Bonita y escondida, la pequeña iglesia barcelonesa de Santa Ana es una joya románica del siglo XII poco conocida por los naturales de la ciudad, ya que reposa semi oculta tras sendos portales de rejas entre las calles Rivadeneyra y Santa Ana. Por ésta última es accesible, aunque tan sólo ciertos días y a ciertas horas.
Aún así, su humildad esconde un minúsculo claustro
de obligada visita y un interior renacido tras una minuciosa restauración, de
su destrucción (una más) durante la Guerra Civil.
De este edificio, superviviente de lo que
fue el monasterio de Santa Ana junto a la Puerta del Ángel en la muralla romana, partió la obra urbanística que derribó las murallas de Barcelona dejando hoy tan sólo las torres de la Porta Nova en la plaza de la Catedral como testimonio, abriéndose hacia los terrenos que la rodeaban. En este Punto Cero del progreso, la avenida de la Puerta del Ángel se
desplegó extramuros en abanico para acoger en 1860 la primera piedra del Ensanche en el centro de la que sería más tarde la Plaza de Cataluña, espacio
mayestático de 5 Ha, desde el cual, camino de la villa de Gracia, empezaría
a construirse un paseo que estaba llamado a ser el orgullo de la ciudad, el
Paseo de Gracia.
El Ángel Custodio. Obra de Jaume Huguet que puede verse en la Catedral |
Iglesia de Santa Ana |
Publicado en Gaudí y
Más. 22 de noviembre de 2015
La Puerta del Ángel llevaba en
origen un nombre menos lírico, que cambió a finales del siglo XV tras
un acontecimiento milagroso.
Saliendo por ella, había en
los terrenos que se extendían camino de la villa de Gracia un
asentamiento de mendigos junto al cercano Convento de Jesús entre
los que se contaban un buen número de ciegos, que acudían a diario a Barcelona
para pedir en las puertas de las iglesias y mercados. Y al ser la del Ángel la puerta más cercana a donde habitaban, era por donde entraban a la ciudad,
por lo que se la conocía por el Portal de los Ciegos (u orbs, en catalán) hasta que
sucedió lo que sigue.
Llegaba a principios de 1398 San Vicente Ferrer a Barcelona desde
la comarca del Vallés donde había estado predicando acompañado por una
multitud de seguidores, cuando sobre las torres apareció un ángel portando una
espada. Al preguntarle el santo quién era y que hacía allí, el ángel le
respondió que el Altísimo lo había enviado para custodiar la entrada y
guardar de todo mal a sus habitantes.
Pasados
unos años se produjo en la ciudad una terrible epidemia que provocó numerosas
muertes, viéndose las autoridades impotentes para erradicarla. Los barceloneses acudieron
a pedirle al ángel que cumpliera la misión de protegerlos, como se le había
ordenado, y en muy breve espacio de tiempo el mal fue disminuyendo hasta desaparecer la enfermedad. En memoria de este prodigio, las autoridades de la ciudad
mandaron construir una capilla en el mismo lugar donde San Vicente descubrió al
ángel y esculpir una imagen donde aparecía armado con su espada, que colocaron a uno de
los lados exteriores de la capilla. Según el historiador Francesc Carreras Candi, el lugar fue consagrado el 17 de noviembre de 1466.
En 1854 al derruir las murallas, la
imagen fue trasladada al portal de la iglesia de Santa Ana. Siendo transportada
de nuevo en procesión el 8 de marzo de 1857 a una pequeña capilla construida
junto a la entrada de Barcelona en el barrio de Hostafranchs, que poco después daría paso al
nuevo templo del Santo Ángel Custodio donde fue venerada desde esa fecha hasta
1936, en que resultó destruida durante el vandalismo anticlerical de nuestra Guerra
Civil. Tras finalizar el fatídico trienio, el escultor Ángel Ferrán Vázquez realizó una pequeña imagen del Ángel Custodio que regaló a la ciudad, colocándose en su emplazamiento original de la antigua Puerta del Ángel que hoy ocupa el Banco de España y
en cuya fachada, si buscamos bien, lo podremos encontrar en su hornacina (*).
