Hagamos una concesión a la imaginación. Josep Mª Jujol oficiando de generación puente entre su maestro Antonio Gaudí y su alumno Francisco Juan Barba Corsini, fundiendo armoniosamente presente y pasado para recrear un ambiente flotante, de gran bienestar, en las buhardillas de La Pedrera. Deshaciéndose de la ley del ángulo recto y con sólo un millón de pesetas, en un año, Barba Corsini cuajó una serie de apartamentos numerados del 1 al 14 dándoles trece soluciones distintas -saltándose el 13 por aquello de las supersticiones- e incorporando una serie de innovaciones en arquitectura interior. Entre otras el ladrillo refractario, la ventana pasaplatos como nexo entre cocina y comedor, el panel tapavistas giratorio, el puf moruno forrado de rizo al que añadirá un respaldo, más los parterres de plantas interiores. En blanco, negro y rojo quedaron listos los primeros apartamentos del país, espacios singulares volcados sobre la ciudad con sus terrazas sinuosas de las que un humorista escribió: - ¿Un perro? Que se olviden de tener un perro estos inquilinos. En todo caso, una serpiente.
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Vistas desde arriba vemos a las estrechas y sinuosas terrazas de La Pedrera, aptas para serpientes. 2012 (A.Mª.F.) |
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Bajo las chimeneas y las ventanas de las buhardillas, el perfil ondulado cobija las terrazas de los apartamentos |
ESTROFAS DE PIEDRA Y AGUA