Foto cabecera

Sant Quentin S-S - copia "SAN QUINTIN sur Sioule" Auvernia, Francia. Lugar de los antepasados de Antonio Gaudí.



(2/2) JOSÉ LUIS BARCELONA, HOMENAJE.



Continúa...



                             En la Galería Snacheeribo se inauguraba la exposición de José Luis Barcelona. Periodista, sí, pero no sólo. También era el pintor interesado en el dibujo desde niño, que asistió a clases en la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza y que en esta ocasión reinterpretaba en sus lienzos la obra de Antonio Gaudí

  En su muestra captaba la atención de los presentes exponiendo composiciones que se dirían veladas por la contaminación o la niebla. Las agujas de los campanarios de la Sagrada Familia y otros detalles poco conocidos del maestro aparecían entre halos de gasa, acunados por gaviotas con las alas abiertas. Los tonos, de una delicadeza sugerente. El dibujo, muy trabajado, pasaba en un mismo lienzo de lo figurativo a lo abstracto casi sin poder determinar dónde, en qué punto, empezaba o concluía cada estilo.

   Allá por 1970 en tiempos difíciles para la memoria de Antonio Gaudí, José Luis Barcelona era un conocido presentador de Televisión Española, aparte de un artista pionero en tomar las obras del arquitecto como fuente de inspiración, llevando en paralelo su actividad pictórica y presentando exposiciones en los lugares más variopintos. Viajando con sus cuadros desde Andorra a Tokio, de Canarias a Yokohama, con una obra tan variada que algunas exposiciones suyas en solitario daban la sensación de ser colectivas por la variedad de técnicas.

   Sin olvidar sus diseños de vajillas.

   Y de vajillas y souvenirs trata la peripecia que vivió el artista, cuando intentó la aventura de la autoventa de sus creaciones.




Una muestra de sus óleos


Periodista todoterreno. Imagen superior, preparando una conexión exterior.
Abajo, en plena entrevista doble, con Copito de Nieve y su cuidador. (rtve y APEI)


UNA AVENTURA EN LA SAGRADA FAMILIA
Publicado en Gaudí y Más. 24 de enero de 2017


                             Hombre siempre inquieto, José Luis Barcelona había tramitado en 1988 los permisos pertinentes para instalar con ayuda de amigos y familiares un puesto frente a la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia –uno más de los allí existentes-, donde comercializar directamente sus diseños inspirados en el arquitecto tarraconense (*).

   A primera hora de un domingo de verano cuando todavía no se habían presentado los visitantes, el vendedor novel y sus compañeros montaron un quiosco de hierro y tela en cuyo mostrador cubierto por un tapete de encaje, dispusieron con todo esmero las vajillas, postales, abanicos y carteles diseñados por el pintor, tomando como base motivos del creador del templo.

   La gente empezó a pasar ante ellos interesándose por la mercancía en variadas lenguas. Tímidamente al principio, más tarde arremolinándose ante aquella muestra tan inusual de calidad, que destacaba del entorno básicamente elemental de los puestos habituales.

  Al no ser hora de actividad turística, los propios comerciantes estaba sorprendidos por la expectación que generaba la instalación. La luz hacía brillar los filos dorados de las tazas de café, la “G” de Gaudí blanca y dorada sobre fondo verdiazul, parecía revolverse, juguetona, por las soperas y platos ante la mirada admirada de los posibles clientes. José Luis Barcelona, que había vivido un serio tropiezo económico con la empresa de porcelanas que contrató sus primeros diseños, tenía la intuición de que este lugar, fuente de su inspiración original, podía convertirse en el canal natural de venta para esa línea de sus creaciones.

  Pero el cuento de hadas no se hizo realidad aunque se desarrollara en un entorno tan dado al encanto como la Sagrada Familia. Más bien los cables entre ficción y realidad sufrieron un cortocircuito.





Diversas telas, aquí fotografiadas en blanco y negro, de algunos cuadros de inspiración gaudiniana (Arch.A.Mª.F.)
                          
                             Aún no habían comenzado las ventas, cuando por las cuatro esquinas del tenderete aparecieron otros tantos individuos mal encarados. Si sus expresiones no presagiaban nada bueno, tras enviar al suelo una pila de platos y abanicos sus palabras no dejaron dudas sobre sus intenciones.

                      -  No queremos veros ni un día más por aquí-, les dijo el que parecía el jefe, rostro picado a pico y barrena. Al tiempo, de un manotazo enviaba una cafetera al suelo, y por si quedaba alguna pieza aprovechable paseó sus botas por encima, triturando el montón de porcelana.

  -   Eso. Ya lo habéis oído.