Antiguo grabado del episodio del Portal del Ángel, contando la historia. |
La imagen que existió hasta 1936 en la iglesia del Angel Custodio en la c/. Vilardell, 48 |
Imagen actual recordando que allí se apareció. En la fachada del Banco de España, en la avenida Puerta del Ángel esquina a la Plaza de Cataluña. Es una obra c. 1960, del escultor Ángel Ferrán Vázquez |
Nada más aprobarse en
1860 la ordenación del Ensanche por Ildefonso Cerdá que no preveía ninguna
plaza en el actual emplazamiento, sólo un año más tarde en la manzana nº 39 donde hoy se encuentran las dos fuentes ornamentales, iniciaba la construcción de su mansión un rico prohombre de la ciudad, Manuel Gibert i
Socis, que fue Presidente del Teatro del Liceo y de la Compañía del Tren
Barcelona-Mataró. En 1895 la explanada que antaño albergó ferias y fiestas, tenderetes de ventas, osos bailarines y monos pedigüeños, amplió su catálogo de rarezas. Según el escritor y cronista Apel.les Mestres, no tardaron en aparecer por aquel punto de ocio casetas con una mujer barbuda, gigantes y pigmeos, terneros con dos cabezas y hasta un circo, que llegó para una estancia de seis meses y acabo quedándose 16 años.
Una vez decidida la urbanización definitiva del espacio, la casa Gibert y el ambiente que la rodeaba pasaría a formar parte del pasado. Aún así, el palacete con sus torreones guarda el honor de ser la única casa levantada en la plaza y figura en todas las imágenes tomadas antes de esa fecha, junto al café La Pajarera.
Una vez decidida la urbanización definitiva del espacio, la casa Gibert y el ambiente que la rodeaba pasaría a formar parte del pasado. Aún así, el palacete con sus torreones guarda el honor de ser la única casa levantada en la plaza y figura en todas las imágenes tomadas antes de esa fecha, junto al café La Pajarera.
Los primeros tiempos del solar de la Plaza de Cataluña, antes de urbanizarse. (lacataluñadeantes.com) |
Arriba, la Casa Gibert. En la imagen inferior, el café La Pajarera, lugar de tertulia para los intelectuales de la época. Santiago Ramón y Cajal recordaba en sus Memorias el grato ambiente del local. |
Dos panorámicas de la plaza durante la Exposición de 1888. |
1910. Arco de las Fiestas |
Verbena popular en 1872 |
Carga de fusileros durante una algarada |
En 1897, abriéndose al Paseo de Gracia, los nuevos tranvías |
Diversos proyectos fueron sucediéndose hasta llegar al trazado y
urbanismo definitivo de la plaza. Empezando por el primero de Pere Falqués, al que seguiría el de Josep Puig i Cadafalch, y tras él, Antonio Rovira i Trías, Francesc Nebot y Josep Mª Rubió i Tudurí. Sesenta y ocho años
después del primer proyecto, el Rey Alfonso XIII inauguraba en 1927 la plaza de
Cataluña.
Vista aérea de la actual plaza de Cataluña. Abajo en el centro, el monumento de Subirachs a Francesc Macià. (xochipilli.files.wordpress.com) |
La avenida de la Puerta del Ángel con la que se iniciaba nuestro paseo por la historia de Barcelona, es hoy el perímetro urbano cuyos locales alcanzan los alquileres mas elevados -3120 € por metro cuadrado en 2011-, y sus tiendas de moda representan las firmas más conocidas del panorama internacional. Pero no hace tanto tiempo que por aquí se movía un mundo menestral con los gremios mejor valorados de la ciudad. Tintoreros, desde el siglo XIV, con una primera tienda en la plaza de Santa Ana a donde se llevaban los trajes que sus dueños querían reteñir o tenían alguna mancha. Y sobre todo, al amparo del convento se arremolinaban los talleres de herreros y forjadores, una de las profesiones de mayor prestigio.
