OSCAR NIEMEYER

                                      El escultor José Mª Subirachs autor de las figuras y puertas de La Pasión de la Sagrada Familia de Barcelona, llegó a las Artes Plásticas debido a la escasez de medios familiares que no le permitieron dedicarse  a  su vocación primera, la Arquitectura (*).

      

   Esa circunstancia no le impidió el interesarse toda su vida por los diversos hallazgos de la arquitectura y el arte en general, siendo un seguidor de las nuevas corrientes que iban surgiendo a través de los más de veinte años en que lo traté, siendo un apartado sobre el que le gustaba conversar. 

   Así supe que la obra civil de Gaudí no le seducía como hábitat: -Una cosa son las imágenes de sus edificios como objetos originales bien estructurados y llenos de imaginación, de hallazgos, pero yo nunca habría podido vivir en un mamotreto como La Pedrera, ni en un lugar con ventanucos como Bellesguard, lleno de escaleras estrechísimas y empinadas, ni en esa penumbra abigarrada y enrejada del Palau Guell -comentó en varias ocasiones-.  Mi ideal de vivienda son los espacios amplios y lineales estilo Bauhaus.

   A pesar de no haber podido cristalizar su vocación levantando edificios o precisamente por ello, cuando yo lo visitaba en la  Sagrada Familia solía referirse a las novedades constructivas de Barcelona y otros lugares, mostrándome fotos y libros explicando lo que él habría hecho de ser el autor y añadiendo ligeros bocetos si la ocasión lo permitía. Así fue como un día me sorprendió con las imágenes de una iglesia cuya originalidad le había impactado, por relacionar sus formas con las columnas inclinadas de la fachada de La Pasión, el espacio donde él intervenía con sus esculturas. Se trataba de la Catedral de Brasilia, que yo desconocía. 

   La obra del arquitecto Oscar Niemeyer acababa de conseguir en 1988 el primer Premio Pritzker otorgado a un arquitecto de Sudamérica, que hoy, junto a Paulo Mendes da Rocha, también brasileño y autor de la capilla de San Pedro en el estado de Sao Paulo, siguen siendo los únicos galardonados de esa parte del continente americano con el conocido como el Nobel de Arquitectura. 

Catedral de la Virgen Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, Patrona de Brasil

Vitrales de Marianne Peretti

Ascetismo en el altar y los retablos del interior

Tres imágenes de la catedral de Brasilia y el retrato de Oscar Niemeyer (1907-2012)

ARQUITECTURA...
LO IMPORTANTE ES LA VIDA, LOS AMIGOS... 

Publicado en Gaudí y Más. 24 de septiembre de 2019

                                               Talento, habilidad y oficio. Lo que vi semejaba un ramo de tallos agarrados por su base y vuelto hacia abajo, figura compacta abriéndose en círculo sobre un estanque...  

    ...O un cáliz hebreo, una copa romana o un grial medieval, todos  boca abajo con su cuenco sujeto por varias tiras. Esas ideas y muchas más se agolpaban en mi mente al contemplar las fotos de la catedral de Brasilia y lanzarme a pensar de dónde pudo extraer Niemeyer la idea de tan increíble construcción, creando de la nada una figura desconocida como templo, sin fachadas, puertas, ventanales ni campanarios integrados en su estructura.

   16 columnas revolucionarias inspiradas en el peciolo central de ciertas hojas de palma, pilares fabricados en hormigón y resueltos en formato hiperboloide, con la cara lisa formando la estructura interior de la nave. El resultado es una semiesfera donde el total de sus muros lo componen 16 vitrales con una extensión de 2.000 mts, cuadrados, proyectados por Marianne Peretti hechos de mar, cielo y nubes, buscando que fueran, en palabras de Niemeyer: - Una prolongación del paisaje de mi querido país. Para que aún estando dentro del templo, los creyentes, de la religión que sean, se sientan en el cielo-. Generosas palabras, si tenemos en cuenta que fueron dichas por un hombre que siempre se declaró comunista y ateo. 

  Situada en un campo de césped, a la iglesia la rodea un anillo líquido, lago circular bajo el nivel del suelo del que emerge, acogiendo a los fieles que penetran en su interior por un túnel que desemboca en su única nave.

...Columnas similares al peciolo de una hoja de cierta palma...

