengo vocación para seguir adelante. Tanto la Administración como los clientes me han puesto a prueba. He sido obediente al intentar sacar todo el trabajo y mantener las "3 M" : (Mascarillas, manos lavadas y metros de distancia). Sin embargo, la desatención por parte de la Administración y la exigencia de los pacientes, han hecho que muchas veces saque lo peor de mi carácter.
Durante el confinamiento, el poco tiempo libre que tenía era para mi familia y descansar. Al tener que aislarme por contagio, terminé por entender que la vida te puede cambiar en un instante. Lo mejor: Mi familia que siempre me ha apoyado. Lo peor: Sentirme sin apoyos en el trabajo. No sé si el virus ha mutado o ha sido creado. No sé si lo trajeron los extraterrestres o Bill Gates nos quiere poner un chip para saber dónde estamos y qué hacemos.
Ojalá toda esta experiencia nos ayude a mejorar como personas y sociedad, pero cada vez pienso más que no vamos a cambiar y que si lo hacemos, será a peor...El egoísmo que he notado en las calles se ha hecho más palpable... La pandemia me mostró en quién puedo confiar y quién se vale de ella para dejar de hacer su trabajo.
¿Terminará? Definitivamente sí. Aunque quizás, el final que nos espera no sea del agrado de todos...
No início do mês de março deste ano a mídia do mundo inteiro passou a divulgar, timidamente, a presença de um vírus que poderia causar grandes estragos na sociedade de todos os quadrantes do planeta. O que poderia ser mera especulação da mídia, logo se veria a dimensão dos riscos do Novo Coronavírus para a vida de todos, como se veria mais adiante, no tocante à saúde, e também uma crise econômica mundial devastadora.
No período de tempo entre o mês de abril a setembro de 2020 uma “nova vida” obrigou-me a empreender os primeiros passos numa incerta caminhada. Dentre tudo o que habitualmente escrevia antes da pandemia (poema, conto, crônica) deixei de fazê-lo por falta de inspiração. Então busquei na vida e na obra dos grandes poetas uma saída para minimizar a lacuna. Por enquanto, o resultado tem sido satisfatório. Por esse motivo. Socorri-me dos livros de crítica literária de autores nacionais e estrangeiros.
Espero, contudo, pelo retorno da inspiração para que possa voltar a escrever. Em casa, nada fizemos de inovações e tampouco reformas, por ausência de ânimo.
Termino meu relato com estes tópicos: agora sei mais ainda da nossa fragilidade; minha esperança está na vacina e em testes contra o vírus; cuidarei mais de minha saúde, como o fiz neste período. Felicidades a todos os amigos e amigas.
Mi primer amor
Lo bueno, que estamos aquí y con ganas de seguir a pesar de tanta tristeza que vemos alrededor.. Son demasiadas las personas que por desgracia ya no están y esto seguirá… Lo peor, la falta de convivencia. Se añora lo perdido, esta nueva normalidad no me gusta. Y ahora, la mascarilla incorporada al vestuario. La llevamos por protegernos y también proteger a los demás.
Perder lo cotidiano que teníamos, no poder ver a la familia ni celebrar nada con ella y sentir su contacto, se hace extraño y añoras los abrazos de los hijos, a los amigos, y esas buenas charlas que se alargaban después de las comidas. … Tampoco vacaciones, sin ver el mar y sin quedadas de Vespas, que a esas alturas otros años ya habíamos hecho muchas…
Para no caer en un tedio inmenso, nueva rutina. Paseos mañaneros y huerto por las tardes, que nos ha dado la vida.
Me gusta leer y descubrí a Santiago Posteguillo. Empecé con Yo Julia y seguí con la trilogía de Trajano. Si os gusta la novela histórica, os enganchará.
Cuando esto termine sólo deseo seguir bien con mi familia, que podamos volver a estar juntos y hacer las cosas sencillas con las que nos sentimos a gusto y hemos sido felices y tan de golpe perdimos El virus, mal compañero, se quedará y tendremos que convivir con él, nos guste o no. Quizás algún día nos enteremos de cómo y donde salió. Hoy, con tantas mentiras ya no creemos a nadie. Sí sabemos que hasta que no fabriquen una vacuna seguiremos así. Ahora nos toca tener mucha paciencia y cuidarnos.
