Foto cabecera

Sant Quentin S-S - copia "SAN QUINTIN sur Sioule" Auvernia, Francia. Lugar de los antepasados de Antonio Gaudí.



(3/4 PARTES) ¡SIN ALIENTO!



RELATO


Continúa...

                     
                     ...De susto en susto, durante el verano se sucedieron diversas angustias provocadas por el pequeño Chus que marginaré para no alargar el relato. Pero la del 15 de Septiembre sí quedó fijada entre las más graves.

    El tiempo se detuvo…


(es.pinterest.com)



                                         ¡RÁPIDO, RÁPIDO!
Publicado en Gaudí y Más. 12 de agosto de 2017


...Salió a beber en la fuente del patio...  (www.coruna.gal)
              
                              Era el primer día en que el niño acudía a la guardería. La madre ya había hablado con la Directora avisándole de que el niño era muy travieso. La mujer le había contestado comprensiva, que no se preocupara, que ella tenía gran experiencia en tratar a los pequeños. Sus ojos, en cambio, decían claramente: -Estas madres primerizas se creen únicas...

    No habían pasado veinte minutos de la vuelta a casa de Ana después de dejarlo, cuando una llamada a su puerta le mostraba a la Directora con el niño en brazos, lloroso, con el brazo derecho doblado hacia dentro y sujeto a un pañuelo atado tras el cuello. La cara surcada por los churretes característicos del llanto y el polvo.

  Después de calmar a la histérica mujer que en menos de media hora había perdido todo su empaque, pudo enterarse de lo sucedido:

   -Es que resulta increíble –les dijo entre lágrimas a los padres-. Salimos al parque de al lado como todos los días y su hijo se fue al pequeño tobogán. Le ayudamos a subir por los peldaños y le preguntamos si ya se había tirado por alguno. No llegó a contestarnos porque al oírnos, los cinco o seis niños de su clase que se habían subido detrás suyo para acompañarlo se lanzaron tras él…

  Abreviando. Unamos un tobogán de metro y medio escaso, una melé de menudos personajes atascados de lado en la curva de la rampa con las piernas y brazos abiertos, quedando Chus comprimido entre la media docena de pequeños, dando como resultado una de las fracturas más complicadas que existen en un brazo de dos años, la de codo astillado, que el Dr. Mascaró del Hospital al que lo llevaron aseguró haber visto en su vida.

    Aquello ya fueron  palabras mayores. Siendo un niño tan pequeño e inquieto y necesitando inmovilidad, lo enyesaron desde la cintura al hombro para evitar cualquier desplazamiento de los huesos que malograsen la soldadura. Cuarenta días en total lo tuvieron escayolado con el brazo inmovilizado en ángulo.

    Dentro de la tristeza, sin embargo, dos meses de tranquilidad para la familia.

  Unas semanas después de retirarle el yeso, contento por moverse ya si dificultad, salía del baño nuestro amiguito. Saltando por el pasillo en albornoz, tropezó al pisarse el cinturón, la prenda se le abrió, le bajó por los brazos y al tener las manos cubiertas por la tela no pudo protegerse, cayendo de plano en el suelo aplastándose el vientre, con el resultado de un dolor tremendo en las costillas y los genitales amoratados más de un mes. Percance que los llevó de nuevo a urgencias.

   Todavía con la pelvis azulada y de nuevo después del baño, se acercó otro día a la estufa con su padre, que llevaba la ropa para vestirlo al calor. Nadie hubiera imaginado que a pesar de la protección de los aros que resguardaban la placa eléctrica pudiera dañarse. Pero sí. Chus pisó descalzo unas piezas de Exín Castillos con las que llevaba días intentando montar una casa, pero que en ese momento le sirvieron de patinete llevándolo en volandas directo a colisionar su barriga contra la placa. Como resultado, teníamos de nuevo a Chus con la misma parte de su anatomía lesionada. Ésta vez con varias quemaduras que aunque leves, resultaron muy dolorosas por lo sensible de la piel en ese lugar.

   Cuando al final pasaron el mal trago tras otro mes de cicatrización, para que empezara a habituarse de nuevo a la guardería y volviera a su vida normal, la madre lo llevó un día al colegio para ver a sus amiguitos, con gran alborozo del niño. Salieron al patio y se acercó a beber agua en la fuente. Ese gesto inocente hizo que otro chavalín, al querer beber también, se le subió a la espalda y Chus se pegó un golpe en la boca con el pitorro metálico de la pileta que le partió el labio inferior tan profundamente que se le veían las encias.