Copa romana (**)

Campanario y baptisterio

El artista Athos Bulcao, autor de los azulejos del baptisterio

El campanario con sus cuatro campanas

Las campanas. Pinta, Niña, Santa María y Virgen del Pilar

Los cuatro apóstoles y el campanario ante la entrada subterránea a la catedral.
Sobre la cúspide, la cruz.

                                                        Las cuatro campanas de la torre son de bronce y fueron donadas por el gobierno de España. Cada campana lleva el nombre de una de las tres tres carabelas con las que Cristóbal Colón arribó al nuevo mundo; Pinta, Niña y Santa María. A la cuarta se la bautizó con el nombre de la Patrona de la Hispanidad, la Virgen del Pilar.                                     

    En la explanada abierta ante la rampa de entrada, cuatro evangelistas, tres y uno, los santos Mateo, Marcos, Lucas y Juan, reciben desde su altura de tres metros a los asistentes que se dirigen a la misa. Su ejecución en bronce contó con la ayuda del artista Dante Croce.

   En el diáfano interior reinan tres elementos primordiales: El espacio, la luz y el silencio. El simbolismo decorativo para la liturgia lo inicia un panel blanco con detalles relativos a la Virgen que lleva la vista hasta un austero altar también blanco, como todo el interior. Quince cuadros pintados en acrílico componen un Via Crucis, obra del artista brasileño Di Cavalcanti

   En lo alto, tres ángeles de bronce penden del techo sujetos por cables de cobre saliendo al encuentro de los creyentes, sorprendentes esculturas cuyas medidas van de 2, a 4 metros de alto, dirigidos por la mano creativa de Alfredo Ceschiatti y, de nuevo, Dante Croce. Bruñidos, suspendidos en el aire y con levísimas oscilaciones que denotan su presencia, sin duda atrapan la atención del visitante.  

   Como decíamos, poca decoración no significa que la iglesia carezca de elementos místicos. Una copia de la imagen de la Virgen Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, Patrona de Brasil, fue traída y regalada desde Italia por el Papa Pablo VI, que también bendijo la cruz que se encuentra en la parte superior del templo. Otra pieza sacra es digna de figurar en esta pequeña reseña, se trata de la primera copia milimétrica de La Pietá de Miguel Ángel realizada en los talleres vaticanos expresamente para ser ubicada en la catedral brasileña, una tarea que llevó tres años a los expertos.                

   Si acudimos a las cifras de esta obra magna sabremos que se alza hasta unos 40 mts, de altura, que su diámetro de 70 mts. ocupa 1.500 mt2 cuadrados con cabida para 4.000 fieles. Cada columna pesa 90 toneladas

   A la izquierda del edificio puede verse la forma elíptica del baptisterio cuyas paredes están recubiertas por diversos paneles de cerámica pintada a mano, creados expresamente para la capilla por el artista Athos Bulcao.

Alfredo Ceschiatti y Dante Croce fueron los autores de los ángeles

Escultura copia de La Pietá traída desde el Vaticano, donde se realizó.
Es la única copia oficial de la obra de Miguel Ángel.

Dibujo original de Gaudí en 1911 de la fachada de la Pasión en la Sagrada Familia con sus columnas
 inclinadas formando un espacio cóncavo. Abajo la fachada ya construida que se terminó en 1957.  

                                                           Treinta años transcurrieron hasta que este verano, al abrir una carpeta de antiguas notas garrapateadas sobre esquinas y márgenes de periódicos y servilletas de bar, me asaltara un párrafo mencionando el estilo singular de aquella catedral brasileña innovadora y fascinante. Y a su autor, protagonista crucial de un recuerdo, un hombre cuya odisea personal y profesional podría servir como modelo de valor para salvar los obstáculos.  

   Valga este perfil para que el lector interesado inicie un paseo por su obra, cuando se cumplen 40 años de la creación del Premio Pritzker y 31 de su concesión al edificio sacro del arquitecto Oscar Niemeyer. 

Ana Mª Ferrin

(*) Ver la biografía del escultor, El Tacto y la Caricia. Subirachs, de Ana Mª Ferrin.
      Primer capítulo y reseña: 
       https://amf2010blog.blogspot.com/2011/05/el-tacto-y-la-caricia-subirachs-nuevo.html

(**) Copa

(***) Pietá.