Hayas, tilos, nogales, avellanos, tupiendo la
bóveda imaginaria del bosque, junto al río. Romero, lavanda, sopaenvino, hinojo,
enmoquetando el suelo. Destacándose entre las ramas, el ruido se materializa en
un espectáculo insólito. Un enorme jabalí al que siguen la hembra y dos jabatos
rayados aparecen de golpe hasta colocarse a tres metros de un pescador. Lo
atropellado de la operación contrasta con los movimientos lentos, medidos, del
acercamiento.
Empieza una especie de danza
entre el animal y el hombre.
Al paso avanzado del jabalí,
mirándolo fijamente con los curvos colmillos levantados, corresponde el
retroceso del humano, repitiendo ambos la acción varias veces hasta que el
primero, llevando en todo momento la iniciativa, da media vuelta seguido de su
familia y vuelve a internarse en la espesura, quizá asustado por el sonido de los
vehículos que no tardan en hacer su aparición en este remanso riojano de
Viniegra.
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En Pedrosa de Tobalina, el agua. (lifeisfun22.blogspot.com.es/) |
PEPE, LA ONG DE LOS MANANTIALES