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AMFAv "EN EL DESPACHO" (JMS)



BOLLYWOOD EN ESPAÑA. LA ARQUITECTURA COLORISTA DE JUAN FRANCISCO GUARDIOLA



                         
                           La palma de los insultos dedicados a un edificio, puede que la ganase en 1930 el arquitecto valenciano Juan Francisco Guardiola Martínez al mostrarse terminada la casa que construía en Barcelona.

                          Nunca, ni en los tiempos en que La Pedrera de Antonio Gaudí cosechaba chistes y guasas, se han leído textos como el siguiente dedicado a esa construcción por el escritor Manuel Brunet en el semanario Mirador: «Hacía años que no se había producido en Barcelona un escándalo de tanta magnitud como el que ha surgido en la calle Muntaner, esquina con Consejo de Ciento –añadiendo-: Una farsa...un aborto...decididamente ridícula...un propietario con mal gusto...un récord en el museo de los horrores…un estilo mucho más absurdo que el modernismo de hace 25 años. A éstos adjetivos añado como información otros que he leído en diversos textos:  Engendro, Fallero, Kitsch, Pastel...


 La Casa China recién restaurada. En Barcelona, calle Muntaner nº 54 chaflán
con Consejo de Ciento, 236. Detalle de los últimos pisos.
                 
Vista completa de La Casa China 

Detalle del portal y el primer piso

Las columnas jónicas de Juan Francisco Guardiola en La Casa China


UN ARQUITECTO MUY QUERIDO 


Publicado en Gaudí y Más. 7 de Abril 2013
                  
                          
                       Vale, bien. Pero resistiendo el tiempo, los ataques verbales, una monarquía, una república, una guerra, una dictadura, la democracia… como diría el cantautor Victor Manuel sobre la Puerta de Alcalá: Ahí está. Y es cierto, ahí está, ahí sigue, porque acabo de verla esta mañana desafiante en amarillo, un color con el que pocos edificios de Barcelona se han atrevido con excepción de la Casa Fajol, La Mariposa, de Josep Graner.

                       Se la conoce por Casa Ferrán o más popularmente por La Casa China. La proyectó para su hermano Fernando, director de la empresa constructora familiar de la que Juan Francisco era arquitecto y su otro hermano, Salvador, jefe de Obras.  Pero como algún edificio más del mismo autor, la obra es puro Bollywood sin complejos, a la mismísima puerta del Mediterráneo casi cien años antes de que se inventara el adjetivo cinematográfico.


El arquitecto Juan Francisco Guardiola Martínez

Dibujo de La Casa China por Lapin. (©lapin)
1912. Casa Fajol, "La Mariposa", en calle Llansà, 20, de Josep
Graner i Prats. Trencadís azul y amarillo en Barcelona

                           Resulta curioso que a este arquitecto se le nombre en todos sus perfiles biográficos como alumno de Antonio Gaudí, cuando el autor de la Sagrada Familia jamás ejerció la docencia. Ni tampoco figura en la extensa relación de nombres cercanos, ayudantes o colaboradores, publicada en buen número de los libros referentes al maestro.

                           Lo que no es más que un apunte a pie de página, porque con la milenaria relación de títulos dedicados a Gaudí no seré yo quien ponga la mano en el fuego sobre si existe alguna referencia, si se conocieron o no, algo que tampoco es relevante. Es posible que el incluirlo en la cercanía a Gaudí se deba a su singularidad, porque como sucedió con la obra del arquitecto de la Sagrada Familia, la de Guardiola tampoco resulta fácil encajarla en ningún estilo concreto. Lo que sí importa en estas páginas es refrescar el recuerdo de un hombre creativo, valenciano de Sueca, autor de una serie de obras originales que nada tienen en común una con otra salvo su diferencia.

                         
Dos vistas de La Casa Judía en la calle Castellón nº 20. Valencia.
(Fotos arteyartificios.blogspot.com.es



La Casa Judía con sus remates



Panorámica de Valencia en los años 30 con La Casa Judía a la izquierda.

