Tumbada
en la arena de Castellón, 25 gº mirando al cielo, noto la conocida sensación de
que me desdoblo. Una vez más quedo al margen de la realidad, la cabeza en las
nubes y mi darriere formando un hueco
en la arena. Cierro los ojos y veo pasar un trineo. Mi mente cruza de un continente a otro, de Levante a Chile, de allí a Europa,
casi Asia, con Pasternak sentado entre Lara y Zhivago y una manta abrigándoles las
piernas. El paisaje cambia de golpe. La temperatura desciende, se desploma. Siento frío y empiezo a escribir...
Llegan la nieve y el hielo como avanzadilla de la Navidad convirtiendo la Tierra en una infinita Sala de Arte.
Siempre reinan en los Polos. Pero es ahora cuando por todos los rincones de nuestro planeta
surgen estampas heladas con formas que bien podríamos colocar en nuestra casa
como adorno sobre la mesa familiar.
Hasta yo, que soy más tropical que una
papaya y mi cuerpo sólo espabila a partir de los 30 grados, he de reconocer que
el invierno y los paisajes de frío extremo son la época más estética, cuando la
Naturaleza nos ofrece las más bellas imágenes, las más delicadas. Como
continuación de mi anterior entrada sobre el Art Land, el Arte de la Tierra, (*), ahí van una serie de
instantes para recordar.
INCREÍBLE PERO CIERTO
Publicado en Gaudí y Más. 20 de diciembre 2014
El Portal de Belén de carámbanos. Antonio Gaudí |
Colgando de unos cables, la nieve helada forma su propio portal de carámbanos. (HuffingtonPost) |
... He sentido un griterío, un clamor de gritos sonoros que se van haciendo estridentes a medida que la Fachada se eleva cielo arriba, hasta mezclarse con las trompetas de los ángeles, en una zambra gloriosa que no hubiera podido soportar más que unos momentos..
El hielo, la nieve. Aquí los tenemos. Macizos, bloques, pinachos, olas congeladas con su carga interior convertida en colección de aguamarinas. Un copete de nieve sobre una piedra grande y plana, y el viento crea una seta con flecos. Cortina de estalactitas cerrando una cueva. Flores de hielo y nácar flotando mar a través. La belleza.
Cherry Alexander. 1995 |
Empieza el deshielo en el Lago Baikal de Rusia y asoman masas de agua dulce entre el hielo (AlexeyTrofimov) |
En el interior de una ola helada. |
Los pasajeros de una lancha observando las estrías de un iceberg |
Desde los escritos de Charles Darwin en 1839, la formación helada de Los Penitentes, en Chile, en la meseta de Chajnantor, ha sido una rareza que atrae a los viajeros con sus altas navajas de hielo. |
Jim Donaldson |
Detalles helados. La joya de las arañas espera su presa, tricotando la trampa que le valdrá poder comer otro invierno más, encaje de Dior para la espalda lisa de un traje de noche. La valla de alambre tapizada de blancas agujas enmarca el paisaje.
Formaciones cotidianas a las que han bautizado como Lluvia Surgelante, nombre creativo y sonoro. Pero, ¿y porqué no? La funda de un banco, la capa de sorbete que el viento enrolla en un tejado. Lienzos de guata bien doblados por la inercia de su caída, tras resbalar por la rampa de un tobogán...
Y esos árboles con su reguero de agua bajando de las copas hasta helarse, transformándose en melena que el viento peinará con la raya en medio. Regalándonos a la izquierda la imagen recostada de un espíritu del bosque...
En cualquier lugar llano en rampa, el viento empuja la nieve levantando finas capas (Guessab 2007) |
Jan Bainar |
Miles de bolas del tamaño de un balón de fútbol llenando las costas del lago Michigan. Gusanitos blancos creados al apelotonar el viento grumos de nieve y arrastrarlos, dejándolos de pie. Un Plum cake mechado de algas verdes, pardas, negras, iceberg a la deriva que despista a los cazadores de ballenas.
Nícolo Bonfandini captó estas imágenes de las lenguas de nieve empujadas por el viento. Una vez levantadas y heladas convertidas en gusanos erguidos, vigilantes de la tundra. (Niccolo Bonfadini) |
El mundo vegetal sonríe desde el interior del hielo, recubierto por filigranas de orfebre. Un ligero soplo cálido y la estalactita de un botón rosado pierde su primera gota. La bola de rocío reposa sobre una hoja, hiperdecorada como un huevo de Fabergé. Los brotes de un almendro, las agujas del romero, todos encerrados en su cárcel transparente esperando al sol.
