40º ANIVERSARIO DEL ENCUENTRO DE PRINCE CON ANTONIO GAUDÍ

Amanece en las torres de la Sagrada Familia,

 cuando de nuevo nos hacemos a la mar 

en nuestro diario de a bordo...

                                     Esta vez enfocando la atención en el cantante Prince Rogers Nelson,  en fecha del 25 de julio de 1990 con su concierto Nude Tour en el Estadi Olímpic de Montjuic. Ese día inauguraba el músico sus actuaciones en nuestro país, extendidas desde Madrid a La Coruña, de Valencia a Barcelona y Marbella, teniendo en esta ciudad andaluza como teloneros al grupo de raíces gitanas y flamenco-fusión pop, Ketama.

  Lugares que iban a quedar fijados en la vida del artista, logrando captar esencias  que plasmaría más adelante en vestuario, sonidos y acordes, como puede comprobarse en diversas imágenes de sus actuaciones posteriores. 

   Empezando por su regreso a Barcelona para actuar el 23 de agosto de 1993 en el Palau Sant Jordi de Barcelona, ya acompañado en el ballet por Mayte García desde 1991, esta visita iba a coincidir para Prince con su descubrimiento de la obra del arquitecto Antonio Gaudí. Una circunstancia que acabaría llevándolo a un recorrido nocturno en una limusina por las calles y alrededores de la ciudad condal tras la huella del creador, posando en el cercano monte de Montjuic (etimología medieval del monte de los judíos) y ante la Sagrada Familia para ilustrar varias obras, un disco y un libro.  

   

 

Imágenes del reportaje de Terry Gydensen ante el templo de Gaudí

Con Barcelona al fondo, portada del libro PRINCE. El sacrificio de Víctor

Portada del disco COME. Foto de Terry Gydesen

Terry Gydesen

KETAMA. El grupo que actuó de telonero en el debut de Prince en España

    Ana Mª Ferrin ante la fachada que inspiró a Prince

TRES AÑOS DECISIVOS EN LA VIDA DE PRINCE

Publicado en Gaudí y Más. 27 de marzo de 2024

                     Pleno de alegría creadora, Prince contacta en 1993 con su compatriota de Minneápolis, la fotógrafa Terry Gydesen para que se presente en Barcelona inmortalizando su figura con la obra de Gaudí como fondo, en especial ante el templo de la Sagrada Familia.

   Acerca de su sesión fotográfica con el excéntrico y talentoso Prince, la creadora de imágenes nos dejó una serie de recuerdos para no perdérselos:

   

    "- Me llamaron como a las diez de la mañana, para decirme: -Te avisaremos hoy para hacer unas fotos en la Sagrada Familia". 

   " -Esperé todo el día y finalmente me avisaron sobre las cuatro de la madrugada. Fuimos juntos en la parte de atrás de su limusina, lo que era muy raro, y Prince me preguntó por las lentes que utilizaba. Llegamos a la Sagrada Familia con una luz muy suave, comenzaba a amanecer y empezaban a verse un poco las torres, ligeramente iluminadas también por la luz de las farolas. Las condiciones eran complicadas para tomar una buena foto y que al mismo tiempo se apreciase el edificio”.

  “-Él iba adoptando diferentes posturas sin que yo le diera prácticamente ninguna indicación”, recuerda Terry. “Hice unas 30 fotos y Prince volvió a meterse en el coche, así que di por sentado que mi tiempo se había terminado. No había absolutamente nadie más en la calle a esas horas. Volvimos directamente al hotel. Yo tenía pánico de que no hubiera salido ninguna foto decente, pero por suerte algunas eran increíbles”.

                                  Tras publicar ocho álbumes notables entre los octubres de 1991 y 1996 más los libros dedicados a Gaudí, Prince dirige y protagoniza una película, 3 Chains o' Gold. Recorre el panorama internacional liderando cuatro giras musicales que a partir de esas fechas ya se realizan sin el apoyo de su discográfica Warner, acuerdo roto a partir de que Prince empezara a significarse con declaraciones públicas de que se consideraba un esclavo de la Productora, incluso tatuándose la palabra Slave (esclavo) y haciéndola constar en los carteles y publicidad de sus trabajos. 

  Al conocer la edición de las obras citadas con imágenes de Gaudí, las autoridades barcelonesas le concedieron el título de “Amigo de la ciudad”. En agradecimiento, el músico tuvo un detalle increíble dada su personalidad, accediendo a que le entrevistara en Londres un diario español después de muchos años de negarse a conceder entrevistas a los medios internacionales más prestigiosos.

