Foto cabecera

Sant Quentin S-S - copia "SAN QUINTIN sur Sioule" Auvernia, Francia. Lugar de los antepasados de Antonio Gaudí.



( PARTE 1ª ) U. S. NAVY. BARCELONA, EL MEMORIAL A LOS 49 MARINES



                                     Ana se levantó del escritorio donde preparaba un artículo con sus recuerdos de la Sexta Flota norteamericana en Barcelona. Salió a su balcón de la plaza Santa Mª del Mar y al acodarse en la baranda de forja una oleada de recuerdos batió su mente con personajes conocidos en su niñez, gentes que tanto la habían impactado y que ya no formaban parte del paisaje. 

                           Por ejemplo, Joana, su vecina de la buhardilla de enfrente. De las andanzas de Joana con los visillos siempre abiertos Ana aprendió mucho, pero mucho. En especial los días en que los marines desembarcaban y las tres piezas de aquella casa se convertían en pedagogía continua para la niña, que contemplaba absorta las prácticas y tejemanejes de la vecina con aquellos jóvenes por lo general rubios y espectaculares, que desde el mediodía a la madrugada siguiente se cruzaban subiendo y bajando de uno en uno por la estrecha escalera de caracol de la finca vecina, unas veces de uniforme y otras vestidos con los primeros tejanos y la camiseta blanca que traían las fotos de James Dean y Warren Beatty. 


El memorial a los marinos fallecidos con su leyenda en inglés (*). 2011 (A.Mª.F.) 

A cualquier barcelonés de la época ésta imagen de los marines en el Palau de
la Música de Barcelona le parecerá increíble, pero es real. (Rev. Life)

Confraternizando (**)


AÑOS DE MARINES EN BARCELONA

 Publicado en Gaudí y Más. Septiembre 2012

                      Entre 1953 y 1987 Barcelona se convirtió en receptora principal para el ocio de las tripulaciones de la Armada norteña en el Mediterráneo, chicos que traían en los bolsillos de sus uniformes blancos o azul marino un aporte espectacular de divisas, con las que dieron un baño de prosperidad a la parte baja de la ciudad durante más de treinta años. 

                  El primitivo Barrio Chino portuario saltó las Ramblas hacia el norte barnizándose de modernidad en la calle Escudillers y aledaños, con sus cafeterías de nombre evocador aderezadas con juke boxs donde los marinos podían acallar la nostalgia con una moneda, escuchando a Elvis o Los Platters en el vinilo de moda que a menudo traían ellos mismos y donde encontraban compañía en las barras americanas, siempre cercanas al portal que daba paso a una alcoba. El salto siguiente lo dieron los más curiosos cruzando la Vía Laietana hasta seguir por los porches de la calle Consolat del Mar, llamados Los Baúles por las varias tiendas de bolsos y maletas que aún perviven bajo sus arcadas, columnas centenarias que servían de apoyo bajo las farolas a las jóvenes que aparcaban a ratos con sus clientes en el bar Camino Verde del callejón de Las Portadoras.


Acuarela de Joshemari Larrañaga con los porches de la calle Consulat del
Mar desde la calle Trompetas.  2011 (J. Larrañaga)

Con la escuela de Bellas Artes La Llotja, al fondo, la misma imagen. (AMªF)

                                Por toda esa línea ribereña que se prolongaba hasta el Paseo del Borne partiendo de las Atarazanas, se movían cientos de marinos cada vez que llegaban los navíos de la Flota estadounidense, en especial los conocidos como Los Tres Ases, portaviones como los USS Kennedy, USS Forrestal, USS Saratoga, obligados por sus dimensiones a quedar anclados fuera de puerto. Durante sus estancias, las tripulaciones se convertían en efímeros barceloneses las horas que mediaban entre el atardecer y las 3 de la mañana siguiente, desembarcando y zarpando en las conocidas lanchas que cada media hora cubrían el trayecto entre sus barcos y la ciudad.



                                Muchos sucesos de los que fueron protagonistas o se vieron involucrados estos soldados en los años de sus visitas nunca salieron a la luz. De los conocidos, el primer episodio que conmovió a la ciudad teniéndolos como elemento principal sucedió en agosto de 1957 cuando uno de sus helicópteros enganchó la hélice trasera en los cables del transbordador aéreo que cruza esa parte de la ciudad. Tras una explosión que lo partió por la mitad cayó al mar entre llamas con sus dos tripulantes, causando gran impresión en los numerosos barceloneses que fueron testigos de la tragedia a pleno día. 


