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Todas las antiguas casas. La del médico, el maestro, el director, el secretario y demás, siguen en pie bien conservadas, algunas son pequeñas joyas construidas por los ayudantes de Antonio Gaudí, Francesc Berenguer y Joan Rubió. El Ateneo y el Teatro presiden la plaza que adorna una estatua de Eusebio Güell, colocada en 1935 y decapitada un año después por un grupo de anarquistas del cercano pueblo de Sant Boi de Llobregat. Tras la Guerra Civil los mismos vecinos la restauraron y el lugar es ahora un tranquilo rincón que acoge los juegos de los pequeños. La cooperativa alimentaria sigue funcionando en la actualidad como un supermercado al que acuden los habitantes de aquellas 150 casitas unifamiliares que Eusebio Güell construyera y que sus herederos vendieron a su vez, después de la guerra, a los descendientes de los primitivos obreros. Un poco más alejada se encuentra la casa parroquial del Sagrado Corazón atendida por el rector Joan Rosell.
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Dos vistas de la escuela, con la casa del maestro a la que se accede por un arco. Esta, con forma de palacete, tiene
elementos gaudinianos presentes en la casa Bellesguard, y otros como el torreón con su sombrerete, en la
Casa Botines de León. 1910-11. Obra del ayudante de Gaudí, Francesc Berenguer. |
UN CONJUNTO ARQUITECTÓNICO ÚNICO
Publicado en Gaudí y Más. 8 de noviembre de 2014
Quien hoy transita por las rojizas calles de la Colonia, ahora tan tranquilas, puede muy bien imaginarse la animación de una colectividad de 1200 trabajadores con sus familias, moviéndose al ritmo de la sirena de la fábrica, viendo a lo lejos el humo de los hornos caracoleando al extremo de su alta chimenea. Mujeres con cestos de ropa entrando y saliendo del edificio de los lavaderos, niños corriendo hacia el campo de fútbol cruzándose con jóvenes que prefieren cantar en la coral La Maquinista unas veces y actuar otras en el grupo del teatro Fontova. Es un escenario subyugante que sorprende como una pintura modernista, viva y auténtica.
En el plano económico la Colonia prosperó rápidamente. En lo social y cultural siguió el mismo camino, quedando pronto insuficiente la pequeña tenencia parroquial instalada de modo provisional en la capilla de la masía existente, Can Soler de la Torre. Al parecer, Antonio Gaudí ya había colaborado con Eusebio Güell en el estudio urbanístico del proyecto con sus dos ayudantes, Francesc Berenguer y Joan Rubió, pero fue en 1898 cuando su cliente le hizo el encargo específico de construir una iglesia con espacio suficiente para albergar lo que ya era un pueblo en expansión.
La iglesia de la Colonia Güell nunca llegaría a construirse completa, quedaría varada al concluirse la cripta y fallecer su gran valedor, Eusebio Güell, y no estar sus hijos interesados en el proyecto. Pero esa pequeña obra de sólo 100 mts de superficie iba a servirle a Gaudí de ensayo para la iglesia de la Sagrada Familia y con ella sorprendería al mundo constructivo. Pasado más de un siglo, la pequeña obra inconclusa sigue siendo la preferida de los conocedores del arquitecto.
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Interior de la Cripta de la Colonia Güell. 2007. (AngelPestaña) |
Querida Anamaría, ¿quién pondría la clave para que el maravilloso arco de la cripta quedase tan altivo como bello? ¡Qué delicioso artículo y qué inestimable reportaje fotográfico! Las construcciones poseen el ensayo de un futuro muy próximo que se materializa en Barcelona tanto con su planificación como con las diversas construcciones que la asoman a un mundo en donde la arquitectura posee la delicada belleza de lo sublime. ¡Vaya cripta! Es impresionante que en aquella colonia, trabajasen escultores que han elevado estructuras tridimensionales que entran en la categoría de geniales. Los arcos son una de mis pasiones, junto a los arbotantes que sostienen paredes de cristal. Este es tan sencillo como complejo de realizar y las bóvedas poseen la potencia de un ser sobrenatural que te recoge, te mima y te acomoda en su regazo. Es una inmensa suerte que aquella colonia posea, hoy día, sus paredes de mampostería de piedra formando esos entrañables laberintos que conforman un todo homogéneo pero en los que cada una de ellas posee personalidad propia. Es la más fiel representación de su perdurabilidad, de su ayuda al arquitecto, de la belleza del conjunto. Anamaría, pocas veces se pude expresar, con tanta pasión como lo hago en este momento, mi enorme agradecimiento a tus escritos y a tus reportajes únicos.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo, querida amiga Anamaría.