Con mis cuatro compañeros de confinación.
Paso a contaros, compañeros seguidores del Blog de Ana, cómo surgió durante el confinamiento lo que luego sería un álbum de viñetas con cuatro peluches como protagonistas.
Sin ningún afán de crear una narración, las pequeñas historias van surgiendo de la convivencia de "mascotas" y Abuela en los días en que el virus nos dejó en casa. Pero antes de seguir con el cuento, os presentaré al grupillo mascovid y a Abuela.
SURI: Un suricato. Sensato, de carácter afable y siempre dispuesto a ayudar.
DELFI: Una delfina. Decidida, valiente y alegre a pesar de que añora mucho los mares donde nació.
GATO: Un atrevido y algo fanfarrón felino.
PILKA: Un osito. Regordete, cariñoso y muy tierno.
ABUELA: La que os escribe. Maestra jubilada. Madre de cinco hijos y abuela de seis nietos. Ama a su familia y a la vida por encima de todo. Como ella dice, tiene 60 años más IVA. Ustedes calculen a su gusto.
Viendo la tragedia vivida por tantas personas, como lamentarse de las simples molestias sería imperdonable, celebraré que toda la familia hayamos cruzado vivos ese pantano, rindiendo homenaje a los profesores.
Ahogados por las dificultades de una telemática que no todos dominan, ellos nos enseñan que los pequeños son quienes mejor han comprendido su labor, dedicando a sus tutores palabras de ánimo y consuelo, a las que desde Sevilla se une el psicólogo infantil Luis Aretio ofreciéndoles sus líneas trovadoras:
A los maestros, juglares que nos salváis del demonio más ruin de todos, el de la ignorancia ciega: Paguémosles con lo mejor que se pudiere, alzando al cielo nuestras plegarias en loor del mayor respeto. La pluma será su lanza, su yelmo será su empeño. Y en su escudo, un emblema: "Por un mundo mejor"
Frente al retraso en el cobro de ayudas para autónomos y pequeños empresarios, o el cierre continuo de los negocios del barrio, el ciudadano común nos transmite sus auténticas inquietudes empezando por el nacimiento en Pontevedra, de Hugo González Caamaño, grito de vida en los primeros días de reclusión, mientras a su alrededor las urgencias cercaban quirófanos y pasillos.
El humor de los vecinos ha sido otro mecanismo de equilibrio: -Me preocupa el futuro. Pensar qué será de mí, cuando ya esté muy mayor- comenta una chispeante Julia, apoyada en su bastón a sus envidiables 93 años.
El hartazgo de soledad y las ansias de vivir, tras el aislamiento en su Residencia de Mayores de Lugo, empujaron a dos damas octogenarias a huir por un complicadísimo acceso, para “darse un garbeo”. Con gran sorpresa de la Guardia Civil al encontrarlas paseando, apoyadas la una en la otra.
Por diversos puntos urbanos los noticiarios muestran espíritus salvajes huyendo de su hábitat: En Valladolid un cocodrilo y en Granada una pantera negra (?). En Madrid, los pavos reales del Parque del Retiro saltan las vallas en busca de alimento. En Barcelona, un jabalí deambula por la calle Balmes. Mientras, el centro de Albacete contempla alucinado a un grupo de cabras.
Humanos y animales, seres vivos igualados en su búsqueda de libertad. (*)
Ohh! Dios!!! Es muy tarde y estoy conmocionada con tantos testimonios de sentires. Regresaré por aquí intentando poner paños fríos y leer tranquila. Las lágrimas no me dejan ver bien.
ResponderEliminarMañana será otro día...a mi Ushuaia tan querida regresó el "mal bicho" sin una mísera cuota de piedad...al igual que las gentes desaprensivas, que no piensan que esto es serio y que perjudican al prójimo cuando no se cuidan.
