Desde una jota navarra
de los Hermanos Anoz durante la Fiesta de la Cereza en el querido pueblo de Milagro, al Ballet y Coros del Ejército Ruso en el Auditori. Desde un striptease de Christa Leem en la Cúpula Venus de Barcelona,
al monólogo de Rosa Mª Sardá como mujer
abandonada, en la obra L’Hostal de la
Gloria de Josep Mª de Segarra. Desde el tenor defenestrado por gay que vi en la cubana Cueva del Pirata de Varadero, cantando desde las tablas Maitechu mía con una
cinta ciñendo su cabeza a lo Ben-Hur, al elegante Antonio Machín desgranando con su voz de azúcar un Madrecita del Alma Querida mientras daba un cuarto de giro a sus maracas. De ahí, al recital de Montserrat Caballé donde su O mio babbino caro me clavó en el asiento y al rapsoda adolescente saltándole el arte por las costuras, a quien vi recitar en Cádiz por Lorca:
Con un clavel grana sangrando en la boca,
con una varita de mimbre en la mano.
Por una vereda, que llega hasta el río,
iba Antonio Vargas Heredia,
el gitano……
Vienen a mi memoria tantos artistas inolvidables... Cantantes, bailarines, actores, circenses, desde la pantalla o la carpa. O el tugurio, donde vi a Bambino dando guerra, Madame Arthur, a Joan Monleón con su Horchatera Valenciana. A Tom
Jones, a Cyd Charisse y Gene Kelly en Cinemascope y Technicolor, a los magníficos troveros y rapsodas de nuestros pueblos, danzadores de Anguiano, todos, seres que en un momento u otro de mi vida,
desde muy niña me fascinaron con sus actuaciones. A los que aprendí a
respetar porque a cada uno según sus facultades, siempre los vi vaciarse entregando lo mejor de sí.
Como a los demás creadores que hoy mismo, desde cualquier escenario o chiringuito brindan
su entusiasmo aunque su nombre nunca brille resaltado por los focos. Va por todos ellos.
Cyd Charisse y Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia |
Los Hermanos Anoz, jota navarra. Pasacalle durante una actuación Bambino. ... No me des guerra, guerra y guerra... |
Tom Jones |
PARA ANTENA 3, POR SU RESPETO A LOS ARTISTAS EN "LA VOZ", GRACIAS
Publicado en Gaudí y Más. 19 de enero de 2019.
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La música, el espectáculo, atrapa y predispone a la alegría, no está hecha para los seres oscuros. Con la música el rostro se relaja, los ojos chispean, los labios canturrean a nuestros poetas y todo anima al buen humor, a la concordia, al amor. Para entenderlo, el inquisidor vocacional sólo precisará sacar su parte positiva y dejar en casa la mala baba. Dispóngase a disfrutar, hombre de Dios. Y sea feliz.
Bufón con laúd. Frans Hals
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Por lo dicho, gustándome como me gusta el espectáculo y dada la sequía que durante años han padecido nuestras televisiones con su falta de espacios musicales, se comprenderá mi alegría cuando empezaron los programas del tipo: Operación Triunfo, Tú si que vales, Got Talent, Factor X, donde a un mago le sucedía un contorsionista, a éste una bailarina de jazz, un trapecista. O un blue grass siguiendo el compás del banjo con sus zapatones percutiendo sobre un palé. Qué disfrute, madre.
Pero...
Poco duró la felicidad, porque entre el cuarteto de jueces que valoraban las actuaciones, pronto se fue colando por todos esos programas una especie de puerta, que si empezó rozando el pavimento, pasó a rechinar, acabando por desencajar de sus goznes aquel tiempo de divertimiento, transformando en incómodo el sencillo coloquio entre los jueces y los temblorosos actuantes, dispuestos a contarnos sus vidas y peripecias pasadas hasta lograr subir a la tarima.
Con la incorporación del nuevo elemento, el momento agradable desaparecía consiguiendo con sólo cuatro palabras, que un telón de puré gris ocultara el escenario. Huía la magia. Y tanto el rostro del actuante como el ánimo de los espectadores se contaminaba del sabor triste y amargo de haber visto romperse la armonía, por la crueldad innecesaria de unos comentarios plenos de bilis.
Todo ello gracias a un componente del que nunca supe de dónde le venía tanta ciencia, tanta autoridad siniestra repartiendo carnets, o de artista, o de menesteroso. Con él en pantalla, una sarta de burlas de laboratorio a cual más salvaje hacía su aparición.