  Con todo el dolor a cuestas, con la boca de su hijo sangrando escandalosamente por el pañuelo que la madre le apretaba contra la boca y los dos llenos de manchas, entraron madre e hijo entre lágrimas, en el Ambulatorio…

   Por desgracia el médico de guardia era el mismo de las tres últimas ocasiones, aquel en quien Ana había notado una mirada acusadora. Por aquellos días, una campaña de Unicef mostraba en la prensa los malos tratos a menores por parte de padres desnaturalizados y esa circunstancia no era ajena a la reacción del médico hacia la madre.

   -Señora mía -le dijo, mirándola con desprecio-. Me ha traído a su hijo con tal variedad de síntomas: quemaduras, traumatismos, heridas, que le voy a dar un consejo: No quiero volver a verla por aquí. Madres como usted, tan dejadas e incompetentes, me dan asco, son una vergüenza. Y más cuando viéndola, nadie lo diría. No, no se quede mirándome con esa cara de idiota. Desde luego no sé si es Vd. tonta, o la mama. ¡Váyase a la sala de espera mientras curo al niño! ¡Fuera de aquí!

   Aquellos momentos de humillación que la dejaron muda y seguramente, como afirmaba el médico, con cara de perfecta idiota (él era un hombre joven y ella tenía veintitrés años) no supusieron, sin embargo, un recuerdo de rencor. Después de insultarla, le cosió tan bien el labio a su hijo, con tanto arte, que pudiendo haberle quedado la cara desfigurada de por vida, la boca de Chus no guarda la más leve cicatriz. Como añadió Ana con agradecimiento al contarme el episodio: -Él cumplía con su obligación. Sólo pensaba en el bien de mi hijo.

Le dejó una boca preciosa. No, nunca le guardaría rencor por sus palabras...(milamoresfotografia.com)
                            

                             Aquí cierro esta parte, el día que mi amiga pisó por última vez aquel ambulatorio de tan bochornoso recuerdo. Porque ahora ya ha pasado el tiempo y no importa que desvele aquel incidente que nunca le contó a nadie, ni a los padres ni al marido, tras el que nunca volvió a pisar el centro médico de sus temores.

   Y de sus angustias. Por entonces, a punto de tener el segundo niño, un complejo de mala madre iba apoderándose de ella. Con su marido, su hijo era lo más importante para ella, que hasta entonces siempre se había creído una mujer responsable, sabiendo gestionar sus asuntos desde muy joven.

   Pero había que rendirse a la evidencia. Si sólo al cargo de un niño no daba abasto a los problemas que le acarreaba, ¿cómo se las apañaría ahora, sola durante todo el día y al cargo de dos? Cierto era que ella nunca había conocido a otro niño como el suyo, que aparte de su peculiaridad con los accidentes era de lo más tranquilo, siempre entretenido con sus juguetes. Pero, ¿Y si el segundo resultaba igual de imprevisible? 

   Lo cierto era que estaba aterrorizada. 

   A pesar de que el sentido común le insistía en que no era culpa suya, que ella era una buena madre que vivía pendiente de la seguridad de su hijo, no dejaba de culpabilizarse, preguntándose: ¿Sería que ella no tenía el suficiente instinto maternal? 

     Continúa..

Ana Mª Ferrin

   

29 comentarios:

  1. Madre mía ese niño era un auténtico peligro para él mismo, bueno también para los padres que podían sufrir un infarto en cada una de las situaciones de peligro a que se exponía nuestro protagonista.Besicos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que más de una de estas situaciones te habrán recordado a cuando tus hijas eran pequeñas. Beso

      Eliminar
  2. Parece mentida que le hubiesen pasado tantas cosas a este niño es como el diablillo que todo lo coge, que lo prueba y que no da con lo bueno.
    Que pases un feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De lo que no hay duda es de que tenía buena estrella. No es fácil salir indemne de cosas así, MariPi.

      Eliminar
  3. Bueno, parece que el pequeño va encontrando lo que busca. Creo que al final tanto sinsabor tendrá su recompensa. O eso espero, porque de seguir sus andanzas por aquí, ya nos hemos encariñado con él.

    Feliz domingo.

    Bisous

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como el protagonista está siguiendo las entradas, así se enterará de que no todos los niños son tan juiciosos como el suyo, aunque los dos son estupendos.
      Feliz semana.

