Para acabar de redondear las opiniones sobre la realidad castellano-leonesa en Barcelona, traemos a estas páginas centenarias a un hombre imprescindible en cualquier estudio sobre la inmigración en Cataluña, el escritor Francisco Candel.
LA PLURALIDAD DE CASTILLA-LEÓN
- Candel, ¿cómo diferenciarías a los castellano-leoneses de los venidos aquí desde otras regiones?
-Pues aunque haya quien opine, que como más reaccionarios que los demás, no es así y te voy a contar una anécdota. Hace años durante el franquismo, estaba yo dando una conferencia en el Centro C.Leonés cuando no recuerdo qué cosa debí decir, que se levantó un señor airadísimo gritando que si yo insultaba a España, o algo así. Entonces, por una de esas reacciones imprevisibles que se tienen a veces, no se me ocurrió nada más que contestarle: - Pues no sabía yo que eran ustedes tan fachas.
A lo que se levantaron bastantes de los presentes diciéndome, ¡eh, eh, cuidado, que nosotros no opinamos como ese señor! Así me di cuenta que había más pluralidad de la que parecía, aunque sí diría que con posturas más radicalizadas. También puedo decirte que fueron de los que más chocaron al principio de la normalización del catalán. En este momento no sé bien cómo está la cosa, pero son tiempos de acoplar los intereses, hasta que nos pongamos todos de acuerdo.
- Hace dos días hubo el problema de José Luis Coll, ¿qué opinas de lo sucedido?
- Lo sucedido es injusto, es algo desagradable. ¿Mi opinión?. Son varios apartes. Por un lado, Coll, a mi entender fue torpe, porque yo soy partidario de eso que se dice, donde fueres, haz lo que vieres. Y si a él le parecía ridículo que le fueran traduciendo, pues qué más da, él sabe bien que en Cataluña se le admira. No era algo tan trascendental...Él mismo, al día siguiente se disculpó y el solo hecho de haber pedido perdón tenía que hacer olvidar un momento de acaloramiento que todos podemos tener, y todos podemos meter la pata. Pero entonces, llega La Crida en plan justiciero y se permite algo para lo que no tiene ninguna autoridad. Yo hubiera comprendido que se hubieran ido al teatro y le hubieran pitado. Pero ¿quiénes son ellos para expulsar a nadie en Cataluña? Nadie, porque al fin y al cabo lo de Coll puede llamarse un yerro de ética, o un fallo de relaciones públicas, pero no lo han sido ni de sangre, ni contra la propiedad privada. Así que con sus disculpas tenía que haber quedado cerrado el asunto.
- La Generalitat ha estado al margen del hecho. ¿Crees que debía haberse pronunciado en uno u otro sentido?
- Pujol declaró poco después, yo no soy partidario de los radicalismos en materia de lenguaje. No hizo mención expresa del hecho, pero es evidente que se refería a ello y que se deseaba mantener a las instituciones al margen de vaivenes extremos.
Gracias, Candel. Alguien me informa de que La Crida le echó los tejos al escritor para que colaborara en sus acciones y él se negó por no estar de acuerdo con los métodos coactivos empleados.
Un personaje entrañable, Mariano Alvaro, el dulzainero segoviano que aporta su tiempo lleno de cariño al recuerdo de su tierra. Enseña la dulzaina a los pequeños socios del Centro que se interese, y anima cualquier fiesta que precise del aroma llegado de 800 km al oeste de la Península.
Mariano Alvaro es menudo, nervioso. En su rostro puede leerse con toda claridad la historia de los hombres que han sobrevivido a esa dura página de nuestra posguerra a base de tesón y sudor. Hombres como él, cálidos, trabajados, que han tragado mucho debido a su falta de instrucción, pero que tienen la gran sabidurías natural de saber que no es ése el camino, que hay que aprender, que la cultura es la única vía para una vida mejor, sin manipulaciones.
- Mire usted. Yo tengo mis dudas en volver a mi tierra para siempre. La gente allí es muy cerrada. Se resisten al progreso, aunque van cambiando algo, pero antes se oponían a todo. A modernizar el matadero, los desagües, la depuradora...todo. Una tierra con un clima tan duro y no se ponen de acuerdo para hacer cultivos intensivos. Me gustaría que fuera de otra forma, pero somos muy testarudos. ¿Un solo centro en Barcelona para todos los castellano-leoneses? Difícil lo veo, falta que haya alguien para unirnos a todos. -Oveja que marcha al trigo, mal pastor las pace. Ojalá, para mí sería un honor.
- A mí -le acompaña su señora- no me hace gracia pensar en volver para siempre. He hecho demasiadas veces así -se pasa el dorso de la mano por la frente haciendo ademán de sacudir un inexistente sudor-. Una quiere a su tierra porque la quiere, pero si se pone una a pensar lo que ha trabajado allí...
Un tercero opina:
- De no ser por mis hijos, volvería hoy mismo al pueblo, porque como dice el refrán : A tu tierra grulla, aunque sea sin plumas.
Al empezar este estudio pensaba que necesitaría más o menos los cinco folios empleados en otros similares, pero Castilla y León es mucha Castilla y mucho León, así que me he disparado hasta los trece folios.
Me encuentro finalizando el reportaje, ensamblándolo, dándole un ritmo, cuando algo un alto para contemplar las fotos que me pasan reflejando la firma de la Constitución por el príncipe Felipe. Veo reunidos a Pujol junto a sus compañeros autonómicos. A Brandés y Osorio. Representantes árabes a un codo de los judíos, de nuevo Maimónides y Averroes. En mi recuerdo, se abre paso la frase enamorada de mi admirado Hemingway, -España es el último buen país. Y la suscribo. Caminamos hacía la armonía, hacia la esperanza. Tan sólo necesitamos recordar los versos de Salvador Espriu:
Comprén-la i fes-la teva també
l'alta i senzilla veritat
de la presa veu del vent:
Diversas son les parles
i diversos els homes,
i convindràn molts noms
a un sol amor
..........
Comprende y haz tuya también
la alta y sencilla verdad
de la prisionera voz del viento:
Diversas son las hablas
y diversos los hombres,
y convendrán muchos nombres
a un solo amor.
Ana Mª Ferrin
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