   El que apuntaba con su Eso arrogante y conciso las palabras del compinche, se alisó el negro bigote, pero no con los dedos ni con un peine, sino con el canto de una navaja de 30 centímetros de hoja. La misma con la que suavemente y lleno de miramientos fue enviando al suelo, taza a taza, el juego de café expuesto en el mostrador, aplastándolo  minuciosamente con el tacón de su bota campera. No se salvó ni la bandejilla de las tarjetas.

   La situación tomó la engañosa forma del estatismo, el silencio, la calma. Pero todo sucedía a la velocidad del sonido.

                      - Recoger lo que queda. Largaos y, ¡Ojo con volver! O vosotros mismos...





Las vajillas, el logo y los anteriores puestos de recuerdos, ante la fachada del Nacimiento.

Intercambiando los uniformes, José Luis Barcelona y Mario Cabré

                           Pasaría el tiempo, la fabricación de vajillas se encauzaría gestionada por otra firma, y los diseños del artista quedarían convertidos en un clásico de las Listas de Boda. Pero la aventura de auto-venta iniciada aquel día con inauguración y despedida empresarial en una misma jornada, quedó muy grabada en José Luis Barcelona, al que sus años de juventud como empleado de Banca debieron dejarle una vena inversionista.

   Porque, hombre pragmático, la noche siguiente a la mañana canalla se acercó hasta el lugar para observar los restos del desastre y, ante el estupor de los compañeros comerciantes que no se habían recobrado del susto, cogió un fragmento de porcelana del suelo, lo levantó y mirándolo pensativo les dijo:

                           -Se me está ocurriendo... ¿Qué tal si para aprovechar todo esto, inicio una serie de piezas cerámicas de trencadís?

   Al público le interesará saber que, tras el suceso, el informar a la policía no surtió ningún efecto reparador para el artista. Eso pasaba en 1988 y la lógica pregunta que surge, es: ¿Que pasaría hoy en una situación semejante? Buena pregunta para quien corresponda. La última vez que salió el tema durante un encuentro, el artista se refirió al episodio con una mezcla de humor y susto, reconociendo que "a pesar de los muchos viajes vividos, tiene guasa que jamas haya experimentado algo así en ninguna parte". 

   Desde 1958 hasta 1999, el histórico periodista presentó y dirigió, además de los informativos que realizó durante diez años, multitud de programas de todo tipo. Entre ellos, Club Miramar, Mundo insólito, Club del martes, Orbe, Ésta es su vida, Eurofestival, Salto a la fama, Musical, Carrusel del domingo, Kilómetro lanzado, Bazar, Canciones de una vida y Primera fila.

   Sin olvidar el espacio más famoso, un avanzado programa de tele-realidad que bajo el título de Reina por un día presentaron juntos, él, y el torero, poeta y actor Mario Cabré, muy famoso por haber tenido un sonado romance con Ava Gardner en la Costa Brava durante el rodaje de Pandora y el holandés errante, donde Cabré aparecía. Así despedimos la imagen de José Luis Barcelona, glosando su memoria tras su desaparición. 

   Y enviándole a su esposa Ángela y al resto de su familia un respetuoso recuerdo.


Ana Mª Ferrin



(*) Del libro de Ana Mª Ferrin, Regreso a Gaudí's Place. 

24 comentarios:

  1. Un hombre de la tele con otras inquietudes. Me imagino que la panda de mafiosos que le arruinaron el tenderete serían unos sicarios enviados por gente a la que no le gustaba la competencia. Recuerdo perfectamente algunos de los programas de los que citas que él presentó o dirigió.
    Un saludo, Ana María.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre que paso por esos tenderetes me pregunto si seguirá el mismo asunto. Y me temo lo peor, porque en una ocasión que tuve contacto con las subastas judiciales de terrenos e inmuebles, sin tener nada que ver sucedía lo mismo, todos sabían que cuatro Padrinos eran los reyes. Saludos

      Eliminar
  2. Pues vaya la que se lió con la porcelana.
    Me gusta poder ver estas últimas publicaciones como un encaje se representa en la obra de Gaudí y sus obras son representadas en otros objetos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo una buena colección de elementos de toda clase inspirados en Gaudí, son de lo más variopinto. Un día haremos una entrada. Besos, MariPi

      Eliminar
  3. Hace tiempo, un profesor en la Universidad, me comentó que para ser buen profesional, debías tener otras inquietudes. Tu post me ha recordado esas palabras de mi profesor.