Volveré...¡gracias Ana por este post!
Pues ya me dirás, LU...
EliminarTe agradezco mucho Ana, que hayas confiado en mi para estas historias, que son paralelas a la historia oficial. Estamos pasando por la pandemia, pero la pandemia no pasó por nosotros...
ResponderEliminarBesos Ana
Para agradecimiento el mío, Manuel.
EliminarHan sido vuestras colaboraciones las que han hecho posible estas tres crónicas menudas con tanta verdad y tan lejos del imaginario oficial. Ahí quedan.
La verdad que has hecho un buen trabajo, pues me había perdido estos escritos tan emocionantes, reales y tristes de lo que han pasados compañeros virtuales, hay momentos que la vida nos parece que continua, pero no es así ya que todavía estamos en plena pandemia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto, M.P. La vida continúa, pero ni igual, ni normal.
EliminarVamos a intentar generar energía para no decaer.
Abrazo para ti.
Gracias Ana por invitarme a esta reunión de amigos.
ResponderEliminarConocer los sentires de otros nos anima un poco más. Y esperemos que más pronto que tarde podamos volver a sentir la libertad perdida.
Buen fin de semana para todos. Cuidaros.
Un abrazo.
Algo me dice que, por ahora, la única solución está en protegernos por encima de todo, individualmente y a los nuestros, con las dos únicas armas eficaces que tenemos, la mascarilla y la distancia.
EliminarGracias a ti, Laura. Y suerte para todos.
Querida amiga Ana, después de leer estos testimonios en algunos casos desgarradores y de otros que más o menos se van conociendo, poco más se puede añadir. Ante todo, doy gracias porque en mi familia gracias a Dios y de momento nadie ha sufrido ningún contagio y todos nos encontramos bien. Otros problemas, como bien sabes por un comentario y que no me permitió participar en tan bella entrada, pasan a un segundo plano, realmente, en estos casos es cuando aprendes a valorar y apreciar las cosas más sencillas e insignificantes que nos ofrece la vida, dejando aparte problemas que no son tales y que en situaciones normales los sentimos como losas, cuando realmente la vida la debemos contemplar todos desde otra perspectiva muy distinta a la habitual.
ResponderEliminarHa sido un enorme “placer” poder leer estos testimonios de amigos blogueros a los que me uno en sentimientos, deseando a todos ellos lo mejor y que ¡ojalá! Esta maldita pandemia que nos acecha y que a todos nos ha hecho ver y apreciar la vida de otra forma, termine canto antes y podamos abrazar y convivir con nuestros seres más queridos.
Un fuerte abrazo estimada amiga y buen fin de semana.
Qué verdad, lo de que ante una tragedia así, cualquier problema que hasta hace poco nos habría hundido pasa a tener una importancia relativa.
EliminarSon momentos de valorar esa suerte que sin haber hecho nada por merecerla, la tenemos. Y de lamentar profundamente a tanta gente conocida o no, que ha sufrido y está sufriendo el zarpazo.
Nunca olvidaremos este episodio que nos ha tocado vivir, Juan.
Emocionante cercanía a estos amigos a los que deseo muchísima suerte.
ResponderEliminarConfiemos en que todo vuelva a ser como antes de esta dura e inesperada experiencia.
Y mil gracias a ti.
Un abrazo grande de corazón.
De corazón también para ti, gracias por regalarnos tus sentimientos. No hay nada más grande. Un abrazo, Amalia.
EliminarAna, me encanta esta sección en tu blog de estos testimonios que formarán parte de la historia. Te felicito por ello. Te ha salido esa vena de reportera de raza que llevas dentro.
ResponderEliminarGracias.
Tienes razón, cada testimonio ha sido una pequeña crónica que nos cuenta la realidad de lo que pensamos estos humanos que sufrimos apelotonados, en el metro o por la calle, con sueldo o sin él, viendo agotarse a los médicos, a madres y padres, con la angustia de no saber qué mala noticia será la siguiente que nos den. Un beso, Mari Paz.