Ver aquel ser pavoneándose ante la angustia de los auténticos protagonistas, como sucedió con el talentoso Pablo López, me resultaba tan agradable como un documental diseccionando moscas verdes en un laboratorio, por lo que a partir del primer concurso en que lo vi en acción, corrí a echarme una rebequita de lana sobre los hombros para alejar el escalofrío y tomé la costumbre de revisar previamente el directorio de jurados de cada programa, renunciando al visionado cuando veía aproximarse tan agria presencia.
Sólo a través del zapping casual he vuelto a conocer algún instante aislado de sus andanzas, siempre repetidas. Aunque lo increíble para mí ha sido, que desde la primera vez que vi sus mañas en un programa que no pasó del primer episodio, han ido confiándole proyecto tras proyecto, aguantándolo semana a semana incluso cuando los índices de audiencia encendían la luz roja. Lo más cómico es cuando intentan presentarlo como el duro con corazón tierno, apunte de lagrimita incluido. Esfuerzo inútil ya que, parodiando al conocido mayordomo, el plexiglás no engaña.
Rebobinemos. El porqué algo tan desagradable que arranca del espectador la urgencia de cambiar el canal, continúa, es inexplicable. O era. Porque estas Navidades, y de ahí que haya decidido escribir estas líneas, durante una reunión entre gente que lo último que nos interesaba era este tema, el tema salió y resultó que todos experimentaban como yo, la misma sensación repulsiva.
En Memphis, EE.UU, el murciano Al Dual recibiendo el premio al mejor solista de Rockabilly, voz y guitarra, en los prestigiosos American Music Awards Me (**) (http://cmonmurcia.com) |
(*) Blackberry'n Mr. Boo-Hoo https://www.youtube.com/watch?v=SB7gLFbfnTU
(**) Al Dual. https://www.youtube.com/watch?v=QYZJsDD8V5w
Ana Mª Ferrin
Me has dejado KO con esta entrada, yo he asisitido a muy pocos espectáculos musicales ya que nunca me llamaron la atención y a los que me llamaban no podía asistir por diversas circunstancias y encima estos programas musicales de TV que mencionas no me gustan nada y no los veo, prefiero más el cine. y los documentales de animales o de paises, bueno también me gusts Tercer Milenio.Me ha sorprendico que conozcas a los danzadores de Anguiano ,los he visto en varias ocasiones pero claro están en mi tierra.Besicos
ResponderEliminarConozco bastante La Rioja. Pero además estuve una semana durante unas Jornadas de Pesca en el río Najerilla. Sucedió que yo estaba escribiendo un libro de viajes y un amigo sabía que pensaba incluir un capítulo sobre la pesca a mosca, por eso les dio mi teléfono a los organizadores y así fue que me invitaron y escribí un capítulo contando esa experiencia, que resultó magnífica.
EliminarUna de esas cosas impensables que a veces pasan en la vida
Besos.
¡Qué cosas,Ana María! Me recuerda la decepción que sentimos cuando encontramos notable alguna película y luego vemos como el crítico la despedaza. Parece que el "hombre del saco", que de tanto que lo mencionaban en nuestra infancia nos infundía terror,está reencarnado en ese personaje que retratas y que goza maltratando a los postulantes.
ResponderEliminarAbrazo austral.
De ingenua tengo poco, las alarmas se me disparan pronto. Pero en este caso era tan inenarrable, tanto, que como nunca lo había visto, al principio yo creía que era un actor, como el pistolero malo del sombrero negro. Hasta que con los años he visto que no, que es así en todo tiempo y lugar y que además disfruta.
EliminarAunque ahora intenten blanquearlo, algo que nadie se cree.
Desde la lluvia, saludos.
Últimamente proliferan entre los miembros de los "entendidos" que han de juzgar una actuación, musical o no, pandillas de energúmenos semianalfabetos, puestos allí porque su imagen es conocida pero que son los menos indicados para valorar el trabajo serio de nadie. Es como si pusieran a los famosillos del petardeo nacional a juzgar tus libros. El mercadeo televisivo tiende a convertir en espectáculo lo que no es. Todo se banaliza y, por lo tanto, se empobrece. Una pena.
ResponderEliminarUn saludo.
Saludos, Cayetano.