    Tuve un Horror ortográfico...por eso eliminé el comentario :D
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como llevo muchos años moviéndome en ambientes muy diversos, te diré que esa realidad está muy extendida. Dos hobbies curiosos donde vi gente de tu profesión, fueron la tanatoestética (maquillaje de difuntos, muy bien pagado) y el montaje de moscas para pesca. Ahí tienes dos buenas ideas, Manuel.

      Eliminar
  4. De inquietudes múltiples, por lo que nos muestras Ana María, don José Luis ha dejado su huella exitosa y profunda en ámbitos muy diversos.

    Abrazo austral.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esteban, eso nos lleva a pensar que la opinión de los extraños debería sernos irrelevante y sólo deberíamos escuchar lo que nuestro duendecillo nos susurra al oído.

      Eliminar
  5. I like these photos.
    Have a wonderful week.

    ResponderEliminar
  6. Me ha gustado mucho esta historia que desconocía.
    Es fantástico que tuviera otras inquietudes.

    Muy interesante.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Amalia. Tú sabes bien que una mente abierta a las artes es el mejor antídoto contra el aburrimiento y saca lo mejor de nosotros. Celebro que te haya gustado.

      Eliminar
  7. Esta é a talentosa jornalista e escritora Ana Mª Ferrin, que tive a satisfação de conhecê-la, já há algum tempo, graças ao seu blog , com quem venho aprendendo muito sobre Gaudí e o seu entorno. Esta segunda parte do seu trabalho sobre o jornalista e artista plástico José Luis Barcelona é um bom exemplo do que afirmo.
    Ana Mª Ferrin assim encerra este seu importante trabalho:Así despedimos la imagen de José Luis Barcelona, glosando su memoria tras su desaparición. Parabéns, Ana.
    Abraços.
    Pedro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pedro, a veces la partida de algún personaje nos hace reflexionar sobre la importancia de tener intereses variados aparte de la profesión con que nos ganamos la vida. Cuántas personas hay, para las que jubilarse equivale a dejar de vivir.
      Saludos.

      Eliminar
    2. É verdade, Ana, quando isso ocorre, vemos, em nossas reflexões, que podemos ter-nos enganado pelo trabalho que escolhemos para o nosso sustento e para nossa realização pessoal; vemos que nem sempre essas linhas correm paralelas. Às vezes temos que pensar no que é necessário ao nosso sustento em detrimento à concretização de um projeto nas artes ou em outra área, que possa dar-nos prazer não material.
      Um abraço, Ana.
      Pedro.

      Eliminar
    3. Amigo Pedro, aún en ese caso quienes tienen una vocación están bendecidos por los dioses. En catalán hay un vocablo para definir a quienes aman la literatura, y por extensión, la cultura. Son los "lletraferits", o "letraheridos", los heridos por la letra y el ansia de saber. Estos seres afortunados, por muy mal que le vayan las cosas nunca estarán solos. Siempre tendrán el cobijo del conocimiento.

      Eliminar
  8. Un pionero en eso del marketing en motivos gaudinianos, aunque con resultados imprevistos. Me da que ocupó el espacio de alguna mafia que ya especulaba con el terreno de a venta de souvenirs de poca monta y, claro, las obras originales y fabricadas a mano del futuro presentador hacían sombra a lo que quiera que vendiesen aquella cuadrilla de maleantes.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde que supe esa realidad, cada vez que paso por puestos y mercadillos me pregunto si ahí estará pasando lo mismo y si las policías harán algo al respecto.

      Besos

      Eliminar
  9. Un hombre polifacético que, a mi entender, no ha tenido el bombo suficiente que se hubiera merecido.
    De todas formas, ha dejado una profunda huella con su trabajo bien realizado.
    Cariños y buen fin de semana.
    kasioles

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón. Tras su jubilación fue un hombre discreto que buscó su realización en otros campos que ya tenía explorados.

      Un beso.

      Eliminar
  10. No cabe duda que este personaje con aspecto de niño empollón era arrojado y emprendedor, inquieto, pero pragmático y sobre todo prudente. Esto último a la vista de los hechos.
    Como lo conocí en la tele, lo recuerdo con nostalgia.
    Un abrazo Ana María.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como era un histórico televisivo, siempre lo entrevistaban cuando había una efeméride del medio.
      Pero hacía años que se le declaró de repente un problema de salud que lo apartó de la vida pública, hasta su fallecimiento el pasado día 9.
      Otro para ti, DLT

      Eliminar
  11. Le recuerdo muy bien, y también a Mario. Me has hecho evocar una época de mi vida.
    Que tremendo lo de las mafias...
    Siempre es un placer visitarte, querida amiga.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahora que te leo me viene a la mente el frío que está haciendo en tu tierra. Pronto iré para allá, que Dios nos ayude.
      Un beso

      Eliminar