EliminarOlá, Ana, fiquei muito contente em receber teu convite para participar desta postagem, com mais nove participantes, uma continuação dos seus textos aqui publicados e que são aspectos que envolvem a pandemia do coronavírus. Nada mais atual. O mundo vive em igualdade de condições entre os países mais poderosos e os subdesenvolvidos. A pandemia que nivela a todos também reúne pessoas como essas que vieram dar brilho a mais um trabalho seu, na qual eu também participei, com muito gosto. Li e gostei de todas as crônicas, parabéns a você e a todos os seus convidados.
ResponderEliminarObrigada, amiga Ana!
Beijo
Obrigada a ti, Tais. Cuando esta pesadilla quede así en nuestro recuerdo, nos sorprenderemos de cómo reaccionamos la mayoría de la gente, la fortaleza y solidaridad con que se intentó sobrevivir a algo tan oscuro.
EliminarA los que por su egoísmo o avaricia han propiciado contagios, no les dedicaremos ni un segundo ni moveremos un músculo por ellos. La naturaleza es sabia y siempre se venga.
Con mis mejores deseos, un beso.
Querida Ana: ha sido un verdadero honor haber compartido tu blog con los compañeros que nos han trasmitido sus sentimientos, sus frustraciones y sus esperanzas en estos difíciles tiempos.
ResponderEliminarA Charo, un abrazo cariñoso. A Lucía desearle que pueda viajar pronto. Compartir la rotundidad de Desde la terraza. Agradecer a Tais Laso la sugerencia de esa "Filosofía para corajosos". Admirar la actividad que ha desarrollado Amalia. El análisis tan realista de Manuel. Desear que las musas acudan pronto a la llamada de Pedro Luso. Felicitar a Laura por sus descubrimientos literarios. Y seguir el consejo de Pedro Jota. Apretar los puños, respirar hondo.
Y a ti, Ana María, gracias por unir a personas de distintas culturas, lenguas y países en una preocupación que a todos ha afectado.
Un abrazo. Muito carinho.
Conchi, lo has dicho tan bien que nada podría añadir.
EliminarSólo que os deseo lo mejor a toda esa familia corajuda que ha derrochado tanto cariño, arropándote y demostrándolo al ayudarte a dar forma a ese cuento que todo niño seguro que desearía recibir. Un fuerte abrazo, guapa.
Olá, Ana.
ResponderEliminarPrimeiramente quero-te agradecer pelo convite para integrar este grupo, que troxe para esta postagem experiências vividas nesses dias de isolamento social em virtude do Covid-19. Em segundo lugar, quero te parabenizar por esta iniciativa de colher, dos convidados, relatos desse isolamento, todos eles da melhor qualidade. Disseram todos um pouco do que viveram e vivem neste tempo de crise, tanto para a saúde como para a economia do planeta.
Parabéns, Ana, tanto pela iniciativa como pelo teu belo texto.
Um abraço.
Cada una de las confidencias ha sido un regalo.
EliminarGracias a ti por haber participado en este encuentro.
Y no permitamos que esa desgraciada etapa nos arranque la ilusión por la vida, lo mejor que tenemos.
Afectuosos saludos, Pedro.
De regreso, ahora pude hacer una lectura más tranquila de todos los testimonios. El dicho es "Mal de muchos...consuelo de tontos" Pues, leyendo a estos amigos y amigas, me alegra saber que soy una tonta entonces. Es extraño, para mi, pensar que en cada rincón del mundo vamos tantas personas con sensaciones y sentimientos tan similares. Más allá de la idiosincrasia de cada pueblo, sin dudas nuestro común denominador es "SER HUMANOS".
ResponderEliminarUn placer y un honor para mi Ana que me hayas invitado. Ya te lo había dicho y ahora, al ver el resultado de tu convocatoria, me siento doblemente honrada.
Abrazo para todos y todas y uno especial para Charo.
Me permito agregar que mañana (27) mi hija pasará su cumpleaños número 32 aislada pues uno de sus compañeros de trabajo fue positivo de COVID-19. Perdón por usar este espacio para soltarlo al mundo.