      Eliminar
  4. El nene era, como se dice en Venezuela: Candela...
    Sin embargo, esto le enseña y mucho a fin de cuentas

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego, sí le enseñó a ser resistente y reflexivo.
      Años después pasó un año viviendo en un campamento en la nieve y a pesar de la dureza lo llevó muy bien.

      Eliminar
  5. Conforme crece esta criatura las tribulaciones a las que se enfrenta este niño son más peligrosas. Esperemos que tome pronto la primera comunión, por lo del uso de razón, porque si no, no sé...
    Bueno a toro pasado, es imposible dejar de sonrreir.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El episodio de la hucha fue de película gore. Pero como bien dice usted, visto a toro pasado, habría quer a los tres, padre, madre e hijo chorreando sangre, el niño con con la cabeza empapada y el bote colgando de la lengua, entrando en Urgencias...

      Eliminar
  6. Ana querida
    mil gracias por compartir lo tuyo
    me
    gustas
    un abrazo enorme compañera

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, compañera. No sé si has vivido algo como lo que cuento.
      Te deseo que no. Abrazos, guapa.

      Eliminar
  7. Gracias Ana por tan excelente narrativa.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Ricardo. Con tu experiencia sabrás que no todo en la vida son elucubraciones elevadas. El día a día doméstico también tiene su crónica.
      Otro para ti.

      Eliminar
  8. Pero qué lagartijilla este Chus... No paraba de curiosear, porque a lo que hacía no lo llamo yo trastadas sino ganas de aprender, de explorar, de imitar, sin ser consciente de las consecuencias. ¡Dichosa infancia!
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me llamó la atención la posición del pediatra. Eso de insistir en que no pusieran puertas a la imaginación del niño, de que no empezaran a manejarlo por caminos psíquicos y que además los padres estuvieran de acuerdo, da que pensar, porque el chico fue desarrollando su comportamiento con tranquilidad y ha resultado un hombre de lo más sereno. Según en qué manos hubiera caído, sabe Dios cómo hubiera acabado la historia.
      Un abrazo, Carmen.

      Eliminar
  9. Hermosa infancia y con este diablito, lo que está comprobado, que sus padres tenían corazón sano y fuerte jajajajaja!!!

    Besossssssssss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón. Bendita curiosidad infantil. Lo del corazón es verdad, hay que ver lo que resiste el cuerpo. A ti.

      Eliminar
  10. Muy aleccionador, Ana María. Además, en los comentarios supe de una expresión desconocida aquí en Chile: Trastadas.

    Cariños australes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Esteban. Como sé que ya habrás investigado el significado, no añado nada. Te envío saludos desde un cielo velazqueño.

      Eliminar
  11. El niño tiene toda una historia.
    Y los padres son dignos de un premio.

    UN beso.

    ResponderEliminar
  12. El niño tiene toda una historia.
    Y los padres son dignos de un premio.

    UN beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amalia, sólo comprendemos lo que tuvieron que esforzarse nuestros padres y sus desvelos para sacarnos adelante, cuando somos padres. Hasta entonces ni imaginábamos como era la película. Un beso

      Eliminar
  13. Jajaja, me encanta este travieso, Chus y tu manera de contar sus aventuras.
    Y es que los niños como él, son geniales.
    Un placer leerte después de los meses de estío.
    Te envío un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, querida amiga. Te supongo instalada en tu nuevo hogar donde espero que seas muy feliz. Un abrazo.

      Eliminar
  14. Guillermo Brown al lado de este niño era un santo varón. Jejeje.
    Ya andamos de vuelta. Y lo primero, visitar a los amigos para ver si siguen ahí. Ya veo que sí.
    Un saludo, Ana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Cayetano. Me alegra leerte de nuevo.
      Esperemos que el nuevo ejercicio sea como nos merecemos.
      Saludos.

      Eliminar
  15. Está excelente a continuação do relato intitulado "MADRE SANTA DEL AMOR HERMOSO!", que envolve o menino e sua mãe, além de outros, como, por exemplo, o médico que o atendeu, e que nos minuciosos exames feitos descobriu um corpo estranho que provocava o mal cheiro, qual seja, um pedaço de esponja de banho, que estava alojado na parte superior da cavidade nasal. Um belo relato, minha amiga Ana.
    Um abraço.
    Pedro

    ResponderEliminar
  16. Otro para ti, Pedro.
    Como habrás vivido tú con tus hijos, los diferentes médicos que hemos ido encontrando los padres han sido muchas veces experiencias de lo más exóticas.
    A ver qué te parece el próximo y último capítulo.

    ResponderEliminar