¿Dónde empieza una historia? ¿Cuándo se inicia una pasión?
Cada protagonista tiene un acercamiento personal hacia la obra de Gaudí.
Eric Martín, fotógrafo de Barcelona, cuenta así la historia de esta imagen:
"La realicé un día de jornada de puertas abiertas, fue el 6 de Junio de 2009. Todavía había muchos andamios por el interior del templo y estaba todo en obras. La foto fue tomada en una de las capillas frontales y por el color de las cristaleras he averiguado ahora que es una que está justo al costado del altar mayor...
"El ángel de la luz" de Eric Martín (fotogenical.com) |
EL VITRAL, UN ELEMENTO RELEVANTE
Publicado en Gaudí y Más. 14 de Marzo de 2011.
... Observé que había una niña jugueteando con sus manos en las luces de colores y las sombras y me pareció un ángel, así vestida de blanco y entremezclada con esos tonos tan bonitos. Encuadré rápidamente, casi sin darme tiempo a componer la fotografía y disparé tres veces. Ella no se dio ni cuenta.
Al llegar a casa realicé pequeños ajustes de brillo y contraste y la publiqué. Lo más curioso fue que antes siquiera de tomar la foto, ya sabía el título que tenía: El ángel de la luz.
De las tres fotografías publiqué una en la que no se aprecia el rostro de la niña, ni es reconocible, por cuestión de derechos de imagen...
La luz traspasando el vitral de Joan Vila Grau (A.Mª.F.)
Desde el techo, en haz recubierto de minúsculos cristales de Murano, la luz. (A.Mª.F.) |
El color desplegando su gama por los muros interiores del ábside.
... Dorando, azulando, incendiando los muros...
Pero para llegar a transparentarse la luz dorando los muros del templo, azulándolo, otras manos y otras mentes llegaron antes, rozando el aire de estas piedras de las que imaginaron su forma y color: Antonio Gaudí, Josep Mª Subirachs...
Camino de brisa hasta el cielo, una antorcha de reflejos y sonidos trepa por las ramas de los eucaliptos de piedra y fuego que pensó Gaudí como columnas. Y sin necesidad de llamas, las vemos arder como en un bosque encantado...
Ana Mª Ferrin
Ana Mª Ferrin
Como buen conocedor de la importancia de la luz en el interior de catedrales e iglesias, Gaudí usa los vitrales para impregnar el templo de tonalidaes. Es un festival sensorial que, desde el Gótico hasta aquí, nos trae un lenguaje luminoso alejado del oscurantismo de la primera Edad Media.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
Un saludo, Ana.
Durante una conversación, Gaudí declaró su visión de cómo valoraba los sentidos en cuanto al arte: "Si el oído es el sentido de la Fe, la vista es el sentido de la Gloria. Es la luz, la luz que da gozo, y el gozo es la alegría del espíritu".
EliminarHola Ana:
ResponderEliminarImagino como en días nublados, cuando reaparece el sol, la grandiosidad del interior de la Catedral... Debe ser muy emocionante.
Besos
Por la situación en que está construida con respecto a los puntos cardinales, la fachada de La Pasión a pesar de contar la Pasión y Muerte de Jesús, tiene un interior espectacular al mediodía por recibir en sus grandes vitrales un completo baño de sol sureño. El trabajo de composición cromática que hizo Gaudí, magistralmente interpretado por el vitralista Vila-Grau padre, merece por sí sólo una visita. Es indescriptible, Manuel. Y en estos tiempos tan oscuros, una forma de creer en el futuro, recargando energías.
Eliminar¡Que bellos contrastes de luces y colores! Todo, está meticulosamente estudiado y calculado en esa gran obra, y puede, que ciertos contrastes su significado se escapen a nuestra imaginación.
ResponderEliminarComo siempre un placer leerte amiga Ana.
Un fuerte abrazo.
Con tu visión acostumbrada a compaginar colores y aromas, has captado los matices de esta obra acristalada con tanta sensibilidad que logra adentrarnos en un mundo más que místico, glorioso. Celebro que te guste.
EliminarUna verdadera orgía de colores fidedignamente captados en las bellas fotografías.
ResponderEliminarLa de Eric Martín, muy cerca del milagro.
Besos.
De acuerdo contigo. Martín hizo un buen trabajo de ajustes en brillos y colores, sí, pero lo que manda es su mirada, el clic certero en el momento justo. El que sabe, sabe.
EliminarMaravillosas fotografías y la de la niña es muy acertado su título. Me encantaría poder visitar la Sagrada Familia, es un sueño que tengo y que no he podido hacerlo realidad.Besicos
ResponderEliminarEstamos en momentos que todas nuestras prioridades están en protegernos y tratar de salir vivos de este embrollo, como tú bien sabes. Tu proyecto seguro que se hará realidad. Y espero que pronto. Besicos a ti y cuídate mucho.
EliminarBoa noite Ana. As fotografias dos vitrais são maravilhosas. Um excelente início de semana.
ResponderEliminarGracias Luiz. Con unos modelos que saben posar tan bien, era imposible que las imágenes no nos impactaran. Saludos.
EliminarHola Ana.
ResponderEliminarAmo los vitrales. Y para describir sensaciones que me provocan estas que nos muestras adhiero al comentario de Juan:" Una verdadera orgía de colores"
Me conmueve, particularmente, la fotografía de Eric Martín.
Un placer visitarte
Fuerte abrazo
Desde luego, Martín estuvo ese día en estado de gracia. A pesar de ser un profesional de largo recorrido, hasta él mismo se sorprendió cuando comprobó lo que llevaba en la cámara.
EliminarPetonets, LU.