De nuevo abrazo y de nuevo ¡gracias!
Un placer tu compañía, LU. Para todos ha sido una buena experiencia.
EliminarY aprovecho para felicitar a tu hija por esos luminosos 32 años, La Reina del Mundo. Ella no lo sabe, pero tú sí, por lo que estás obligada a convencerla de que hoy, al margen de cual sea su realidad, está en una Edad de Oro.
Y digo "una" porque habrá más. Siempre que una se convenza, claro. Un abrazo.
Prometo leer, cuando el tiempo me lo permita.
ResponderEliminarBesos.
Perfecto, Juan L.
EliminarHasta pronto.
Primero, darte las gracias por permitirme colaborar en tu espacio y dar mi opinión sobre esta pandemia que, como plaga, azota los países y a sus gentes, sea cual sea su condición. En segundo lugar por darme la ocasión de conocer las distintas formas de sentir de otros compañeros, algunos conocidos, en este viaje virtual por el mundo de los blogs. Y por último, por la oportunidad de expresar mi solidaridad con quienes han sufrido los efectos de esta pandemia -y no siempre por el coronavirus-, a veces de un modo atroz.
ResponderEliminarUn saludo, Anamaría.
Estoy contigo. Nunca olvidaremos el sufrimiento tan profundo que hemos conocido en estos escritos.
EliminarNo será lo mismo que abrazarse a quien sufre, pero dadas las circunstancias es lo más parecido.
Gracias por responder a este intento de aflorar la realidad, DLT. Saludos a ti.
Te agradezco profundamente que me invitaras a contar mi experiencia. He estado leyendo las otras experiencias y la que más me ha preocupado es la del Doctor que cuenta cómo la atención primaria es el "patito feo" de la salud y cómo se plantea su vocación y eso en un médico tiene que ser muy triste y doloroso.Hoy todos debemos de poner de nuestra parte respetando todas las normas de seguridad que estoy convencida que es lo que más quieren nuestros médicos en vez de falsos aplausos.Besicos
ResponderEliminarNada de lo que digamos podrá expresar todo lo que nos has hecho sentir con tu valiente exposición, querida Charo.
EliminarNos has puesto ante los ojos la realidad al desnudo de nuestra sanidad en esta emergencia, sin marketing ni propagandas, puro sufrimiento impotente.
Un abrazo, amiga, te tengo presente. Hablaremos.
Diversos puntos de vista sobre un mismo asunto que nos ha sobrecogido, sorprendido y agredido, como si se tratara de una bestia monstruosa capaz de arrancarnos la cabeza de un zarpazo. Y allí seguimos.
ResponderEliminarUn saludo.
No podría expresarse mejor esta aparición en nuestras vidas, en nuestra realidad, de la que ahora somos conscientes lo plácida que era. Como bien dices, ahí seguimos, eesquivando el zarpazo como podemos.
EliminarTe deseo mucha fuerza y no decaer, Cayetano.
Es necesario reflexionar sobre lo que nos está pasando de manera coral para compartir vivencias y sentimientos, pesares y pérdidas, para que surja una comunión de esperanzas en un mundo en el que es preciso alejarnos unos de otros, al menos físicamente.
ResponderEliminarMe encanta. Enhorabuena.
Un beso
Estos comentarios tan vivos han sido un obsequio que siempre recordaremos. Todo esto pasará, seguro, y nos quedará el recuerdo de los días en que compartimos nuestras inquietudes y buenos deseos. Besos y una caricia al peque.
EliminarPor ahora no va a acabar y son mas lo que se mueren de enfermedades que los que se mueren por el virus de verdad
ResponderEliminarAbrazos desde Miami
Quizá el mejor deseo sea el de no enfermar de nada, por leve que sea. Saludos.
EliminarCuando acabe la pandemia, espero y deseo que todos tengamos memoria para respetar y valorar todo lo que tenemos y lo que se pierde en una situación así, incluida la vida misma, que aprendamos de todos los errores y aciertos que una situación tan crítica nos presenta.