Tres golpes de mallo en el yunque... 1900 |
Estandarte del gremio de Cerrajeros y Herreros diseñado por Antonio Gaudí |
Para éstos
últimos profesionales del hierro diseñó Antonio Gaudí su estandarte (**). Aún hoy, al
atardecer, si dejamos correr la imaginación podremos distinguirlos entre la
oscuridad de su obrador sólo alumbrados por las luces de la fragua.
Los forjadores tenían por costumbre dar cada
mañana tres golpes de mallo en el yunque antes de empezar su trabajo. Uno, para
romper las cadenas de los cautivos cristianos en tierras de la Morería. Otro,
para cerrar los candados de los cautivos sarracenos que atacasen a los
cristianos. Y un último golpe, para clavar las cadenas con que el Ángel Custodio de la ciudad mantenía preso y bien sujeto al diablo.
Con esos tres requisitos, Barcelona ya podía
empezar tranquila su jornada.
Ana Mª Ferrin
(*) Con agradecimiento a mossén Francesc Nolla, por su generosa información sobre la historia y el devenir de la última imagen del Ángel, que en la actualidad se venera en la iglesia del Santo Ángel Custodio, de la que es párroco. Sita en el barrio de Hostafranchs de Barcelona, calle de Vilardell nº 48.
(**) http://amf2010blog.blogspot.com.es/2011/12/gaudi-y-el-arte-de-la-forja.html
Curiosa crónica donde se relata el origen de emblemáticos lugares de Barcelona, con ese Ángel vigilante con su espada flamígera que, en el caso del Banco de España, sería sin duda "custodio" de los capitales allí ingresados, con esos forjadores y sus rituales "confesionales" y esas peripecias por las que las antiguas zonas rurales colindantes fueron absorbidas al crearse el ensanche y la Plaza de Cataluña.
ResponderEliminarUn saludo.
Fueron tantos años con las autoridades dudando en colocar una plaza en ese lugar, sin construir ni pavimentar, que los ciudadanos de a pie acabaron hartos.
EliminarSaludos para ti.
Hola Ana:
ResponderEliminarMuy interesante crónica. Las ciudades tienen sus historias y sus leyendas. Muchas veces nos preguntamos que aspecto tenía una plaza, edificio o parque, 100, 200 o incluso siglos atrás...Como crece la ciudad y "engulle" los pueblos aledaños. Caracas, se llevó por delante muchos pueblos, sobretodo luego de la 2da mitad del siglo XX.
Besos
Aquí pasó otro tanto a finales del XIX y principios del XX. Barrios de Barcelona como Gracia, Sants, Clot, Poble Nou y otros, deben su encanto a que en realidad son pueblos, con su Calle Mayor y sus placitas.
EliminarJoaquín Soler Serrano era un enamorado de Venezuela y siempre hablaba maravillas de su tierra. Saludos
Cómo ha cambiado el lugar! Está irreconocible, pero cuando regrese no olvidaré cerrar los ojos e imaginar que escucho esos tres golpes en el yunque. Me dejaré trasladar con ellos a aquellos tiempos que tan bellamente nos describe.
ResponderEliminarUna suerte que al menos quede en pie la iglesia de Santa Ana, un rincón encantador.
Feliz tarde
Bisous
Hay muchos lugares en los que puedes pasear como si tomaras una lección de Historia a través de sus edificios y Barcelona es uno de ellos. Si te interesa y te abstraes de la marea turística, claro.
EliminarFeliz mañana, Madame.
Ana, com esta sua postagem você se superou, trazendo conhecimento para seus leitores; texto e fotos aí se completam.
ResponderEliminarVemos igreja de Santa Ana, do século 12, com seu belo interior, que foi reconstruído durante la Guerra Civil. E assim, com esmero de historiadora você enriquecendo com seu texto cada uma dessas fotos históricas.
