José Luís Rodríguez Sánchez es un doctor de Sant Andreu que dedica su trabajo a la lucha investigadora del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, conocido popularmente por el SIDA, la enfermedad que ha hecho estragos en los colectivos homosexsuales.
El Dr. José Luis Rodríguez Sánchez investiga sobre el Diagnóstico del Sida en el Hospital de San Pablo de Barcelona. (S.A.E.) |
TRAS EL DIAGNÓSTICO DEL SIDA
El médico andresense afirma que la vacuna no llegará antes de uno o dos años.
Alto, rubio, sereno como todos imaginamos a un investigador, José Luís Rodríguez Sánchez es el prototipo del doctor de cabecera dialogante que desearíamos para nuestras familias si pudiéramos volver a las antiguas costumbres. Pero él ha escogido como dedicación el estudio de los anticuerpos que nos defienden de las enfermedades. Tras diecinueve años de dedicación, con estancia en Londres incluida, su firma figura a menudo entre las páginas de una rama médica de difícil pronunciación: Inmunoreumatología.
En esta ocasión, sin embargo, le hemos invitado para que nos hable de sus últimos trabajos en el Hospital de San Pablo, dentro del grupo de investigación sobre el diagnóstico del SIDA, dirigiendo el Servicio de Inmunología. Aprovechamos su amabilidad como andresense que ha residido muchos años en la calle Concepción Arenal.
- Doctor Rodríguez, para alguien sin preparación científica, ¿Qué es el SIDA?
- Al nombrarlo Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, significamos que el organismo ha quedado con un déficit de defensas que le impide luchar contra las enfermedades y por ello se encuentra a merced de cualquier virus, bacteria u hongo que se acerque a él.
- Entonces, no se enferma del SIDA propiamente dicho, sino de cualquier dolencia que, si no se diera esa baja de defensas, no pasaría de ser leve.
- Exacto. Precisamente la alerta sobre la nueva enfermedad se dio en Estados Unidos al comprobar que infecciones o cánceres de piel leves que solían aparecer en individuos mayores de sesenta años, se manifestaban masivamente en jóvenes, su mayoría homosexuales, con una extrema gravedad. Por ejemplo el síndrome de kaposi africano, que al contrario de sus variedades europeas o americanas es un cáncer de piel gravísimo, que afecta a órganos internos y provoca unas hemorragias que llevan a la muerte al enfermo.
- El SIDA, ¿es mortal irreversiblemente?
- Desgraciadamente puede afirmarse que en un paciente que haya sufrido una primera infección, su esperanza de vida puede alargarse uno o dos años como máximo.
"CASTIGO DIVINO”
- En los círculos gays norteamericanos se especuló con que este virus, tan espontáneo y radical, podría haber sido un virus “fabricado en laboratorio”. Una maniobra de la clase ultraconservadora dirigente ante la creciente permisividad sexual, a modo de un “castigo divino”. Técnicamente, ¿es esto posible?
- Técnicamente, podría serlo. Pero es difícil a estas alturas seguir el inicio de la enfermedad. Yo más bien creo que se trata de un virus adaptado de una especie animal. Al menos tres tipos de enfermedades en caballos, gatos y monos presentan unas características muy similares al retrovirus que –ahora ya se sabe seguro-, provoca la inmunodeficiencia. Tampoco hay que olvidar los casos de bestialismo que se han dado en algunas zonas aisladas. Eso podría ser otra forma de inicio del problema.
- Los primeros casos conocidos eran principalmente de homosexuales, lo que colocó una etiqueta vergonzante a la enfermedad. ¿Está superado ese tema?
- Sí. Además de en el semen, se han hallado anticuerpos en los demás líquidos humanos, como lágrimas o saliva, lo que amplía el campo de contacto. Aunque los más afectados continúan siendo los grupos de riesgo conocidos, toxicómanos en primer lugar, seguidos de homosexuales y hemofílicos. Lo que sí está comprobado es que para que se adquiera la inmunodeficiencia, el virus ha de mezclarse con el torrente sanguíneo.
SETENTA CASOS EN ESPAÑA
- ¿Cuántos casos son conocidos hasta ahora en Estados Unidos?
- A finales de 1985 eran ya 14.000 casos. En España llevamos unos setenta, de los cuales seis los hemos tratado en San Pablo y posiblemente, otros en Bellvitge y Valle de Hebrón. En toda Catalunya estamos en contacto por medio de una Coordinadora de la Generalitat en la que denunciamos los casos diagnosticados y tenemos reuniones periódicas para informarnos de las novedades y procesos de la enfermedad.
- Se me ocurre que algo debe de haber que haya frenado el contagio. Si hay anticuerpos en sudor, lágrimas y saliva, todos estamos expuestos…
- Evidentemente, evidentemente, podía haber sido una tragedia mundial, una debacle. Pero para que se produzca el contagio además de otras circunstancias, el individuo portador ha de llevar una gran cantidad de anticuerpos y los contactos han de ser repetidos varias veces. Esa parece ser una de las causas moderadoras.
- Últimamente las noticias de prensa sobre el curso de la enfermedad parecen haber disminuido su frecuencia. ¿Quiere esto decir que baja el número de casos detectados?
- El tipo de incubación puede durar tres o más años. Es lo bastante dilatado para no pronunciarse definitivamente sobre una estabilización de las cifras. Las declaraciones de los investigadores del Instituto Pasteur y los de Harvard, permiten calcular que, aún estando en el buen camino, se precisarán uno o dos años más antes de conseguir una vacuna efectiva. En cuanto al decrecimiento de noticias, mejor digamos que el mundo proporciona titulares de muertes por causas bélicas tan a menudo que desplazan a informaciones como las del SIDA.
- Voy a aprovechar el hilo de su respuesta para hacerle una última pregunta. Un hombre que ha pasado veintitantos años de su vida dedicado a sanar al hombre ¿cómo ve los trajines de terroristas, imperialismos de Reagan, guerras entre países apenas alimentados…?
- Demenciales, absolutamente demenciales, una locura. A veces leo la noticia de una ayuda militar a un país del Tercer Mundo, hago mentalmente la distribución del dinero que le toca a cada habitante y me digo: “Fíjate, a esta gente tan desdichada que se está muriendo de hambre realmente, sin metáforas, si se le aplicara de una forma simplista la parte proporcional a cada uno, resulta que le tocarían dos millones”. Bien aplicada en pozos y planes de cultivos, esa cantidad les podría dejar el cuerpo más alegre que unas castañuelas. A este respecto, la gente joven está en una línea fenomenal. Pasa de belicismos absolutamente, lo tiene clarísimo. Eso me lleva a trabajar con la esperanza de que ellos nos traerán un futuro mejor y más justo para todos.
Ana Mª Ferrin
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