                       Si la visión de La Casa China de Barcelona provoca que frenen  su paso tanto el viandante como el automovilista, al advertir que arranca con columnas jónicas y termina con alas mandarín en todo lo alto, La Casa Judía de Valencia no se queda atrás. Empezando porque ese nombre también es obra popular y se debe a la circunstancia de figurar una estrella de David en el dintel del portal, lo que no es de extrañar si nos enteramos de que el propietario se llamaba José Salom. Aquí el amarillo, el azul, el verde y el rosa de la palmera frontal que traspasa de un piso a otro forman un conjunto inenarrable que obliga al ciudadano que la ve por primera vez, a mirarla mientras anda y desanda en semicírculo frente a ella presionando hacia atrás las cervicales, casi mareado por el estilo jónico/hollywoodense de sus capiteles multicolores. Y eso que hoy ya no la coronan los remates tailandeses que culminaban los pilares centrales de la finca, similares a los de La Casa China, .  

                           De Guardiola te gustará o no su trabajo pero nunca te deja indiferente. Otras obras tiene este autor y todas con su sello personal, más allá o más acá de un eclecticismo que se ha interpretado como fruto de sus varios viajes por Asia, clasificándolo con gracia de neo-hindú, neo-árabe o neo-asirio, estilos que no abundan en los anales pero a los que no se les puede negar una imaginación descriptiva que anima el paisaje urbano, colaborando a que grupos de turistas se coloquen ante la fachada y desenfunden sus  cámaras, igual que sucede en el Ateneu del Socors, en Sueca, con influencias catalogadas de Arc Decó y –también- de gaudinistas. Algo accesorio, porque lo real es contemplar la solidez de su construcción y apreciar esa tribuna frontal, casi una carroza, que con ayuda de los remates de la cubierta transforma la sencilla fachada en una pieza onírica. Es lo que tiene ser diferente.

Ateneu Suecà del Socors, 1929.  Sueca. Valencia.

Interior del Ateneu (Foto Pep Iglesias. 2010)

                        Tras el encuentro con unos vecinos de La Casa China me enteré de que la construcción es buena, de que sus pisos son de esas viviendas cómodas y espaciosas en las que apetece vivir. Llenas de luz gracias a su orientación al sur y a los amplios balcones que alegran con sus cristaleras, valiosa cualidad para una casa.  

                           La vida de Joan Francesc Guardiola fue una de esas historias de superación, que suceden cuando la familia se une alrededor del miembro con más talento y todos trabajan unidos para crear un futuro. Como mínimo, sabemos que fueron cuatro hermanos y que sus padres vendieron el negocio familiar marchando todos juntos a Barcelona en 1917 para que este hijo estudiara arquitectura, consiguiendo el título en 1922 con un Premio Extraordinario por su proyecto de la estación del Metro para la Plaza de Cataluña.


Teatro de verano Casablanca. Alzira

Teatro Socorro

Cine Monterrey

Cine California

                      Guardiola fue hombre de obra múltiple, construyó una gran variedad de residencias familiares, cines y teatros, viviendas sociales, una iglesia, una estación, fábricas, almacenes, el Banco Hispano, incluso los lavaderos de L’Alquerieta en 1937 en plena Guerra Civil, circunstancia que originó en la obra una serie de carencias imprevistas que él logró solucionar  consiguiendo el cemento y el hierro del mismo Ministerio de la Guerra. Participó activamente en la política de su época militando en el PSOE, llegó a ser regidor y por un corto periodo, alcalde de Sueca.

                      Tras la guerra se instaló en Alzira, de la que fue arquitecto municipal interino desarrollando una intensa actividad con la empresa constructora familiar y generando el afecto de sus vecinos. Según una reseña escrita por Alfonso Rovira en 1966, el arquitecto Guardiola fue, -Afable y jovial en su trato. Y el alcireño al que más luto se le guardó.


El edificio del los lavaderos de L'Alquerieta en la actualidad. Abajo, el plano.



En los años 60 unas operarias de Alzira escogen naranjas en el almacén
construido por Guardiola.
    
                    Lo del luto popular fue largamente recordado. La explicación es que al fallecer Guardiola un 24 de Diciembre y ser su familia dueña de los cines y el teatro de la localidad, las salas permanecieron cerradas durante todas las fiestas navideñas de aquel año 1962. (*).   