La portada de La Vanguardia con el reportaje sobre el accidente del helicóptero
del F. D. Roosvelt en Barcelona, donde murieron los dos tripulantes 16-8-1957 

Edificio de la plaza Medinaceli nº 2, donde se encontraba el USO Mediterranean Fleet
Center,
lugar del atentado. Nunca se publicó quienes fueron los autores. (A.Mª.F.) 2012 

Interior del club tras el atentado (La Vanguardia) 27-12-1987

                         En el último episodio trágico resultó muerto el marino Ronald Strong. Corría 1987 y la convivencia de los militares con la ciudad se había ido maleando por varias circunstancias, entre las que deben citarse la guerra de Vietnam con sus secuelas psicológicas y como en el resto del mundo, la aparición de drogas en el barrio. Con sus lógicas excepciones, ya que también se dieron relaciones normales con españolas que acabaron en boda, la actitud primera de los marines de correcta indiferencia hacia los naturales, con los que raramente se mezclaban, fue dando paso en demasiadas ocasiones a una prepotencia que a veces pasaba a la agresividad cuando las nuevas generaciones de españoles los veían comportarse con falta de respeto con la ciudad y sus habitantes y ya no se mantenían callados. 

                             Los barceloneses empezaron a manifestar su descontento de forma creciente con aquellos invitados que se creían los amos. Ahora arrojando pintura rosa a los barcos, más tarde plantándose ante ellos con pancartas exhibiendo el conocido ¡Yankis Go Home! o insultándolos por las calles, hasta llegar a enzarzarse en peleas a pesar de la diferencia de envergadura entre unos y otros (***). En éste contexto de irritabilidad ocurrió el episodio del lanzamiento de dos granadas de mano al interior del club de oficiales que la Navy tenía abierto en la plaza Medinaceli nº 2, en que murió el marino. A pesar de que el cónsul norteamericano John A. Parker declaró: -Parece más que probable que esté relacionado con el terrorismo internacional-, la policía española no desestimó  ninguna hipótesis: - Ningún tipo de motivación está descartado. Incluido un ajuste de cuentas entre los mismos militares. A tal  razonamiento no era ajena la circunstancia de que los artefactos utilizados eran de fabricación norteamericana.  

                        Debe añadirse que en los años ochenta ese local cumplió una función importante al aunar una serie de servicios muy positivos para el desarrollo personal de los militares. Allí podían vestirse de paisano, cambiar moneda sin temor a los engaños que sufrían continuamente y ser informados de a qué locales les convenía acercarse o no, entre otros temas importantes. También se creó un plan cultural de visitas a lugares de interés y de las actividades en inglés de la ciudad, así como orientación para saber a dónde debían acudir para cualquier tema que precisaran.


Días de permiso por las Ramblas

Los barceloneses hacen cola para visitar el navío de guerra USA

El Hotel Cosmos, toda una leyenda en las Ramblas con su restaurante
y en especial su cafetería.. (A.Mª.F.) 2011

Con el Cosmos en su esquina de las Ramblas, la calle Escudillers en la actualidad,
destino imprescindible de los marines que llegaban a Barcelona.  2012 (A.Mª F.) 

                      
                   Pero antes de aquel último episodio que puso punto final al largo trato de Barcelona con la U.S. Navy, el ejército norteamericano viviría en la ciudad una de sus mayores tragedias en un lugar de paz. Fue el lunes 17 de enero de 1977.

                     A la última barcaza LCM-6 que salía a las 3 de la madrugada se la conocía por “la lancha de los juerguistas” entre otros adjetivos más o menos jocosos. Amarrada en el lugar que hoy sirve de mirador a los turistas que se sientan en su pretil, hacía el trayecto nocturno desde ese punto hasta donde anclaban los barcos de guerra y portaaviones, no muy lejos del espacio hoy ocupado por el centro de negocios World Trade Center.

                       Las tres de la madrugada. Como era costumbre, buena parte de los últimos militares con permiso no llegaban en  buenas condiciones, algunos venían esposados por su propia policía militar, una muy efectiva “MP” con pocos miramientos cuando se trataba de reducir a sus paisanos, como los barceloneses estaban acostumbrados a presenciar. El barco con cabida para 100 soldados acabó llenándose con unos 130, ocupando por completo el espacio una vez que se cerró el portón. 



