Foto cabecera

AMFAv "DESPACHO" (JMS)



DIARIOS DESDE MI CELDA. 4º DÍA




DÍA 4º



                                               Gracias a su larga amistad con el doctor Pedro Santaló Castellví, cargo directivo de la Casa Maternidad de Barcelona, Antonio Gaudí tuvo la oportunidad de investigar en las dependencias de la morgue del hospital, datos muy interesantes para las esculturas de la Sagrada Familia, una de cuyas muestras más significativas por el profundo estudio que precisaron, fueron los niños de la fachada del Nacimiento que ilustran el grupo de los Santos Inocentes. La posición de esas espaldas infantiles, descoyuntadas sobre un escalón tras caer bajo la espada del centurión, son de un realismo tal, que raro será no ver a cualquier hora alguno de los numerosos estudiantes de arte y medicina que suelen detenerse ante ellas, tomando apuntes o fotografías.

  Otra experiencia vivida gracias a Santaló acabó convirtiéndose en una costumbre para el arquitecto. Iniciada en su juventud y practicada por él hasta el fin de sus días, fue la de visitar a los pacientes sin familia que acababan sus últimos días en una cama del Hospital de la Santa Creu en la calle Hospital de Barcelona, sin más consuelo que la visita del sacerdote. Allí, en ese entorno de soledad, Gaudí demostró durante años sin testigos ni noticiarios su profundo sentido humano. Brindándoles una larga compañía hasta que expiraban, rezando a su lado mientras estrechaba la mano de aquellos seres a quienes la vida y sus circunstancias habían negado la compañía de los suyos en momentos tan decisivos para cualquier ser humano.

   Esta parcela vital de Gaudí lo marcó profundamente. En su recuerdo, al proyectar la entrada de la Capilla del Rosario, el único espacio de la Sagrada Familia realizado al completo por él de principio a fin, no olvidó aquellos a quienes durante tantos años entregó su consuelo, colocando en una hornacina vaciada en el muro bajo los arcos de entrada, la escena de la que tantas veces había formado parte. En ella aparecen cuatro personajes. El Justo, en el momento de expirar, la Virgen María llevando en brazos al Niño Jesús y, a los pies del protagonista, una figura que abraza y parece acariciar sus piernas, personaje al que los conocedores de Antonio Gaudí identificaron como un autorretrato del mismo. 
                   
La Muerte del Justo.  

Capilla del Rosario, único espacio completo de Gaudí dentro de la Sagrada Familia (A.Mª.F.).
A LA DOCTORA SALAZAR Y SU GREMIO, AGRADECIMIENTO ETERNO
Publicado en Gaudí y Más. 17 de marzo de 2020 



                                                Hace pocos días escuché en una de esas entrevistas que pillas en un determinado momento sin identificar la emisora, el lugar donde transcurría el hecho que relataban, ni lograr conocer del personaje más que su apellido, Salazar, y su profesión que en este caso era la de médico. Contaba ella el sentimiento de estar viviendo en estos días, continuamente, una situación emocional similar a la que experimentó Gaudí durante muchos años.

   En el breve parlamento que logré oir a la doctora, la impotencia y la pena que sentía al encontrarse al cargo de un conjunto de personas de edad era impactante. Ignoro si el episodio sucedía dentro de una residencia geriátrica o un hospital, pero allí estaban muriendo numerosos pacientes en la más completa soledad afectiva, ya que formaban parte de esos grupos que han sido aislados de sus familias por la gran agresividad que muestra con ellos el coronavirus. 

   Como en una mezcla de tornado y volcán parecían haber desaparecido todos los hallazgos de la medicina. De Hipócrates a Fleming, ya nada valía. Muertes rápidas, muchas veces sin poder avisar a nadie cercano a estos enfermos velozmente apartados sin velatorios y de los que ignoro si acaban enterrados o incinerados.

   La doctora Salazar, que como todo buen médico se había dedicado a esta profesión para sanar, para salvar, estaba viviendo una situación en la que sólo tenía a su alcance, como ayuda a la persona que veía desaparecer sin tener la más minima opción de socorro, tomar su mano bien fuerte para que sintiera su calor y acariciársela. Este último párrafo se lo oí pronunciar a medias, con un soplo de voz que iba apagándose.   

  Bendita sea esta mujer y todos sus compañeros, a quienes deseo en lo personal toda la suerte del mundo para que consigan salir indemnes de este cataclismo y puedan volver salvos a sus casas y abrazar a los suyos. Todos y cada uno de nosotros podríamos en estos días o claramente podemos, encontrarnos de repente en la situación del ocupante de esa cama o ser uno de sus familiares. 

   Valgan estas letras para no olvidar nunca que los ángeles sí existen.

Ana Mª Ferrin     

   

5 comentarios:

  1. Muy emotivo el testimonio que cuentas de la doctora Salazar,son auténticos héroes todo el personal sanitario que arriesgan su vida por salvar las vidas de otros.Desconocía también los hechos que cuentas sobre Gaudí.Besicos

    ResponderEliminar
  2. Núnca les podremos pagar a todo el personal sanitario, todo lo que están haciendo por nosotros.
    Cuando esto pase, deberemos homenajearlos como les corresponde, pero no con aplausos, sino pagandoles emolumentos acordes con su labor, dotándolos del material y las instalaciones necesarias y no votando a los que pretendan cargarse a la medicina pública, para beneficiar a la privada.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. La situación en las residencias es delicadas. Y lo peor que hasta ahora, ha sido desdeñadas por las autoridades. Si no es por gente como la doctora Salazar y muchos que nos preocupamos por los abuelos de la residencia, estaríamos en peor posición.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Realmente conmovedor. Estamos viviendo unos días terribles y es muy de agradecer la gran labor y dedicación de los sanitarios.
    Muy interesante leerte. Te mando un fuerte abrazo. Mucha suerte.

    ResponderEliminar
  5. Como siempre por desgracia amiga Ana el ser humano tiende rápidamente a olvidar, esperemos que con lo sucedido sirva para ser mejores personas más humanas, generosas y darnos cuenta que por mucho dinero que se tenga cuando llega un virus como este afecta a todos por igual.
    Un placer leerte
    Un abrazo y cuídate.

    ResponderEliminar