Olá, Ana Maria, fantástico esse festival de cores nos vitrais, a quarta foto é deslumbrante! Deve ser um espetáculo ver essa Igreja ao vivo, é para nunca esquecer.
ResponderEliminarUm grande abraço, amiga.
Uma boa semana, e cuide-se.
Si los tonos están acertados su visión provoca una sensación delicadamente mística que ayuda al recogimiento espiritual. El problema llega cuando los colores son excesivos, variados y muy agresivos, porque si el observador mueve mucho la cabeza arriba y abajo puede llegar al mareo, incluso al vértigo con desvanecimiento, lo que se conoce como "el síndrome de Stendahl".
EliminarOi, Ana, que espetáculo, adorei a 5ª foto, adoro vitrais, eu ligo vitral com templos católicos, uma arte que admiro intensamente. Tudo nessa igreja é grandioso! E as fotos dão a dimensão exata.
ResponderEliminarBeijo, uma boa semana, você sempre nos surpreende nas postagens.
até mais!!
Celebro que te haya gustado, en verdad los vitralistas hicieron un trabajo exquisito.
EliminarTengo el proyecto de colocar un pequeño vitral en mi casa con el diseño que me regaló un artista involucrado en varias obras de Gaudí. Es algo mínimo pero muy bello y lo guardo con mucho cariño.
Un beso, Tais.
Qué regocijo para la vista y el espíritu la luz del sol atravesando los vitrales y dibujando caprichosas formas de colores en muros, en el suelo... Es un espectáculo hipnótico.
ResponderEliminarLas fotografías, preciosas, hacen justicia a la realidad que yo he podido disfrutar en dos ocasiones.
No hay comparación, naturalmente, pero el juego de luces me ha traído el recuerdo de un juguete de mi infancia. Juguete que ha debido desaparecer o que no veo hace mucho tiempo. El caleidoscopio. Aquellos pequeños "vitrales" que se formaban al mover los objetos que había dentro nos fascinaban.
ES curioso, las veces que tus post me han traído bonitos recuerdos de mi infancia.
Un abrazo
a.
Un abrazo.
Gracias. No hay cosa más tierna y con más verdad que esos momentos en que una imagen, una línea, nos devuelve a los años de la inocencia, cuando la vida nos sorprendía por primera vez con algo que nos deslumbraba aunque fuese una humilde peonza. Son instantes que nos conmueven. Como le pasó a Proust cuando ya siendo adulto, un día mojó en el té una magdalena y al llevársela a la boca, su sabor, su olor, le hicieron viajar hacia atrás en el tiempo, a los domingos felices en que su tía Léonie le daba el bizcocho para tomarlo con la bebida dulce y caliente, y él ralentizaba el tiempo saboreándolo con la lengua, deshaciéndolo lentamente. Días en que se sentía querido.
EliminarMe he pasado con la respuesta, querida Conchi. Un beso.
Una experiencia única, la de poder atrapar esa luz a través de la cámara como ese magnífico fotógrafo.
ResponderEliminarEs una de mis pasiones, la fotografía.
Gracias por este regalo.
Besos.
Seguro que has vivido ocasiones similares. Castilla y León son ricas en vitrales. A veces en una minúscula ermita te encuentras un ventanuco que es una joya. Besos.
EliminarQué preciosidad de luces y colores!!.
ResponderEliminarSin duda, todo un deleite.
Maravilloso mérito el captar esos instantes.
Un beso.
Gracias por tu visita y celebro que te hayan impactado, como a mí, las imágenes de la entrada. Besos.
EliminarMi primer acercamiento a Gaudí fue en León, en la Casa Botines, pero en aquel momento no me dijo gran cosa. Quizá fuese demasiado joven y el impacto externo. El segundo fue en Comillas... y ahí, en El Capricho, me sumergí en un cuento de hadas, suave y sensible, creativo y colorista. Pero me quedé ahí.
ResponderEliminarEl impacto sensorial a la vez que espiritual se produjo precisamente en la Sagrada Familia para después agrandarse en la Casa Batlló y hacerse sublime en la Colonia Güell y en su cripta.No había visto nada igual y sólo en tres ocasiones se me había puesto la piel de gallina ante una obra arquitectónica: primero en El Escorial, después en la mezquita de Córdoba, por último en el monasterio de Santo Domingo de Silos.
Un beso
Te comprendo muy bien. No siempre coinciden la obra y nuestra disposición de ánimo, pero cuando eso sucede es toda una experiencia.
EliminarPor cierto, desde hace años tengo pendiente visitar Sto. D. de Silos y siento que debo hacerlo.
Leerte me recordado el poema de Gerardo Diego.
Un beso.
A veces hay fotografías que se consiguen "casi" por casualidad. Sí, la fotografía de Eric Martín es de las que hace la fotográfo sentirse orgulloso del logro.
ResponderEliminarUn saludo.
Misterios de la técnica. Cuando eres novato en el tema, a veces crees tenerla tan bien atada que si tienes prisa, con un solo click ya te basta. Lo que luego lamentas, claro.
EliminarLa luz a través de las vidrieras, tanto en catedrales como en cualquier pequeña iglesia, es muy importante, porque causan en el espectador un efecto visual como si de una acuarela se tratase, y a veces, cuando ese haz de luz ilumina un retablo, una imagen o una capilla, por lo menos yo, he tenido una sensación de estar viendo algo sobrenatural.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
Un fuerte abrazo, Ana.
Por pequeño que sea un vitral, si el sol lo encuadra bien y los colores están dispuestos con arte, bastará para que brotan el fuego y la fábula, iluminando la nave al completo.
EliminarSaludos, Manuel.