Dos cosas, querido Antonio. Una, que un día del año pasado en que visité la cripta, la belleza era tal, con la luz filtrando arcoíris por las ventanas, que no pude por más que tenderme en el pasillo central y hacer fotos del techo con sus claves. Una belleza apabullante. Era ese filo de navaja tan imposible de conseguir, entre lo genial y lo pasado de rosca, sólo al alcance de los grandes.
EliminarOtra, que Gaudí dio mil vueltas para no utilizar arbotantes, que veía como muletas para un edificio inválido al que costara sostenerse por sí solo. Según él, el sistema gótico era frágil porque cada elemento necesitaba de otro para estabilizarse: pináculos, contrafuertes, arbotantes.
Su solución para lo que veía como un fallo constructivo fue dirigir las cargas hacia las columnas y pilares interiores, logrando así que cada parte se sustentara por sí misma. De esa manera, en caso de bombardeos u otras desgracias, perder un muro no acarrearía la completa destrucción del edificio.
Interesante repertorio arquitectónico, en su mayoría con las obras de los discípulos aventajados de Gaudí. La escuela con la casa del maestro es una pequeña joya. Y la iglesia de la cripta ya apunta maneras.
ResponderEliminarUn saludo.
La verdad es que todo está hecho con un mimo y una maestría que fascina. Una turista norteamericana me decía, que como el material sólo era ladrillo debía ser muy barato construir así. Creo que no entendió que se precisa tener mucho oficio y ser muy artista para construir con esas técnicas que no permiten el destajo. Por lo que si contáramos las horas, al precio que están hoy valorados estos especialistas, tan escasos…
EliminarComo iba con mis padres de excursión por San Vicent dels Horts y Santa Coloma fui muchas veces a la Colonia Güell. Entonces la recuerdo bastante peor que ahora y me alegro de que se vea tan bien.
ResponderEliminarVoy a volver a verla pronto y muchas gracias porque siempre me traes buenos nrecuerdos. Fins aviat
Ya no queda alrededor mucho espacio para hacer una fogata y asar costillas, como se hacía entonces, aparte de que está prohibido hacer fuego. Por lo demás parece que se haya parado el tiempo. Te va a gustar. Un beso.
EliminarYo también iba con la Maria y solo recordaba Ca l'Ordal y el balcón en alto que sale en el cuadro. De las otras casas no me acuerdo y tengo que volver a verlas
ResponderEliminarLa cripta está preciosa, entonces estaba hecha una pena.
Un beso grande y ya te contaremos. Carmen
Como le he dicho a María, os va a traer muchos buenos recuerdos. Ya verás, todo está precioso.
EliminarEn mi primer viaje a Barcelona visité esta colonia de cuento y en ella se respira, además de tranquilidad, el alma de aquellos que la habitaron en la época en la que el trastrás de los telares se confundía con el humo vomitado por las altas lanzas enhiestas hacia el cielo. Esa tarde de octubre el sol del ocaso doraba los ladrillos de los edificios y el silencio reinaba por doquier.
ResponderEliminarPor cierto, de la visita me llevé unas siete picaduras de mosquitos tigre. ¿Te acuerdas de cuando fuimos a Bellesguard me pasó lo mismo? Debe ser que se ocultan en zona de pinares dispuestos para el ataque.
Un beso
Ah, por cierto, visitamos el museo de la colonia y se me saltaron las lágrimas al ver los audiovisuales sobre la vida cotidiana de los habitantes de la colonia. Merece la pena visitarlo, sin duda.
ResponderEliminarBienvenida al club. A los que somos una atracción para los mosquitos, a veces más valdría que nos entregaran un carnet de donantes de sangre en según qué sitios. Este año no me picaron en la Colonia, no sé si por todo lo que me había echado encima, más varias pegatinas. Espero que fuese porque ya se acabó ese problema, que para algunas personas lo es y grave.
EliminarPor tu implicación familiar comprendo tu emoción con los audiovisuales, que no he visto, pero sí sé que es todo un mundo el que desfila, una cultura, y como todavía hay allí gente que lo lleva en la sangre porque ha sido la historia de los suyos, es un lugar que tiene ese perfume de lo auténtico que te llega de veras.
Besos.
Espléndido reportaje fotográfico de la colonia. No la conozco, y ya veo que es visita recomendable. Un saludo.
ResponderEliminarEs de esos eventos sencillos, sin aspavientos, que te deja feliz por haber asistido, simplemente dando un paseo y observando a sus habitantes. Vale la pena.
EliminarOtro para usted.