Imagen habitual en Barcelona de los marines paseando por las Ramblas 

En el lugar donde la NAVY amarraba la barcaza, los turistas observan 


Una lancha del tipo que naufragó en 1977


Curiosa foto con una lancha y un navío ambos de dimensiones
parecidas a los barcos del trágico episodio de 1977, vistos en un ángulo
 similar con el World Trade Center a su derecha, en el mismo lugar en que
se produjo el accidente. 
   
               Muchos embarcados iban discutiendo y algunos peleándose. A la altura de la antigua Estación Marítima donde hoy se ubica el World Trade Center, al rodear por su derecha el muelle de Barcelona, la barcaza se encontró de frente con el mercante Urlea que entraba a puerto llevado por dos remolcadores. El piloto de la lancha reaccionó virando con rapidez hacia la izquierda pero no pudo evitar un ligero choque a estribor contra el barco, suficiente para desplazar a la tripulación hacia babor y desestabilizar la lancha, que volcó quedando con la quilla al aire.

                                                                                        Continúa...

Ana Mª Ferrin

(*)El texto traducido al castellano: En memoria de los miembros de la marina y del cuerpo de marines de los Estados Unidos, de servicio en el USS Guam y el USS Trenton, que fallecieron en este puerto el 17 de Enero de 1977; y en agradecimiento a los ciudadanos, autoridades y equipos de rescate de Barcelona, por su cooperación con las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

(**) Un documento imprescindible para los interesados en esta etapa de la ciudad lo constituye el ensayo de Xavier Theros, La Sisena Flota a Barcelona, de ediciones La Campana.

(***) Aquí una escena presenciada por mí ante una entrada del mercado de Santa Caterina: Salían del mercado un grupo de vendedoras, entre ellas una jovencita delgada y guapa acompañada de su novio, cuando un grupo de cuatro marines salieron cantando de uno de los callejones que desembocan en la placita de Santa Caterina. Iban contentos y bastante bebidos. A uno de ellos se le ocurrió coger de la mano a la chica y ponerse a bailar un rock con ella. El novio, un chaval de media envergadura que el americano, se acercó con el rostro crispado pero en apariencia tranquilo, diciéndole: -Venga, ya está bien, vete al barco a dormirla-, mientras cogía del brazo a su novia, que con cara de susto intentaba tranquilizarlo: -No te preocupes, no pasa nada, llevan unas copas. Pero el bailarín, sin dejar la danza, al dar un giro aprovechó para plantarle al chico un  guantazo que lo tiró a la acera. Éste se levantó de un salto y se lanzó sobre el americano a puñetazo limpio. Los otros marinos que en principio contemplaban la escena riendo a distancia, ahora no reían, se disponían a auxiliar al colega que ya no parecía controlar la situación y estaba recibiendo un buen repaso, cuando de repente aparecieron en escena dos miembros de su policía militar vestidos de beig con un brazalete negro y tras quitarle de encima al joven español empezaron a golpear al marine con sus porras, con una violencia tan impresionante que los mismos vecinos que al verlos llegar los habían animado empezaron a gritarles que lo dejaran ya, temiendo que lo mataran.           

11 comentarios:

  1. Pobres, no dejaban de ser unos chicos lejos de su tierra. Me acuerdo de todo aquello.
    Yo vivi todo ese tiempo y habia mucha diferencia entre los de la gorra y los del gorro.
    Yo era una nena y nos daban chocolatinas y chicles pero eso era al principio,porque luego cada vez se apartaron mas de la gente normal y se creian los amos, je...je.
    Un dia se juuntaron una banda de los del barrio y les dieron pal pelo.
    Ana Un petonet. Julia

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    1. Hola Julia, has vuelto a tirar del hilo de mi infancia. En mi barrio de La Ribera, en la plaza Sta. Mª del Mar y el paseo del Borne también los veíamos al ir al colegio y por la tarde a última hora y es cierto que traían chocolate y chicles y que intentaban entenderse con nosotros, sobre todo como dices "los de los gorros". Pero también recuerdo como tú que hubo un momento en que ya no se comportaban de forma simpática, nos tiraban las golosinas al suelo para que las recogiéramos y a partir de entonces fuimos muchos los que dejamos de verlos como amigos y nos apartábamos de ellos. Se produjo un corte y al menos por mi zona nunca más volvimos a hacerles caso.

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  2. Hola Ana, permite un matiz...la foto de los marines en el Liceo no es correcta, si te fijas en la columna debajo del piso está forrada de trencadis por consiguiente se trata del Palau de la Musica, por lo demas un fabuloso post como nos tienes acostumbrados,
    Un abrazzo !!