ResponderEliminarCuando acabe la pandemia me gustaría que todos estuvieran ahí, que no haya mas muertes que juntos podamos con el virus.
Saludos Cordiales.
Desde la primera baja diaria en Valencia el día 13 de febrero, hemos llegado a contar hasta 1342 aprox. el 31 de marzo, y ayer, 30 de septiembre, se han contabilizado 177. Por lo que si a estas alturas hay algo que podamos oír con serenidad, es que las muertes han descendido. (Claro que sin olvidar, que los habitantes de más edad ya cayeron en los meses de olvidable memoria).
EliminarSaaludos, José Antonio.
Fantásticos los testimonios recogidos en la entrada de hoy. Y es que lo queda escrito no se olvida. Una pandemia que comenzó con notas de humor que dieron paso al terror en forma de mortalidad hasta llegar al día de hoy que creo nos tiene un poco desorientados a todos. Allá por junio creíamos que habíamos ganado una guerra y con esta segunda oleada -aunque prevista- comenzamos a vivir momentos de ansiedad y tristeza. Solo pensar que los políticos puedan meter su nariz en las celebraciones familiares de la próxima Navidad (en el número de asistentes) nos da una idea del hiper-control al que vamos a ser sometidos en unos hechos sin precelentes. Ojalá la ciencia y la vacuna ponga fin a esta pesadilla distópica.
ResponderEliminarUn abrazo, Ana.
Tu recuerdo de nuestro optimismo de junio es importante y más cuando giramos la vista hacia tanta gente que a pesar de no haberle llegado su hora, desapareció en soledad, abandonada a su suerte por una Dirección sanitaria sumida en el caos. Podríamos decir que Junio fue el punto de inflexión en el que pasamos en nuestro país, de escuchar con gran atención y credulidad las declaraciones del Gobierno, a tener constancia de que allí había más marketing que veracidad. Y entrando en tu terreno, asegurar que en ese mes acabó nuestra Edad de la Inocencia.
EliminarTu alusión a Navidad me ha encogido el estómago. Por favor, Miguel, no seas mala persona.
Una nota positiva: Felicidades por tu santo.
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ResponderEliminarPerdona, Ana María, pero algo he debido de hacer mal, ya que sin querer he borrado también este comentario, al intentar de que no se hiciera público tu correo particular, en mi blog.
ResponderEliminarHace unos días me cambiaron el formato de Blogger, y es evidente de que todavía no lo domino.
Tan pronto pueda, me pongo en contacto contigo.
Un abrazo.
Hay veces en que esos cambios de plantilla te pillan en mal momento y pueden ser una molestia importante.
EliminarSaludos y quedo a la espera.
Interesante y emocionante reportaje, me encantó leer todos los escritos. Besos y gracias.
ResponderEliminarTeresa, gracias por tu tiempo.
EliminarY más viniendo de Extremadura, tierra de mi madre a la que amaba hasta extremos. Todo lo que venía de Extremadura, era para ella lo mejor de lo mejor. Besos a ti.
Mientras nuestros gobernantes o desgobernantes se enzarzan en luchas partidistas sin tener apenas en cuenta la salud y el bienestar de los que deberían proteger, nuestras vidas se ven afectadas de diversas maneras por esta Pandemia. Desde el dolor por la pérdida, hasta el desconcierto y la tristeza de no poder abrazarnos con normalidad.
ResponderEliminarEcho de menos viajar. Y los abrazos y la cercanía sin precauciones.
Ana Mº, siento empatía por cada uno de los que nos abren su corazón aquí, y leo con interés y emoción su testimonio.
Besos para todos, y esperemos que como la lluvia, esta pandemía escampe algún día cercano y volvamos a ver el sol.
La mirada del individuo positivo es siempre un regalo. Echamos de menos los achuchones, los besos, y ese acercamiento cómplice al compartir descubrimientos que invitan a descubrir más.
EliminarDeseo que hayas vuelto con la fuerza creativa que nunca te falta.
Siempre adelante, Tesa. Y ya sabes, EQRG: El Que Resiste, Gana.