En Hami, China (Foto AFP) |
Lisa Calle Dahl |
Silenciosa, cae la nieve y desciende la helada. Pasa sin llamar a los patios, entra en los jardines. Se cobija en el bosque, desmenuza las nubes como queso tierno repartiéndolas sobre las calles, congelando los bordillos y los aleros de los tejados. Aquí elije una piedra, allá un árbol, ahora la barba enmarañada de un arbusto. No siempre cuaja. Como en la vida, como a todos, a veces se gana y otras, pues eso.
Caprichosas y bellas formas que la naturaleza nos ofrece cuando precisamente más calor nos escatima. El invierno socializa el frío para que no nos quedemos ninguno sin nuestro pedacito de hielo correspondiente. Algunos carámbanos nos recuerdan las formas arquitectónicas que Gaudí empleó en alguna ocasión. Siempre fue la naturaleza un buen motivo para su inspiración.
ResponderEliminarFelices fiestas.
Lo curioso de su obra es que sus formas estaban ahí, siendo utilizadas por nuestros ancestros desde los orígenes. Fue a partir de los grandes pensadores de la antigüedad con la aparición del compás y la escuadra, cuando olvidamos las formas de la Naturaleza para cobijar nuestras vidas. Así que lo suyo fue una reedición del huevo de Colón.
EliminarToda la felicidad para ti y los tuyos.
Con la Naturaleza se creó la belleza. Frágil, preciosista y perfecta en su estado cristalino, el agua, compuesto del que procedemos y por el que vivimos, transforma nuestra visión de una de las estaciones más alterada durante los últimos años, debido a diversas causas. No es fácil que la Naturaleza se pueda plasmar en el arte y que se sienta su esencia sustancial al contemplar la obra. Gaudí lo supo plasmar en diversas obras y cuando traslada los carámbanos a un lugar en donde, tradicionalmente, la nieve es un acontecimiento natural extraño, interpretamos que la representación artística, traslada a nuestro entorno, nos pertenece hasta en su climatología estacional. La excelente colección de imágenes que, tradicionalmente, definen el invierno en ambos hemisferios de nuestro planeta, potencia la plástica del diseño que transforma cualquier punto de nuestras sensaciones fisiológicas. Querida Ana María, tus letras son un canto poético a las pequeñas y grandes transformaciones de las propiedades perfectas de los cambios naturales.
ResponderEliminar¡FELICES FIESTAS Y TODA SUERTE DE VENTURAS PARA EL PRÓXIMO AÑO 2015!
Un cariñoso abrazo, querida Anamaría.
Tocas un tema, el de la variación climática por la mano del hombre que ese sí que da frío cuando lo piensas. Que las montañas de hielo pierdan parte de su masa, como vemos en esas fotos con los osos polares flotando sobre un trozo de iceberg, también pone la piel de gallina.
EliminarPero como soy de natural escéptica y descreída ante esas mega campañas políticas, espero que la alarma no sea tal, sólo una fase natural que se vaya equilibrando.
De corazón, que tengas un Feliz 2015 es mi deseo para ti y los tuyos, querido Antonio.
Una selección de fotografías impresionante en las que la naturaleza sin necesidad de cincel, esculpe caprichosas e inverosímiles formas, como la de la alfombra a los pies del tobogán, que es increíble.
ResponderEliminarTenga usted amiga Ana María unas felices fiestas de Navidad ly un año próximo lleno de prosperidad.
Estas fotos son una cura de humildad. Cuando una ve de lo que es capaz la Naturaleza comprende lo estéril de la vanidad humana y su empeño en lograr la supremacía por las armas.
EliminarCon mi aprecio, vaya el deseo de un Feliz 2015 que le depare todo lo que sueña.
En nuestra sierra tenemos excelentes ejemplos de formaciones naturales creadas a partir de hielo y escarcha. Sin ir más lejos la Cascada del Hielo, si bien en primavera o verano deja ver su belleza a través de la caída de grandes cantidades de agua a modo de cortina, en invierno el líquido se hiela para conformar un telón enteramente conformado por carámbanos superpuestos que hacen las delicias de los fotógrafos y de los osados montañeros. En mi caso subí solo una vez, en el mes de abril, cuando las temperaturas hacían más agradable el ascenso.
ResponderEliminarTe deseo unas muy felices fiestas en compañía de todos los tuyos.
Bon Nadal.
Un besazo
No conocía la belleza de esas cascadas, pero después de ver las imágenes te doy la enhorabuena por tener algo así tan cerca.
EliminarLástima que yo no sea muy dada a los esfuerzos montañeros, pero valdría la pena ir hasta allí para verlas, así que no lo descarto.
Te deseo a ti y los tuyos todo lo mejor para este próximo 2015. Besos.