EliminarAunque muchas veces por falta de oferta en los canales generalistas acabamos viendo otro tipo de programas a la carta, si es posible, el par de horas antes de acostarnos nos gusta algo ingenioso y alegre. Hay quien para desconectar prefiere un par de copas y un libro, pero en nuestro caso la lectura forma parte de la vida diaria y la noche pide otro tipo de diversión. Por eso, si a la hora de acostarse tienes que llevarte a la cama en vez de un recuerdo grato, uno revenido, mal vamos.
Antes de nada, gracias por traerme al recuerdo a esa actriz-bailarina de mis tiempos juveniles llamada Cyd Charisse, las pierna mas largas del cine y bellas(digo yo).
ResponderEliminarEsos jurados de los que hablan, lo que pretenden es estar por encima del espectaculo del concursante, ser ellos lod verdaderos protagonistas.
Besos.
Qué cierto. Es como los entrevistadores que no dejan acabar su respuesta a los personajes, intentando sobresalir por encima. El ego, amigo. O la expresión de un complejo de inferioridad, ves tú a saber...
EliminarDesde hace mucho tiempo veo muy poca TV. De este tipo de programa (OT o la Voz) no he tenido mayor contacto que alguna vez que la TV del centro está encendida en un canal, durante la guardia. Impresiona que por saber algo de música, cocina o cualquier otro tema, podemos juzgar a alguien que intenta abrirse camino en esos campos...Mejor hacer como los maestros: Enseñar, para que sean mejores.
ResponderEliminarBesos
Cuando me lo dan hecho, prefiero el espectáculo. Y si es en directo, mejor, algo que no está a mi alcance a no ser que me desplace. En cuanto a lo de opinar ya no hace falta encontrar especialistas. Para hablar del Renacimiento italiano o del precio de la merluza, ahora ya existe el "todólogo"...
EliminarBuenas noches AnaMaría, me gusta abrir tu Blog porque, como decía Forrest, Forrest Gump, es como una caja de bombones. Muchos sabores, todos ricos. Así nos encontramos con temas y reflexiones de todo tipo. Todos interesantes.
ResponderEliminarEn cuanto al tema que hoy propones, estoy totalmente de acuerdo con Juan L. Trujillo. Afán de protagonismo.El personajillo que aludes quisiera ser el novio en la boda, el niño en el bautizo y, si me apuras, hasta el muerto en el funeral...
Esperando volver a abrir de nuevo tu caja de bombones, te mando un abrazo.
Qué delicia de película, Conchita, cuantas sensaciones. Así que gracias, guapa.
EliminarEn cuanto a tu reflexión, no me extrañaría que muchos hayan acabado en una caja de pino por seguir su impulso protagonista.
Bombones para ti.
Bom dia, excelente partilha com artistas que não deve de ser esquecidos, são artistas que deram muito ao mundo cultural.
ResponderEliminarAG
Y cuánta felicidad nos han dado, Ag.
EliminarUsted colabora en esa labor de difusión con los artistas de su tierra. Chapó.
No sigo "La voz", pero reconozco tienes mucha razón. Nos hacen disfrutar en las verbenas, en las bodas, en los teatros grandes y pequeños, en las calles, y sus nombres se pierden con el tiempo. Duran lo que su fama, o quizá no tanto. Quizá sólo el momento en que disfrutas con ellos y eso es lo importante. Merecido homenaje.
ResponderEliminarUn beso
Carmen, qué suerte tener esos recuerdos de niñez y adolescencia vividos en un lugar que cuando venían las Fiestas nunca faltaban los artistas, tan cercanos, a los que podías ver su arte y sus fallos.
Eliminar¿Sus nombres? Quién los recuerda. Pero las sensaciones que descubrimos, esas nunca nos abandonarán porque nos hicieron felices.
Y ahora que lo pienso, tienes razón, sí es un homenaje.
Soy amante de la música, de tal manera que no pasa un día sin escuchar alguno de mis discos muy variados, y me ha ocurrido igual que a ti. Comencé ilusionada a ver algún programa musical que nos brinda la tele, y mi decepción ha sido tremenda. Lo cuentas muy bien como siempre. Al final siempre me quedan mis discos.
ResponderEliminarBesos
No me dirás que no es un asco. Poder ver algo que te gusta y por la mala pata de alguien que ni canta ni baila ni juega al balón, no poder disfrutarlo.
EliminarBesos a ti.
No suelo ver estos programas porque la tele ha empeorado mucho.
ResponderEliminarTienes toda la razón.
Nosotros vemos películas . Así evitamos tanto personaje desagradable.
Un beso. Un placer visitarte .
Todas las opciones de ocio están bien, querida Amalia, a cada uno la suya.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.