Vale a penas fazer essa leitura (as fotos também podem ser "lidas"), pelo que contam de outros tempos, na Espanha.
Abraços
Somos países con unas historias arrebatadas, llenas de potencia, y si queremos saber porqué hoy somos así, conviene no olvidar nuestro pasado, que para mí es apasionante.
EliminarTengo raíces portuguesas y cuando Guimaraes fue Capital Europea de la Cultura, escribí un largo reportaje en el que cuento una historia de tu tierra que seguro te interesará:
http://amf2010blog.blogspot.com.es/2013/01/guimaraes-2012-2-parte-todo-un-mundo.html
Un lugar tan emblemático como la Plaza de Cataluña tenía que poseer, sin duda, una historia rica en matices, personajes, relatos y leyendas. Y hasta milagros. El límite entre la vieja y la nueva ciudad, por cierto, no tuvo una organización urbanísitica demasiado clara hasta hace relativamente poco tiempo y aún se replantean cambios a cada poco.
ResponderEliminarUn beso
El plan primitivo no contemplaba una plaza en ese espacio abierto entre la antigua ciudad y el Paseo de Gracia, éste sí previsto desde el principio. Fueron los ciudadanos que continuamente se veían obligados a cruzar entre el barro y el polvo los que a base de insistir consiguieron que surgiera una plaza, asfaltada y urbanizada. Setenta años después.
EliminarBesos
Interesante reportaje que nos permite, por medio de un recorrido en el tiempo, conocer una ciudad tan importante como lo es Barcelona.
ResponderEliminarSi mantenemos viva nuestra historia perduraremos en el tiempo.
Abrazos.
Esa es una idea sabia si queremos progresar y no perder nuestra identidad.
EliminarA veces tendemos a ver sólo lo negativo de nuestro pasado y hay mucho bueno a rescatar.
Saludos
Recuerdo haber pasado por el pasaje que conduce a la iglesia, pero no verla por dentro.
ResponderEliminarVer esos grabados con los distintos proyectos, a cual más faraónico, me ha recordado otro de mi ciudad, Los periódicos estan llenos de dibujos de lo que alquien quiso que fuera y nunca será.
Ha sido una estupenda crónica del nacimiento de un emblema, ahora se dice hito.
Un abrazo, Ana María.
Es la única iglesia que conozco en ejercicio, encerrada entre edificios y que pueden verse partes desde tres puntos.
EliminarEn cuanto a los proyectos, hay gobiernos que prefieren embarcarse en obras públicas de alto presupuesto antes que arreglar lo bueno que ya existe Y ahora sabemos por qué, querido DLT
Esos muros gruesos y poco altos de la iglesia de Santa Ana, guardan en su interior, los miedos, gritos y llantos de las gentes que han tenido que participar en esa guerra civil.
ResponderEliminarNunca entenderé el por qué de las guerras.
Por otra parte, las ciudades tienden a modernizarse y muchos de los edificios tan entrañables para aquellos que los han conocido y formaron parte de sus vidas, se sacrifican por el progreso y todo queda en el olvido.
No conozco Barcelona, sólo estuve una vez para coger un barco que me llevaría a un crucero por el Mediterráneo y paseé por las Ramblas que, con sus puestos de flores, me han encantado y guardo todavía un buen recuerdo de aquella mañana.
Cariños en abrazos.
Kasioles
Aparte del casco antiguo que viste, para los que conocieron Barcelona antes y después de 1992 hay dos ciudades muy diferentes. Porque a partir de esa fecha se recuperó la costa de una ciudad, que aún estando encarada a la playa, llevaba dos siglos viviendo de espaldas por causa de las antiguas fábricas textiles instaladas junto al mar, que fueron abandonadas y eran un paisaje destrozado lleno de ratas y refugio de maleantes.
EliminarCon las obras de los JJOO todo el litoral ciudadano se saneó, convirtiéndose en un cordón de playas infinitas y nuevas construcciones que la han hecho mucho más bella.
Así que no dudes en visitarla, querida Kasioles.