Entradas y affiches de Prince en España.

El Prince feliz de esos años

                                   Los testimonios de quienes lo trataron de cerca en esa franja de tiempo coinciden en separar al personaje público de excéntrica imagen, del ciudadano sencillo que se mostraba gentil en las distancias cortas apartado del público, como muestran estos fragmentos de prensa:

   "- ... Se abrió silenciosamente la puerta de una suite frente a mí, y en el quicio de la puerta apareció él, Prince, minúsculo y relumbrando en la penumbra. Descubrí que tras sus exagerado maquillaje se ocultaba una personalidad frágil e inocente, casi virginal..." - escribía la periodista que lo entrevistó en 1994.

     "- ... "Muy dentro de nosotros todos somos lo mismo - seguía contando la autora-: Cada uno de nosotros conoce alguna clase de dolor, como dice la letra de Papa, (terrible letra), una de las canciones del álbum Come. Así que toda la parafernalia de la personalidad de Prince, los tacones, el grasiento maquillaje, el pelo tieso, no son más que trucos conmovedores, escaramuzas privadas de la eterna y única batalla con la vida".

   A la rica experiencia musical, Prince añadiría la adquisición de una mansión en la misma tierra malagueña de Marbella, hoy potenciada culturalmente en el panorama internacional gracias al exhaustivo empeño de Antonio Banderas. 

   Una casa en esa luminosa ciudad, con la que se encariñaron y a la que volverían, enamorados él y su pareja norteamericana Mayte García, que ya contaba en esos años con la presencia de numerosas figuras de influencia social y artística: Sean Connery, Onassis, Brigitte Bardot o los Kennedy. La buena sintonía del artista con España se confirmaba.                             

  Tras varios años de convivencia, en febrero de 1996 Prince contraía matrimonio con Mayte García y poco después la pareja anunciaba la próxima llegada de su primer hijo.

    

   Todo un mundo feliz que estaba a punto de colapsarse. 

  

              

Con su esposa Mayte García. (revistaHola)

Vista de la mansión en la urbanización El Paraíso de Marbella.

Libro de Mayte García. 

The Most Beautiful. 2017

                                             Por medio de una cesárea, el 16 de octubre de 1996 nacía Amiir (príncipe, en árabe) Nelson, el único hijo de Prince,  también llamado Boy Gregory. 

    Si ya de por sí la muerte de un hijo es demoledora, el episodio sufrido por Prince y su esposa contiene elementos tan escalofriantes que quien esto escribe ha dejado apartado varias veces el texto, sin valor para poder concluir el capítulo completo que aparecerá en mi próximo libro.

   Si el cantante no se abrió jamás a explicar públicamente el episodio en los veinte años siguientes hasta su muerte en 2016, tampoco entre la pareja pudieron comentar claramente la vivencia. 

   Aun así, tanto para el músico como para su esposa, la verdadera Era Prince que guardarían en el recuerdo como los tiempos más felices de sus vidas, iban a ser los años que vivieron juntos entre 1991 y 1996. 

   La delicadeza, el respeto, el amor a su marido y su hijo por encima de todos los pesares, que destila el libro publicado por Mayte en 2017 tras el fallecimiento de Prince en 2016, ha significado para ella una catarsis.

   Aquella joven madre que a sus 23 años en pocas horas pasó sin transición, de vivir la ilusionada experiencia de llevar a cabo un tranquilo embarazo en espera de su primer hijo, a empezar con sangrados y dolores, sustos, avisos de aborto...

    ... Hasta un final para el que faltan palabras que nos expliquen el cómo,  tras dar a luz a un bebé que no llora y al que no puedes ver por la posición del parto, del que oyes comentar a los médicos que parece sufrir enanismo, escuchando a los sanitarios pronunciar entre susurros asustados una palabra desconocida por el matrimonio, que se añadiría al expediente: "El niño padece el Síndrome de Pfeiffer". 

   Tras seis días de sufrimiento, aquellos padres agotados asistieron a la muerte de su pequeño.

   Comprensiva con la tragedia vivida por ambos que tres años más tarde los llevaría a divorciarse, la pregunta hecha a la madre en 2017 de si era cierto lo que llegó a escribirse sobre Prince, de que intentó acabar con su vida al no poder soportar la profundidad de una pena así, extraigo del libro la siguiente reflexión de Mayte: "De un dolor de esas dimensiones no es fácil recuperarse, por lo que no estoy segura de que Prince lo consiguiera. Yo, después de 20 años, no lo he logrado".

Ana Mª Ferrin