“ En los alimentos, durante mucho tiempo lo de la trazabilidad fue, más que nada, cuestión de fe. Uno creía al carnicero cuando le decía que aquellas chuletas eran de Ávila y que la res había sido matada tal día. O al pescadero, que las sardinas eran de Santurce o de La Coruña y que ayer todavía estaban en el mar.
Yo siempre recuerdo un restaurante barcelonés, hoy cerrado –el Florián de Rosa Grau-, en el que eso de la trazabilidad era sagrado. Verán: una de las especialidades de la casa era la carne de toro de lidia. Y sobre las mesas no es que hubiera un certificado de trazabilidad, sino un currículum de la res.
Se nos decía que tal toro, de tal ganadería y de nombre Fulanito, había sido lidiado el día 22 de junio en, pongamos, Soria, por el diestro Mengano, tomando tres varas y que se había ido arriba en la muleta. Se nos informaba también, de cómo había sido matado –Un pinchazo y una entera- y de la opinión que toro y torero habían merecido al público: Fue aplaudido en el arrastre, o Cortó una oreja con petición de otra…
Hombre, ya puestos, faltaba que le explicaran a uno el tipo de pasto y pienso que comió ese toro en sus tiempos de becerro; pero la información era exhaustiva…”
TRAZABILIDAD
Caius Apicio (1)
Subirachs 2º por la iz, con la chef Rosa Grau, la actriz Mariy Santpere y los pintores Vives Fierro, Torrents Lladó, Aguilar Moré y Modest Cuixart (JMªS) |
UNA JORNADA PARTICULAR