©Ana Mª Ferrin

(*) Joan Francesc Guardiola Martínez nació en Sueca en 1895 y falleció en Alzira en 1962.
     Con agradecimiento a la Biblioteca de Sueca por su aporte documental. 

14 comentarios:

  1. Bueno, ahor avienen que ni al pelo a quella máxima del Arte que dice que no tienen por qué ser bello, sino, como bien apuntas, impactar, hacer soñar, llamar la atención. No podemos saber qué puede resultar conceptualmente artístico dentro de ¿50 años?. Lo que era un horror hace un tiempo ahora nos parece una maravilla. Y los que ponen las pautas son los críticos de Arte y el resto agachamos la cabeza y asentimos sin entender bien lo que nos dicen.
    Así, los edificios de Guardiola me parecen impactantes, de esos que llaman tu atención al recorrer las calles atestadas de cohces y con bloques de casas parejos, alzados con ladrillo, cúbicos, siempre anodinos sin personalidad, o de hierro y cristal. El gusto Bauhaus se impuso para no marcharse sin ser, ni mucho menos, el más bello, sino el más funcional.
    Un beso

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    1. Hablas de edificios anodinos y sin personalidad. Cuántas veces habremos pensado más o menos lo mismo gentes de toda extracción y nacionalidades distintas, aunque no hayamos tenido ocasión de expresarlo.
      Mira lo que escribieron Hubertus Poppinghaüs y Charo García Diego en su estudio sobre las casas adosadas: “...Una siempre idéntica a la siguiente, como las rebanadas de pan de molde".
      Poppinhghaus realizó en 1999 una experiencia de gran originalidad en la cripta Güell que tú conoces. A ver que te parece este edificio de aire, ahora que entramos en la primavera:
      http://amf2010blog.blogspot.com.es/2011/05/cripta-guell-la-iglesia-de-aire.html

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    2. Una idea muy bonita para hacer realidad la conclusión de la obra de Gaudí en la colonia Güell sin que la construcción existente sufra. Viene a ser la maqueta polifunicular justo al reves con un toque de color y en movimiento, con inclusión del aire caprichoso, lo cual le otorga cierta creatividad efímera. ¡Original!
      Un beso

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    3. Ese toquecito de viento que movió las torres y las puso ladeadas tiene su aquel. Como si desde arriba el maestro hubiera colaborado a que siguieran con su proyecto, como dijo de la Sagrada Familia “Quiero que ninguna línea sea recta”.

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  2. Me ha encantado este artículo, que además me ha ayudado a terminar de dibujar la casa judía que tienes tan documentada, así que gracias. Muy interesante trabajo!
    Te adjunto la dirección de mi blog por si te quieres pasar: http://miraruzafa.blogspot.com.es
    Yo seguro que paso más veces por aquí...

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    1. Veo tus dibujos a menudo y observo que te prodigas más.
      Te deseo un nuevo año lleno de trabajo y cosas buenas.

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  3. Ana Mª como siempre logras que tus artículos me seduzcan, eres genial.Gracias

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    1. Chordi, cada vez que paso por tu blog me pegas una puñalada por los destrozos y saqueos del PATRIMONIO, así, con mayúsculas, del barrio.
      Creo que eres el único barcelonés que ejerce de notario de esta parte de la ciudad y se nota lo mucho que te importa.
      Un abrazo.

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  4. Hola Ana Mª, me gusta mucho el articulo de Joan Guardiola, solo un apunte, la fotografia que pone Teatre del Socorro, era el Teatre Serrano.

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    1. Hola Anabel.
      La felicito por colaborar a que las cosas estén hechas lo mejor posible, a lo que me sumo. Precisamente en estos días estoy a punto de añadir una prolongación del texto referente al Teatro, rectificando el nombre y con varias fotografías más de la época y del estado actual del edificio
      En breve estará listo y publicado.

      Mil gracias por su atención. Saludos cordiales

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  5. Eva Guardiola Navarro12 de marzo de 2017, 8:01

    Muchas gracias.
    Su hija Eva

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    1. Si es su hija Eva ya puede estar orgullosa.
      Fue un creador muy sólido que no dejó a nadie indiferente.
      Cordiales saludos.

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  6. Mi hermana Ruth y yo siempre agradecemos todo lo que se escribe sobre nuestro padre. Un saludo desde Alzira

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