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    1. Tienes toda la razón. Gracias por el aviso.

      Otro abrazo para ti.

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  3. En aquella epoca de los 50 yo estaba en un internado del gobierno o del Ayuntamiento y nos daban de comer queso y leche en polvo de los americanos, un dia muchos marines vinieron invitados sepa Dios por quien al internado y nos trayan un regalo para cada una de las niñas, recuerdo que les hicimos unos bailes en el teatro del colegio y luego paseamos con ellos por el patio amplio y tambien creo merendamos algo. No se si antes o despues, varias niñas del internado fueron a visitar los barcos de guerra que estaban en el puerto , una de las que fueron fué mi hermana Lurdes. A mi me regalo uno de los marines un bolso rojo de moda de aquella epoca que conservé durante muchos años. El colegio era el de Maria Reina en la calle Cister , ya no existe en ese lugar, pero a finales de los 50 sí estaba ahí.

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    1. El queso y la leche de los americanos fueron un icono de aquellos años, por lo menos en Barcelona.
      Estoy segura de que las niñas nunca olvidarán la visita ni usted el regalo. Porque además, hay que decirlo, aquellos marines eran unos tipazos, muchos rubios con ojos azules, mejor alimentados que nosotros y vestidos siempre de punta en blanco.
      Me alegro de haberle traído buenos recuerdos.

      Gracias por la visita.

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  4. felicitar lo primero por estas páginas que van llenando a mejor muchos espacios de la red,,,,quería preguntar, recuerdo que allá primeros de los 60,,,los niños de un colegio del Somorrostro, no se si de algún colegio más, fuimos llevador en una gran lancha a un portaaviones que estana en las afueras del puerto,,subimos al mismo por plataforma externa,,,y nos dedicaron una jorana entera a que pudieramos ver muchos de los sitios y rincones del fabuloso portaaviones,,solo que no he podido averiguar aún de cual podría tratarse,,,el año debería de ser 61,62,63,,,si alguiien tiene datos sobre este asunto,agradecería la información,,,

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  5. Hola, DZ. Gracias por la visita y disculpas por la tardanza.

    Cuentas algo muy interesante. Pienso que teniendo esa experiencia te gustaría leer el libro de Xavier Teros "La Sisena (sexta) Flota a Barcelona", de ediciones La Campana. Está en catalán pero se entiende muy bien.

    Esa visita que vivieron bastantes niños en Barcelona seguro que fue inolvidable. Recibe un afectuoso saludo. AnaM.

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  6. yo naci en el 61 ... por desgracia mi madre conocio aun marine ..aunque yo creo que era algo mas ..no vestia como los demas ...y lo vi por ultima vez en 1977 ..y nunca mas pues no se excribir su apellido ..y supongo que el tampoco sevpreocupo de buscarme .. si cuento esto es porque se que dejaron muchos niños-as aqui y se no me esconlargaron ......no me escondo mi nombre es cristina varela martinez hija de conchita varela martinez naci en barcelona y me crie en la plaza real de barcelona ..mas mayor nos fuimos a palma de mallorca ,, y recuerdo que mi "padre" era benefactor del colegio nazaret y colrgio TEMPLE ..ESOS SON MIS RECUERDOS ..SE COMO SE LLAMABA MI PADRE gary balding " o asi sonaba" imagino que no volver a verlo y ademas calculo que quiza tenga 80 años ..o mas ..no se ... si alguien sabe de el .. yo sigo aqui ..gracias y disculpen las molestias mcvm555@gmail.com

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    1. Hola, CRISTINA VARELA MARTÍNEZ, HIJA DE CONCHITA VARELA MARTÍNEZ Y DE GARY BALDING (o algo así).

      Hace usted muy bien dándose a conocer, quién sabe si su padre tuvo algún problema que le hizo dejar de venir a verlas por un tiempo, y al intentar reanudar las visitas ya no las encontró. Como sé que estas dos páginas son visitadas por los antiguos marines que estuvieron en Barcelona y sus familias, aquí queda mi blog y e-mail: amf2010blog@gmail.com. Si alguien se pusiera en contacto en alguno de los dos lugares, se lo haré saber a su mail.
      Como bien dice, de aquellos años de visitas de la Armada Norteamericana quedaron muchas huellas. la vida nunca se detiene.

      Un abrazo.

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